www.nesolanofotos.com
Introducción
A lo largo de tu vida te propones una serie de experiencias y prioridades, en cuanto a lugares y viajes se refiere, que esperas conocer y llevar a cabo algún día.
Viaje 2016 a USA y Canadá
Introducción
A lo largo de tu vida te propones una serie de experiencias y prioridades, en cuanto a lugares y viajes se refiere, que esperas conocer y llevar a cabo algún día.
Hace ya un porrón de años, que mejor ni datar, uno, tenía ese sueño de recorrer la famosa Route 66 americana. Claro, eran otros tiempos. Corrían los años sesenta y el sueño de cualquier universitario que se preciara, era conocer y recorrer tan emblemática ruta. Los sueños son rápidos, El cumplimiento de las expectativas, lentas.
Entonces, en aquella España pre democrática que tan diferente era a la de hoy, alguno de nosotros, ya habíamos tenido contacto, gracias al lugar donde vivíamos, con americanos del norte. De ese modo, empezábamos a tener ese sueño idealizado, de libertad, música, chicas, universidades, Harley Davison y todo aquello que nos ponía los dientes largos. Nuestro entorno, hablo de Cádiz, por la proximidad de la Base Americana de Rota y el Parque de Las Avenidas de Madrid por ser otro lugar donde también vivían muchos yankees de la Base de Torrejón de Ardoz, nos hizo tener mucho mas cerca que a la mayoría, esa cultura que para el resto de españolitos de a pié, les resultaba tan lejano y utópica.
La música y el beisbol, fue en ambos lugares, el punto de nuestra conexión con el pueblo americano. Aquellos guateques con aquellas bellezas del otro lado del Atlántico, o al menos así nos lo parecían,, nos ayudó a conocer y entender un poco mejor a esos forasteros que respiraban mas libertad que nosotros.
Luego, la vida va pasando y lo que en un principio creías podía haber sido factible, se va convirtiendo en irrealizable en . Una familia, como la mía, ocho hermanos y padres de familia de clase media de aquella época, no podía permitirse el lujo, de mandar a alguno de sus vástagos a estudiar cruzando el charco e incluso casi, diría, traspasar los Pirineos. De cualquier forma., feliz, lo fui tela.
Pero como siempre, de un fuego queda rescoldo. Así que hoy y aunque ya jubilado y sin el deseo de montar en Harley, entre otras cosas, porque ni puedo con ella,me propuse hacer uno de esos viajes que deben marcar tu vida. Conocer la América profunda y esos lugares naturales, que en pocos sitios son tan impresionantes como en este norte de las américas. La idea, siempre “in mente”, fue cuajando y aunque ya un poco talludito, he resuelto realizar ese viaje. En la vida, siempre hay que intentar y enfrentarse a esos retos marcados por uno mismo.
Llevaba ya, unos años, desde que mi querida Rosa se nos fue, proponiendo este viaje en el que quería, que alguien mas se apuntase. Muchos lo deseaban. Pocos se decidían. Después de algunos intentos, la idea, empezó a cuajar el pasado año. Mis amigos del Parque de Las Avenidas, parecen los mas dispuestos a iniciar la aventura. Sueños de juventud se encienden. Alguno se apaga rápido, como muchos fuegos. Otros de deciden.
Mi idea, siempre fue la de alquilar una motorhome (auto caravana) y recorrer la famosa Ruta 66. Voy diseñando el viaje y hago números. Se interesan tres de ellos y en poco tiempo se retiran dos. Manolo y Alberto, no pueden continuar con el sueño. Dinero, tiempo, familia. Que sé yo. Al final solo mi cuñado Chema sigue con la idea.
Recompongo el proyecto. La motorhome grande, era muy cara para dos. Por la época, ya no quedaban pequeñas para poder hacer el viaje dos personas solamente. Decidimos cambiar y hacerlo en coche y hoteles o moteles, como vayan surgiendo. Al final, proyecto decidido y hoy empezado. Me voy para USA. La idea inicial, ha cambiado. La famosa ruta, ya no es tan atractiva. Falta parte y lo que queda, es puro turisteo. Así que nos toca buscar otra ruta. Algo de esta , veremos al final.
Aunque en este mapa no sale, llegamos a Nueva York y luego iremos a Niagara Falls y subiremos por Toronto y Montreal para ir por el norte de los Grandes Lagos hacia Minneapolis.
Aunque en este mapa no sale, llegamos a Nueva York y luego iremos a Niagara Falls y subiremos por Toronto y Montreal para ir por el norte de los Grandes Lagos hacia Minneapolis.
Ahora, el proyecto, es mas grande. Iremos también a Canadá y cruzaremos el norte por encima de los Grandes Lagos, para llegar hasta el Parque Yellowstone en Illinois. Luego, bajaremos por Utah hacia el Gran Cañón y recorreremos por último la costa oeste californiana de arriba a abajo. Un sueño que empieza a cumplirse y que espero sea una de esas maravillas que pueda contar.
1º Día Madrid a New York
10.05.2016
A las 9 de la mañana del día 10 de mayo, llegamos Chema y yo al aeropuerto de Madrid a la terminal T4. Nos habían dicho que deberíamos ir con tres horas de anticipación, pues la burocracia exigida por los Estados Unidos nos obligaba a ello. Vaya cuento. Al final los controles fueron parecidos a los del reciente viaje que hice a Perú. No hacía falta tanto cuento para eso.
Después a las 12,10 despegamos. Como casi siempre con Iberia, primer fallo. A pesar de haber comprobado (se suponía) con la chica de facturación que los asientos correspondían a los que habíamos pedido en primera fila, nada de nada. En la tercera, nos colocaron. Hicimos una queja, pero como siempre ya no se podía hacer nada. No iban a levantar a los que ya estaban sentados.
Lo positivo, que la azafata, Marisa Valle, a diferencia de la del viaje a Perú, era un encanto y pese a no haber podido arreglar el problema, nos cuidó de maravilla a lo largo de todo el viaje. Buen vino, mejor whisky y continuo interés por la comodidad de nuestro vuelo . Un encanto. Mi cuñado Chema, tuvo que aguantarse con su problema de piernas y no sabía como colocarlas para poder estar cómodo. La elección de la primera fila fue debido a su problema con las piernas y el corazón.
Como suele ser habitual en él, esta vez no podía ser menos. Suele ser un poco despistado y a veces patoso. Me derramó el vino tinto que nos había invitado la azafata, encima de mi pantalón en ambas comidas, . Gajes o mejor, yo diría, gafes del oficio. El vuelo cómodo y rápido. Mas de media hora menos sobre el horario previsto. El comandante habría quedado con alguna chati en N.Y.
Llegar al hotel desde la bajada del avión, es otra historia. Los controles de aduanas, exhaustivos. A Chema, lo tuvieron rellenando mas papeles de los habituales. Pienso que por decir que llevaba mucho dinero efectivo encima. Luego el famoso tráfico de New York en esas horas punta. Total mas de tres horas desde el descenso hasta nuestra habitación. Esto es Nueva York señores. No se asusten.
Llegamos al hotel y la decepción fue total. Unas auténtica porquería. El acceso, impresentable. Ni una mala fonda española tiene peor entrada. La habitación, bien de camas. El suelo sucio. El baño, tampoco parecía haber pasado por el control higiénico necesario. Sin ascensor y con escaleras muy empinadas hasta la segunda planta. No tiene ni cafetería ni nada que se le asemeje. Por supuesto, tampoco dan desayunos. Lo dicho. Una auténtica eme.
Después de la decepción salimos a situarnos por la zona, dando una gran vuelta. Estamos, en Chelsea. En la calle 30 entre la octava y novena avenida. Al lado del Madison Square Garden y del edificio de Correos. Muy cerquita del Empire State Building. Por tanto, bastante bien situado.
Lo primero que hicimos fué acercarnos a la calle 44 donde tenemos que recoger el viernes el coche alquilado. cuando llegamos ya estaba cerrado. Habían pasado las siete. Es un garage y está todo bastante sucio y destartalado. Esperaremos a mañana para hablar con ellos y confirmar la reserva.
Después, cogimos un taxi y nos fuimos a ver y a cenar en Chelsea Market. Un centro lúdico, al estilo de los que se vienen haciendo por todas partes. Tiendas, restaurantes y bares de copas en antiguos edificios destinados anteriormente a mercados de alimentación. El lugar esta bastante bien y hay donde elegir. Una gran pescadería, con su restaurante en ella, destaca sobre el resto. y or tamaño y exposición de productos y porque era el mas animado. Nos decidimos por un italiano que no nos resultó nada bueno y encima carísimo para lo que tomamos. Dos copas de vino tinto italiano, unos espaguetis boloñesa y una especie de raviolis de queso, con la propina 100 dólares. Una pasada mas de esta ciudad.
De allí al hotel a descansar. Aunque eran las 22,30, para nosotros eran ya con horario español pues las 5 y media de la mañana. Así que a dormir. Mañana será otro día.
Al tener la ciudad, una historia bastante reciente, el guía lo que te va contando, aparte de los millones de dólares que ha costado cada edificio emblemático, son los personajes famosos que viven en ellos y "el pastón" que pagan o han pagado por el alquiler ó compra del piso o apartamento. Como es natural, cifras exageradísimas. Así, bajamos por la 5ª Avenida, para pasar luego a la 7ª Avenida conocida como "Fashion" y adentrarnos por el Soho,China Town, Tribeca y el Distrito Financiero donde se encuentra Wall Street. Al final de todo este recorrido, el puerto donde desde uno de sus muelles saldría el barco.
Antes de coger el barco, nos sentamos en la terraza de un restaurante del puerto, llamado "Pie A, Harbor House". Chema comió una espléndida hamburguesa y yo una brocheta de pollo a la brasa con piña, bastante rica y jugosa. La comida rápida, bien atendida y no excesivamente cara. De allí al autobús que nos llevaría al "Pier 36" desde donde saldría nuestro barco para la visita.
Pasamos por debajo de dos de los varios puentes de New York, primero el puente de Manhattan y luego el de Brooklyn. El barco entró a lo largo del río Hudson, para ver todos los edificios gigantescos de Manhattan., para después acercarse a la isla de Ellis y al Isla Liberty, donde se encuentra la Estatua de la Libertad, que como sabréis, fue un regalo del gobierno francés a la ciudad de Nueva York con motivo de la celebración de los cien años de su independencia.
De vuelta a la ciudad, decidimos dar un paseo por la "Zona Cero" donde estaban las no menos famosas con tan mal recuerdo de las "Twin Towers" que fueron destruidas por los terroristas al estrellar los aviones en que viajaban contra ellas. Allí, en dicho lugar, hay ahora una monumento bastante curioso que asemeja un hoyo grandísimo donde cae agua permanentemente y en el que en estás grados alrededor del mismo, los nombres de todos los fallecidos en tan terrible suceso.
Alrededor, se siguen haciendo nuevos y gigantescos rascacielos. Algunos con la excusa de la conmemoración del accidente, otros por puro mercantilismo que tanto gusta por aquí.El mas alto el "Four Trade Centre". Alrededor, ya construidos dos de los otros tres y en construcción el que hará el cuarteto. Por la zona el edificio Trump y varios mas famosos y construidos hace ya tiempo.
Cogimos de nuevo el autobús circular contratado y nos volvimos por la parte "West" de la ciudad. Desde el autobús, se va viendo toda la nueva parte de esta margen de la ciudad que está transformando los antiguos almacenes navales, en modernos apartamentos y zona de ocio. Al otro lado del rio, se ve también el nuevo desarrollo urbanístico de New Jersey.
Al final del recorrido, nos bajamos de nuevo en la calle 42 y vimos un café llamado "Coffee House". Nos fuimos a tomar una meriendilla y se enrolló con nosotros Carlos, un arquitecto colombiano, marido de la dueña del local y que el mismo decoró. Buenísimo café, colombiano, por supuesto. Nos explicó todo el proceso de recogida y transformación de la planta del café.
Me enteré, no sabía, que el grano de café es un fruto de la plantada mismo nombre y que es del tipo del arándano o similares frutos que son blandos, dulce y si lo coges directamente te los puede comer como cualquier otra fruta. Parea llegar al café propiamente dicho pasa un proceso de fermentación similar al del vino y con un posterior secado. En fin, agradable cafeterías y no menos amena conversación. Nos recomendó varias cosas y lugares de Nueva York.
De allí al hotel a dejar maquinas de fotos y demás cosas que pesaban para irnos cenar cerca del hotel a un Sports Café. Una carne de "black angus" y un sandwich bastante rico de carne de cerdo asada al horno, regados con dos Heineken, nos llenó el estómago como para acabar la jornada e irnos a dormir.
Segundo día y medio, en la gran manzana. Hoy dormí un poco mejor y pude despertarme algo mas tarde. Por la noche, intenté hacer algo mas para recuperar el día perdido en lo relacionado con el blog. No pude. Sigo con el sueño cambiado o mejor dicho con el cuerpo cansado y me fui a dormir. Además, la wifi del hotel no funcionaba y lo mejor era retirarse.
Por fin. Hemos comido carne de vacuno. En casi ningún sitio la han tenido hasta ahora. Solo, Chema un día comió carne en Nueva york. Yo, siempre de pollo, no me fiaba de otro tipo de carne. Ésta, esbaba muy buena y bastante poco hecha. Cosa muy rara por estos lares. Hay que pedirla “really rear” y aún así, a veces te la hacen pasada.
Demasiado rápido. Esto es lo que pienso de esta última semana del viaje. A mi cuñado, no le gusta nada ver ciudades, ni museos. Así, que vamos a un ritmo desenfrenado. De hecho, según mi planificación inicial, hemos adelantado cinco dias. He tenido que anular los hoteles de Yellowstone porque llegamos mucho antes. Y aquí, es difícil encontrar plaza. Entiendo y ya lo he dicho, que estas ciudades ofrecen poco. Pero, Estados Unidos es así. Tienen que sacar historia de lo poco que tienen. Y esto, es casi nada. Lo que hay, muy reciente. Así que un personaje como Búffalo Bill, aquí, es histórico. Pero, digo yo. Habrá que verlo también. No?
En el camino de vuelta, vas por sitios en los que de pronto de te cruzan todo tipo de animales, por la carretera. Hay que ir con cuidado, pues están protegidos. La multa es para ti, si tienes la mala suerte de atropellar a alguno. También me di una vuelta por el pueblo, para ver sus casa y edificios.
Mas tarde, salimos a cenar y como no, volvimos al mismo pub. Esta vez, íbamos de hamburguesas. Chema una de res de Montana. Buena y poco hecha. Yo, una excelentísima, de casrne de búfalo. Había que probarla. Riquísima y muy sabrosa. Me recordó, en calidad, tamaño y presentación a las de Midas. La chica no estaba.
Segundo día en Yellowstone. Igual de increíble que ayer. Hemos hecho el bucle del centro. Yellowstone tiene unas carreteras en forma de ocho con un circulo central. Como dije con cinco entradas en los 4cuatro puntos cardinales, mas otra en el nordeste. Así puedes ir combinándolo en los diferentes días que estés aquí.
Aunque, pensando. Mejor, lo de esta noche, lo dejo para mañana. Así, podré enviar esta tarde, el resumen de lo acontecido hasta esta hora.
A las diez, mas o menos salimos. Era de nuevo, día de kilometraje. Vamos ya hacia el calor. Antes, paramos hoy a ver Salt Lake City, capital de Utah. Nada de nada. Como todas. Muchos chalets. Mejor dicho, interminables chalets. Luego en el centro, unos edificios oficiales altos y para de contar. Ciudad de ciento setenta mil habitantes. Estaba vacía. Es fiesta nacional es El “Memorial Day” de los difuntos de guerra. Banderas de las Barras y Estrellas por doquier. Algunas gigantescas. Son realmente patriotas, estos tios. Nos fuimos, pues nada merecía la pena.
Realmente todos los puntos del Parque en los que te paras, tienen algo. La pena. El calor reinante, forma una bruma o neblina que hace perder mucha definición a las fotos. Lo dicho ayer. Una foto, jamás podrá ofrecer la grandiosidad y sensación interna que produce la visión real. El “Grand Canyon” es la obra maestra de la naturaleza. Te produce tal sensación de pequeñez del ser humano, que todos deberíamos verlo en directo, para darnos cuenta de lo poco que somos. Seguimos dando la vuelta y no paras de ver detalles impresionantes. Una auténtica maravilla.
La pena, que se pasa rapidísimo. Solo media hora. Parecen diez minutos. Un poco caro, por eso. Pero realmente merece la pena. Nunca mas pasaré ni veré el Grand Cañon, como lo ven las aves. Así que bendito gasto. Dejamos el “rafting” para otro río u otra ocasión. Ya lo hice en Nueva Zelanda.Por último pasas por una zona de árboles del bosque con un colorido increíble
Llegamos a ese paraíso de lo hortera que antes hablaba. No solo no me quitó la razón. Me la acrecentó, aún mas. Que barbaridad. Aquí, los hoteles son baratos. No me extraña. Luego, por un simple café te cascan 5$ o por una “margarita” 25$. Eso si, gigante. No tienen medidas cortas. Como se pasan. Todo inmenso.
Realmente impactantes. Te encuentras, un enano al lado de sus troncos. Estos árboles, llegan alcanzar los 120 metros de altura. Lo mas increíble es su longevidad. Entre dos y tres mil años llegan a durar. El secreto. Su dura corteza. Impide el acceso de enfermedades o insectos en su interior. Aguanta fuegos normales. No llegan a afectarles. Además extienden sus raíces alrededor del árbol a una distancia increíble y les hace mantener una estabilidad extrema. La sequoia ó sequoya, mayor que se conoce actualmente, está en este Parque. Tiene mas de 2.200 años. Su base tiene una circunferencia de 31 metros. Mide mas de 85 metros de altura. Pesa 1385 toneladas y un volumen de 1487 metros cúbicos. Un gigante de la naturaleza. Se llama “General Sherman”. Su base, hasta da miedo. Parecen pies de algo tremendo.
Después de ver estos monstruos, el resto de árboles, parecen de juguete. He puesto en las fotos, casi siempre a alguien al lado del árbol, para comprobar su magnitud. Una auténtica pasada. Vamos hacia Yosemite Park. Ya estuve allí hace años y son igual de imponentes. Quizás, aquí algo mas aquí. Mañana lo comprobaré. Llaman mucho la atención, las raíces en el exterior de los arboles muertos. Que tamaños tienen, algunas de ellas.
Mañana acabaremos en San Francisco. Antes, visita vinícola por los valles familiares.
Lo primero del día de hoy, un recuerdo a mi Rosa. Hoy hace seis años que nos dejó. Vaya, para ella, un inmenso beso y este ramito de rosas rojas que había en la mesa del restaurante. Siempre estarás en mi corazón.
Hoy teníamos todo el día para San Francisco. La ciudad mas europea de Estados Unidos. Si no fuera por las continuas cuestas, sería una ciudad ideal. Hoy un poco de frío a primera hora. Hay mucho viento. Parece que normalmente. Me dicen que aquí se baña muy poca gente. El agua del mar está heladora. Si además, hay viento, ni te cuento.
Abajo, ya en el puerto dimos una vuelta. A las doce, había quedado con Victoria, la hija de mi prima hermana Ana. Un encanto. Allí llegó y tomamos un café juntos en el “Jack’s Canary Bar”. Un clásico local del Fisherman Warf. Está aquí porque a su marido le trasladaron de ginebra a San Francisco. Ella tenía trabajo en el mismo banco en Suizas, pero aquí anda loca buscando. Su problema, como el de todos. Aquí, la burocracia para asentarte parece que es de locos. Anda desesperada, para poder tener un permiso de trabajo. Y luego hablamos de la burocracia española. Aquí, parece se multiplica. Una vez tienes arreglado el papeleo, todo va como la seda.
Al hotel y a pedir una pizza por teléfono. Es lo que nos tocaba por salir "tan tarde". Mañana , ya veremos que hacemos. Ni siquiera hemos decidido.
Ya estamos tranquilos. Los kilometrajes exagerados, se han acabado. Ahora, distancias de andar por casa. Quizás en unos tres o cuatro días, hagamos una incursión por México en su California Baja. Dependerá de lo que nos diga el Renta a Car. Por cierto, estos puñeteros nos han hecho un cargo de 834,16€ que no tenemos ni idea de lo que es. Ya hemos reclamado por mail y ya nos dirán. Debe haber un error, pues ya estaba pagado todo. Que sepamos, salvo susto.
Es verdaderamente importante todo el complejo. No me extraña que estos americanos lo tengan como una de las muestras mas antiguas de su cultura. Aquí, los españoles hicimos una grandísima labor. Bueno, la iglesia o los misioneros. Al Cesar lo que es del Cesar.
Poco hemos visto en San Diego. Lo dejamos para la vuelta. Será el domingo. Además, iremos con Angelines O’Donnell. Así, veremos mas cosas interesantes y nos podrá recomendar mejor. Hoy tocaba irse para México. Al final, nos vamos allá tres días.
Cogimos el coche y nos fuimos para Rosarito. En la llamada Costa Dorada de México. Estamos en la Baja California. Ésta, no pertenece a Estados Unidos. Toda California, fue parte obligada de cesión por parte de México. Después de la independencia de México, tras tres siglos de pertenecer a España, Estados Unidos quiso comprar California, por 30 millones de dólares. No vendieron y años después entraron en guerra. Cuando Estados Unidos llegó a ocupar México capital, los mexicanos se rindieron y aceptaron vender California por la mitad. Así, la vendieron por 15 millones de dólares en 1848. Vaya chollo pillaron los Estados Unidos.
Posdata: Nos enteramos que el famosos cerdo es un personaje en esa playa. Llegó un día allí sin nadie saber de quien era. Lo adoptaron y entre todos lo cuidan y le dan de comer. Así está el cochino. También hay un oso marino. Apareció y hace la competencia al cerdo. Todos los cuidan y ambos animales, encantados de la vida, encontraron su paraíso. Que grandes.
Además, nada de futbol. Buscábamos un “Sport Café” y nada. No vimos ni uno. De casualidad, escuchamos en la radio “que ahorita” España ganaba 3-0 y llevaban ya quince minutos del segundo tiempo. Decisión. No buscar mas. Para qué perder tiempo. Nos fuimos a buscar la “Ruta del Vino”. Estaba a unos 25 kms de Ensenada, camino de Rosarito. Allá que nos fuimos.
Nos volvimos al hotel, después de otro paseo por el originalísimo lugar en el que estábamos. Cantidad de escenas para fotografiar. Aunque como suele ocurrir a la gente no le gusta ver una cámara. Algo hice, de todas formas. Nos volvimos al hotel. Chema anda con dolor de cabeza. Yo, saldré luego a dar una vuelta. Es viernes y habrá que ver como se mueve la noche por aquí. No se deben perder las buenas costumbres.
Subí a buscar a Chema y bajamos a uno de los chiringuitos a tomar una copa. La tarde, aunque fresca espectacular. A mi me encanta ese movimiento de gentes. Familias enteras. Puestos ambulantes. Gente bailando.Mariachis La tarde, era para quedarse mucho mas tiempo allí. Las puestas de sol sin increíbles, entre tanto movimiento de gente y animales.
Pero nos fuimos. A cenar a una terracita en la que tienen diferentes puestos con todo tipo de comida. Al estilo de los “food tracks”. Mexicano, italiano,argentino, de pescado,…. Allí se acabó el día.
Mañana será nuestro último día. Pasado mañana, no lo cuento. Entre entrega del coche y “check in” de billetes y maletas, no tendremos mucho mas que hacer. Aún así, mañana debemos ver algo de Los Angeles, aunque no merezca la pena, como dicen. Que menos que pisar Hollywood Blvd y ver algo de Beverly Hills. Digo yo.
Llegamos al hotel y la decepción fue total. Unas auténtica porquería. El acceso, impresentable. Ni una mala fonda española tiene peor entrada. La habitación, bien de camas. El suelo sucio. El baño, tampoco parecía haber pasado por el control higiénico necesario. Sin ascensor y con escaleras muy empinadas hasta la segunda planta. No tiene ni cafetería ni nada que se le asemeje. Por supuesto, tampoco dan desayunos. Lo dicho. Una auténtica eme.
Después de la decepción salimos a situarnos por la zona, dando una gran vuelta. Estamos, en Chelsea. En la calle 30 entre la octava y novena avenida. Al lado del Madison Square Garden y del edificio de Correos. Muy cerquita del Empire State Building. Por tanto, bastante bien situado.
Lo primero que hicimos fué acercarnos a la calle 44 donde tenemos que recoger el viernes el coche alquilado. cuando llegamos ya estaba cerrado. Habían pasado las siete. Es un garage y está todo bastante sucio y destartalado. Esperaremos a mañana para hablar con ellos y confirmar la reserva.
Después, cogimos un taxi y nos fuimos a ver y a cenar en Chelsea Market. Un centro lúdico, al estilo de los que se vienen haciendo por todas partes. Tiendas, restaurantes y bares de copas en antiguos edificios destinados anteriormente a mercados de alimentación. El lugar esta bastante bien y hay donde elegir. Una gran pescadería, con su restaurante en ella, destaca sobre el resto. y or tamaño y exposición de productos y porque era el mas animado. Nos decidimos por un italiano que no nos resultó nada bueno y encima carísimo para lo que tomamos. Dos copas de vino tinto italiano, unos espaguetis boloñesa y una especie de raviolis de queso, con la propina 100 dólares. Una pasada mas de esta ciudad.
De allí al hotel a descansar. Aunque eran las 22,30, para nosotros eran ya con horario español pues las 5 y media de la mañana. Así que a dormir. Mañana será otro día.
2º Día - New York
11.05.2016
El día empezó temprano, pues con el cambio horario nos tuvimos que acostar pronto y claro a las seis de la mañana las estaba en pié. Poco que hacer, de cualquier forma pues hasta las 8,30 n0 salimos a desayunar fuera del hotel. Lo hicimos en una cafetería enfrente del Madison Square Garden y nada exquisito.
Una vez tomadas las lógicas fuerzas matutinas, nos acercamos al Empire State Building que estaba a tres manzanas. Por internet y desde Sotogrande, ya había sacado el talonario de "New York Pass" que por aproximadamente 100 dólares nos daba derecho a distintas visitas de monumentos, museos o viajes a la isla de Estatua de la Libertad o a la isla de Ellis en barco.
Empezamos, como he dicho por el Empire. Tremendo edificio que nos llevó hasta la planta ochenta en cuestión de segundos y desde la que pudimos observar todo Manhattan. Las vistas espectaculares de la ciudad, aunque con un poco de bruma, debido fundamentalmente a la temprana hora. Allí en la entrada nos dieron el talonario, que solo teníamos confirmación vía mail.
Después de esta visita, cogimos uno de los autobuses turísticos que habíamos contratado para estos dos días que nos quedaban completos de Nueva York. Recorrimos la ciudad desde la calle 42 bajando hasta el final del "Downtown", donde se encuentran los muelles ("Pier" , desde donde salen los barcos en recorrido también turístico. En el viaje a lo largo de la ciudad un "speaker" te va contando todos los rollos que se le ocurren.
Al tener la ciudad, una historia bastante reciente, el guía lo que te va contando, aparte de los millones de dólares que ha costado cada edificio emblemático, son los personajes famosos que viven en ellos y "el pastón" que pagan o han pagado por el alquiler ó compra del piso o apartamento. Como es natural, cifras exageradísimas. Así, bajamos por la 5ª Avenida, para pasar luego a la 7ª Avenida conocida como "Fashion" y adentrarnos por el Soho,China Town, Tribeca y el Distrito Financiero donde se encuentra Wall Street. Al final de todo este recorrido, el puerto donde desde uno de sus muelles saldría el barco.
Antes de coger el barco, nos sentamos en la terraza de un restaurante del puerto, llamado "Pie A, Harbor House". Chema comió una espléndida hamburguesa y yo una brocheta de pollo a la brasa con piña, bastante rica y jugosa. La comida rápida, bien atendida y no excesivamente cara. De allí al autobús que nos llevaría al "Pier 36" desde donde saldría nuestro barco para la visita.
Pasamos por debajo de dos de los varios puentes de New York, primero el puente de Manhattan y luego el de Brooklyn. El barco entró a lo largo del río Hudson, para ver todos los edificios gigantescos de Manhattan., para después acercarse a la isla de Ellis y al Isla Liberty, donde se encuentra la Estatua de la Libertad, que como sabréis, fue un regalo del gobierno francés a la ciudad de Nueva York con motivo de la celebración de los cien años de su independencia.
De vuelta a la ciudad, decidimos dar un paseo por la "Zona Cero" donde estaban las no menos famosas con tan mal recuerdo de las "Twin Towers" que fueron destruidas por los terroristas al estrellar los aviones en que viajaban contra ellas. Allí, en dicho lugar, hay ahora una monumento bastante curioso que asemeja un hoyo grandísimo donde cae agua permanentemente y en el que en estás grados alrededor del mismo, los nombres de todos los fallecidos en tan terrible suceso.
Alrededor, se siguen haciendo nuevos y gigantescos rascacielos. Algunos con la excusa de la conmemoración del accidente, otros por puro mercantilismo que tanto gusta por aquí.El mas alto el "Four Trade Centre". Alrededor, ya construidos dos de los otros tres y en construcción el que hará el cuarteto. Por la zona el edificio Trump y varios mas famosos y construidos hace ya tiempo.
Cogimos de nuevo el autobús circular contratado y nos volvimos por la parte "West" de la ciudad. Desde el autobús, se va viendo toda la nueva parte de esta margen de la ciudad que está transformando los antiguos almacenes navales, en modernos apartamentos y zona de ocio. Al otro lado del rio, se ve también el nuevo desarrollo urbanístico de New Jersey.
Al final del recorrido, nos bajamos de nuevo en la calle 42 y vimos un café llamado "Coffee House". Nos fuimos a tomar una meriendilla y se enrolló con nosotros Carlos, un arquitecto colombiano, marido de la dueña del local y que el mismo decoró. Buenísimo café, colombiano, por supuesto. Nos explicó todo el proceso de recogida y transformación de la planta del café.
Me enteré, no sabía, que el grano de café es un fruto de la plantada mismo nombre y que es del tipo del arándano o similares frutos que son blandos, dulce y si lo coges directamente te los puede comer como cualquier otra fruta. Parea llegar al café propiamente dicho pasa un proceso de fermentación similar al del vino y con un posterior secado. En fin, agradable cafeterías y no menos amena conversación. Nos recomendó varias cosas y lugares de Nueva York.
De allí al hotel a dejar maquinas de fotos y demás cosas que pesaban para irnos cenar cerca del hotel a un Sports Café. Una carne de "black angus" y un sandwich bastante rico de carne de cerdo asada al horno, regados con dos Heineken, nos llenó el estómago como para acabar la jornada e irnos a dormir.
3º Día - New York
12.05.2016Segundo día y medio, en la gran manzana. Hoy dormí un poco mejor y pude despertarme algo mas tarde. Por la noche, intenté hacer algo mas para recuperar el día perdido en lo relacionado con el blog. No pude. Sigo con el sueño cambiado o mejor dicho con el cuerpo cansado y me fui a dormir. Además, la wifi del hotel no funcionaba y lo mejor era retirarse.
Lo dicho. Salimos hacia la parada del autobús que teníamos concertado para recorrer algo mas de la ciudad. Antes. fuimos a desayunar a la calle 42 en el café del amigo colombiano. Extraño. Tostadas que no estaban ni ligeramente torradas y un buen café, pero en bañera como les gusta aquí. Excesivo tamaño. Con uno de estos, podría desayunar toda una familia en España. Jaja.
Como estábamos muy cerca, nos fuimos a ver el Museo Intrepid. Realmente se compone de dos piezas. El portaviones Intrepid y el submarino Growler. Empezamos por este último y al ver que se tardaba mucho, decidimos salirnos de la cola, en la que había casi un colegio de niños entero.Antes, nos habían hecho una foto a la entrada para el recuerdo. La tuvimos que dejar.
Pasamos al portaviones. Viejo, pero impresionante. Se construyó justo antes de la II Guerra Mundial, combatió después también en Vietnam. No te imaginas lo que es un trasto de estas características, hasta que estás dentro. Tremendo. No solo, por lo que llevaban encima, en cuanto a aviones se refiere. Es que dentro es un gigantesco almacén de armas y máquinas de guerra. Hoy, aparte de tener dentro distintos aviones que fueron emblemáticos en ambas guerras, tienen las capsulas de regreso del proyecto Mercury y no recuerdo de cual era la otra.
Parece mentira que se metieran ahí, dos astronautas. Postura incomodísima para entrar en la atmosfera y amerizar en medio del mar. Incomodo, no. Peor. Te das cuenta del mérito de estos tios aventureros. Muestran como vivian en esas condiciones y como comían todo a base de liofilizados y pastillas.
Entrar en un aparato como este portaviones y ver los diferentes aviones y helicópteros que usaban para luchar, te hace pensar una vez mas en la locura de cualquier guerra. Nos quedamos viendo unas imágenes reales, grabadas por militares en plena II Guerra Mundial, que te ponen la carne de gallina. Que bestias somos los hombres. Como se suicidaban aquellos kamikaces japoneses contra los barcos y portaviones. Es increíble. Lo he visto mil veces en películas y nunca me llamó tanto la atención como el verlo en esa grabación que sabes fue real. Ves la locura de la guerra y como los de arriba, abusan de los mas desfavorecidos que se alistan en el ejercito, solo por ganar algo mas de dinero. Terrible.
Salimos del museo y nos fuimos andando hasta la 46 para coger el autobús panorámico que nos llevaría al barrio “Little Italy” donde queríamos comer en un lugar que nos recomendó el colombiano. El bus, nos volvió locos. Ibamos en esa parte superior descubierta que tiene estos buses y nos machacó un sol de justicia sobre nuestros cuerpos. Encima, dio una tremenda vuelta por el “Uptown” para ir luego al “Downtown” que es a donde íbamos. Tan raro fue, que le pregunté al guía si no nos habriamos equivocado de autobús. No. Llegamos tarde, pero llegamos. Pasamos por la locura de luces, carteles y gente pululando de Broadway.
Comimos en un español en el Soho, recomendado por Carlos. Se llama “Despaña” y está justo al lado del barrio italiano. Barrio, por otra parte, tiende a desaparecer. No por gusto. Ya, solo les queda una calle. El resto se lo va tragando el auge chino que puede con todo.
Mulberry Street, fue la calle, donde la Mafia italiana dominaba Nueva York. Lleno de restaurantes italianos. Uno por cada portal, al menos. Aquí vivieron desde Capone, al resto de sus secuaces. En una calle perpendicular está en el 408 de Broome Street, el restaurante español. Es mas una tienda de vino con anexo. Está con un lugar donde puedes comer a modo de tapas con el vino comprado en su tienda. Regentado y no se, si creado también, por una familia colombiana. Es lo que tenemos los españoles. No sabemos apreciar, o mejor dicho, no tenemos ni idea de como vender lo bueno nuestro. No estuvo mal del todo. Buenas croquetas, pasable el pulpo en tosta, discretísimas las anchoas y una buena crema catalana. Regado con un Cvne, la cuenta fue correcta también.
De allí, de nuevo al bus para girar por el Downtown hacia el Uptown por el West. Que americano me ha quedado esto. El autobús, paró de nuevo en la 46. Y nos dijeron , esto se había acabado por hoy. Pero bueno. Y la parte norte?. Pues nada. Tuvimos que coger un taxi, para ir a Central Park y no pudimos ver el Museo Metropolitano de Arte que ya cerraba. Perdimos demasiado tiempo con los autobuses. Paseo por el inmenso parque y vuelta para el hotel
Me hubiera gustado, hacer el tour nocturno, pero Chema ya estaba hecho polvo y lo dejamos para otra visita a Nuerva York. Pienso que nos quedan pocas veces, si es que habrá alguna, para volver por aquí. Me queda mucho mundo por descubrir. Esto ya lo tengo bastante visto.
Con esto, daremos por finalizada la visita a Nueva York. Mañana recoger el coche de alquiler y partir hacia Canadá. N.Y. es una ciudad de locos y sinceramente, cada vez me gusta menos. Tengo otras prioridades en la vida. Me encanta la arquitectura y aquí lo es todo. Pero el tráfico, las carreras de la gente, el estrés, las obras (ríete de Madrid), las bocinas, las sirenas de ambulancias, los miles de policías, todo me empieza a sobrepasar. Adios NY. “This little town blue..” que cantara Sinatra, ha cambiado mucho. Bye , bye.
4º Día - De New York a Syracuse
13.05.2016
Hoy tocaba día viajero e intrascendente como ocurre en estos viajes en coche o furgoneta, en los que se recorren muchos kilómetros. Era el día para recoger el coche que nos iba a llevar por el recorrido marcado. Habíamos quedado en recogerlo a las 11 o 12 de la mañana. Fue, mucho mas temprano.
Amaneció nublado en Nueva York y decidimos entonces ir pronto a esa recogida. Desayunamos por el camino y nos fuimos al renta-car "Alamo" de la calle 44, donde debíamos tener nuestro coche reservado. Al final y como suele pasar, cogimos uno un poco mejor. A punto estuvimos de pillar uno de esos coches de mis sueños. Un "Mustang" . No lo cogimos pues no iba a caber nuestro equipaje en su maletero. Una pena. Nos decidimos por un Jeep Cherokee. Mucho mas cómodo y bastante mejor que el clase standard reservada. Mas caro también. Pero remos bastante mejor en todos los sentidos.
Un nuevo problema surgió. Impredecible, pero ocurrió. Me dejé el carnet de conducir en España, pues llevaba el Permiso internacional de Conducir. No puedo entender que tengan que ir ambos unidos, si éste, va con foto y con todos los sellos oficiales. Lo dejé en casa para no perderlo. Total, un problemilla. Menos mal que Chema si llevaba ambos. Llamé a Luis, para que se acercara a casa y me lo enviara por un transporte urgente. La pena que hoy es viernes y con la diferencia horaria, hasta el lunes nada de nada. Ademas tardará al menos tres días en llegar a Canadá.
He quedado en que me lo envíe a Montreal que estaremos martes y miércoles y el jueves tenemos previsto salir. Eso si, siempre que haya llegado el carnet. Mientras tanto a Chema le toca conducir. Mal asunto. Se cansa bastante y no es por faltar, pero además es bastante despistado y le encanta manipular cosas que debería dejar para otros momentos. tuve que darle un par de toques de atención, pues recibía whatsapps que pretendía leer.
Después de unas cinco horas, llegamos a Syracuse. Ciudad universitaria. Pequeña. De unos ciento cuarenta mil habitantes y que nos ha servido para no tener que hacer una jornada larguísima hasta Niagara Falls. Empezó a llover nada mas salir de New York y hubo momentos de mucha lluvia. Me dijeron que por España están igual de empapados.
Al llegar al Hotel Marriot, susto. La reserva no estaba. Además estaba toda la ciudad llena por un congreso y fiesta universitaria de graduación. Menos mal que saqué el ordenador para que vieran los mails cruzados, aparte de enseñar el resguardo de la reserva con Booking. Nos pudieron hacer un hueco y darnos habitación. Estaban ya con overbooking. Alguien esta noche se queda sin dormir en este hotel. No obstante, esperaban alguna baja de la fiesta, pues siempre les ocurre.
Salimos a dar una vuelta por la ciudad y de paso cenar algo. Increíble que un viernes, una ciudad universitaria estuviera tan poco animada. Los bares y restaurantes, medio vacios. Eran las 20,30. Vimos uno mas animado y entramos. Luego se llenó. Eras un mexicano llamado “Otro Cinco”. Bien la comida. Unos mejillones excelentes, un guacamole con nachos muy conseguido y natural y Chema unos calamares fritos de medio pelo y algo picantes. Como no. Bien en general y barato, para lo acostumbrado hasta ahora.
Hice unas fotos con el movil, medio-nocturnas y así tendría alguna constancia de nuestro paso por Syracuse.
Nos fuimos al hotel que se encontraba a la salida de la ciudad en una zona que se llama Liverpool. De la famosa fiesta de graduación universitaria, no escuchamos ni la música. Esperaba ruidos por las habitaciones a las tantas de la madrugada, pero nada de nada. O fue un rollo. O están demasiado civilizados en esta ciudad. Mañana camino de Canadá
5º Día - De Syracuse a Niágara Falls
14.05.2016
La salida del hotel, también tuvo su intríngulis. En Febrero pasado reservé entre otros hoteles, los de Nueva York, Toronto y Montreal, el hotel de Syracusa. Un error mío, por falta al repasar las cosas, hizo que esta reserva la hiciera para el 28 de Febrero, el día siguiente que reservé. Era imposible. Me di cuenta enseguida, pero era una de esas reservas que te cobran por adelantado. Llamé en el momento de percatarme del error y aparte de mails a Booking, hablé directamente con el hotel. No me devolvían en ese momento el dinero, si no que lo descontarían cuando fuera en Mayo.
Hoy después de la estancia, me pasaron la factura por debajo de las puerta del hotel y cual fue mi sorpresa, cuando vi que me habían cargado todo de nuevo. Hablé con Recepción y después de comprobar emails y demás me dijeron que en unos días lo tendría en mi cuenta. Esto es un tema que me hacer mucha gracia. Las fianzas que a veces te piden, te las cargan al momento y se ve al instante en el teléfono el aviso del banco. En cambio, cuando te tiene que devolver, te dicen que en tres o cuatro días.
El recorrido no era el esperado. Nos hablaron de una zona preciosa de viñedos bordeando un gran lago y o nos equivocamos de carretera o nos tomaron el pelo. Íbamos lejos del lago y viñedos no vimos ni uno. Solo un cartel que anunciaba uno de ellos.
De camino decidimos parar en Búffalo. Ciudad emblemática de Estados Unidos. Era sábado por la mañana y estaba todo el centro vacío. Por aquí la gente debe salir de fin de semana a sus casas de campo, que es donde vive la mayoría y organizar sus barbacoas.
El viento, era fuerte y helador. Dimos una vuelta rápida. Vimos los pocos edificios emblemáticos y nos fuimos. Este tipo de ciudad americana, no da para mucho. Todas estas ciudades son muy parecidas. Unos cuantos rascacielos y con eso tiene ya su zona turística.
Llegamos a Niagara Falls y nos fuimos directos al hotel a tomar posesión. Havbiamos reservado en el Hilton por eso de tener vistas directas a las cataratas. Realmente es un absurdo pagar mas para tener delante la caída de agua. Desde cualquier sitio lo puedes ver. Claro está que desde la habitación puede parecer mas bucólico, pero solo cinco minutos. Luego te vas a dormir y de nada te vale tenerlas cerca.
Fuimos a dar una vuelta a la barandilla donde se ven mejor. Aparte de la lluvia, la caída de tal cantidad de agua, provoca un constante diluvio cuando te acercas. No solo la lluvia hace que te empapes. Ademas las fotos, son muy complicadas de hacer. En realidad, quedas mejor con las del teléfono. N tienes nada que ajustar y su automatismo te sorprende.
Por hacer un poco el turista, decidimos subir a tomar una copa a la Torre Skylon de 158 metros de altura. Efectívamente, las vistas son extraordinarias, pero el precio también. Doce euros para ver cinco minutos las cataratas desde esa altura, me parece un abuso. Encima, no había bar de copas para tomarse una a esa altura. Mas arriba, hay un restaurante pero solo subes si pagas a además la reserva de la cena.
Decidimos buscar un restaurante y como ocurre en estos sitios, hay pocos fuera de los hoteles. Al ser estos, tan grandes, suelen tener tres o cuatro de diferente comida, cada uno de ellos. Total, nos quedamos en el italiano de lhotel. Lleno de niños. Mucho griterío. Comida gigantesca en cuanto cantidad. De calidad muy justito. De precio lo habitual.
Acabada la cena, nos dio para disfrutar esos cinco minutos de vistas desde la habitación. Al ser ya de noche, las vistas fueron diferentes y mas atractivas, pues había dejado de llover y la claridad era mejor.
6º Día - De Niagara Falls a Toronto
15.05.2016
Amaneció el día peor a como lo habíamos dejado la noche anterior. La lluvia, se había convertido en una ligera agua-nieve por el descenso de la temperatura. Estábamos en la calle a 3º. La lluvia, era casi nieve. De hecho, de vez en cuando se veía algún copo un poquito mayor. No duró mucho.
Salimos del hotel a seguir nuestra ruta. Por cierto, a esta gente les cuesta dar facturas. Por muchos sitios, no te dan, siquiera una mísera nota. Reclamé la factura y no me la dieron. Tendré que solicitarla a la compañía intermediaria a la que desvió la página web oficial del hotel, al contratar la habitación.
En el camino, paramos en un típico lugar de "breakfast" para hacer nuestro desayuno. Se llamaba "Phyl's" y dan la carta de desayunos durante todo el día. Es su lema y publicidad. Estaba bastante decente. El mejor bacon probado hasta ahora. De hecho, solo lo probé un día, pues el resto, ni apetecía por las pintas que tenían en los buffet.
Al seguir ruta, vimos la zona de viñedos, que Carlos el colombino nos había dicho. No estaban donde lo intentamos ayer, si no por esta zona. Cerca del gran lago Ontario. Nos desviamos hacia Sta Catharines. Comarca, donde hay muchos viñedos y donde no paran de surgir nuevas bodegas. Entramos en una bodega llamada "Vineland". Muy bien montada la zona de ventas y exposición. Con tienda. Incluso, vendían productos delicatessen en la segunda planta. Era demasiado pronto para probar los vinos.Aún así, deberemos probarlos mas adelante, para comprobar como se van haciendo estos nuevos vinos. canadienses Emplean sobretodo, dos tipos de uvas. La "riesling" para los blancos y la "cabernet franc" para los tintos.
La carretera, pasó a ser autopista. La circulación de vehículos exagerada. Todos a la misma velocidad, pero todos por encima del límite. Son, 100 kms/hora e iban todos, sobre los 115. A pesar de ser domingo, la gente se mueve desde temprano para ir a algún lugar a disfrutar del día de asueto. Dejamos Hamilton a la izquierda. Ciudad grande de cerca de medio millón de habitantes. Suele ponerse en carteles en la carretera. Cada vez que pasas por un pueblo ó ciudad, indican su número de habitantes.
Llegamos a Toronto con gran dificultad, debido al corte, por obras, de los dos accesos por los que nos dirigían los dos GPS. Digo esto, porque Chema no se fiaba de las directrices del que llevábamos. Lo empezó a buscar por el de su teléfono. Como vimos que nos volvían a mandar por los mismos caminos en obras y además se veían a lo lejos los altos edificios del centro de Toronto, propuse coger una carretera que se veía nos podría llevar por otra ruta. Chema me dijo que se encontraba perdido y acabó poniéndome nervioso a mi también. Fue una discusión absurda- Era evidente que llegar llegaríamos. Y casi seguro, por la ruta que propuse. No se fió y su teléfono le fue dirigiendo al centro por el mismo camino que yo había propuesto.
Sin no mucho retraso por ese desvío obligatorio y teniendo en cuenta que llegas a una gran ciudad con tráfico y semáforos, llegamos al hotel Ramada de Toronto. Una vez registrados, salimos a dar una vuelta para conocer la ciudad. Vimos que había pocos puntos interesantes que visitar por las recomendaciones de internet. Decidimos ir a ver en primer lugar el Acuarium de la ciudad. Está en el 288 de Broomer Blvd.
Preguntamos a la chica por un buen restaurante en Kingston y nos dijo, que evidentemente el suyo. Nos dio otras dos direcciones. Uno de pescado y mariscos y el otro de un bistro francés. Pasamos por delante del primero y decidimos ver el segundo antes de decidirnos. Vimos el segundo, llamado “Le Chien Noir”. Tenía buena pinta. Aquí nos quedamos.
Era prontísimo. Tenemos un descontrol de comidas total. Yo desayuno fuerte. Chema, no. Yo aguantaría hasta las siete paras hacer la segunda comida fuerte. Chema, no. Así que hoy, a las 5 a comer, cenar o como queramos llamarlo. Un “timing” caótico. El restaurante, estaba vacío. Lógico. Luego se fue llenando.. Pedimos una muy buena ensalada, compuesta de lechugas, tiras fritas y crujientes de algo parecido a calabacín y pipas de calabazas, grandes y fritas. También, llevaba algo fresco de cítricos. Chema, se pidió un Beef Tenderloin, solomillo, bastante sabroso. Para mi, un Confit de Pato, por eso de estar en un Bistro. Muy bueno. Solo le sobraba de entre la guarnición, una cantidad enorme de “beans”, alubias, demasiado al dente. Por lo demás todo muy bien.
Al salir, me dije, a la heladería. Algo de postre habría que tomar. Digo yo. Pasamos por delante del pub. Vi gente saludando. Pensé, será para alguien que fuera detrás de nosotros. Seguimos a lo nuestro. Me pedí uno de avellana y fresa. Riquísimo. Chema uno de dulce de leche. Muy cremoso, pero regular. Como al lado estaba el “Blue Martini”, pues que menos que tomarse un whisky para hacer tiempo, antes de ir al hotel.
Amaneció el día peor a como lo habíamos dejado la noche anterior. La lluvia, se había convertido en una ligera agua-nieve por el descenso de la temperatura. Estábamos en la calle a 3º. La lluvia, era casi nieve. De hecho, de vez en cuando se veía algún copo un poquito mayor. No duró mucho.
Salimos del hotel a seguir nuestra ruta. Por cierto, a esta gente les cuesta dar facturas. Por muchos sitios, no te dan, siquiera una mísera nota. Reclamé la factura y no me la dieron. Tendré que solicitarla a la compañía intermediaria a la que desvió la página web oficial del hotel, al contratar la habitación.
En el camino, paramos en un típico lugar de "breakfast" para hacer nuestro desayuno. Se llamaba "Phyl's" y dan la carta de desayunos durante todo el día. Es su lema y publicidad. Estaba bastante decente. El mejor bacon probado hasta ahora. De hecho, solo lo probé un día, pues el resto, ni apetecía por las pintas que tenían en los buffet.
Al seguir ruta, vimos la zona de viñedos, que Carlos el colombino nos había dicho. No estaban donde lo intentamos ayer, si no por esta zona. Cerca del gran lago Ontario. Nos desviamos hacia Sta Catharines. Comarca, donde hay muchos viñedos y donde no paran de surgir nuevas bodegas. Entramos en una bodega llamada "Vineland". Muy bien montada la zona de ventas y exposición. Con tienda. Incluso, vendían productos delicatessen en la segunda planta. Era demasiado pronto para probar los vinos.Aún así, deberemos probarlos mas adelante, para comprobar como se van haciendo estos nuevos vinos. canadienses Emplean sobretodo, dos tipos de uvas. La "riesling" para los blancos y la "cabernet franc" para los tintos.
La carretera, pasó a ser autopista. La circulación de vehículos exagerada. Todos a la misma velocidad, pero todos por encima del límite. Son, 100 kms/hora e iban todos, sobre los 115. A pesar de ser domingo, la gente se mueve desde temprano para ir a algún lugar a disfrutar del día de asueto. Dejamos Hamilton a la izquierda. Ciudad grande de cerca de medio millón de habitantes. Suele ponerse en carteles en la carretera. Cada vez que pasas por un pueblo ó ciudad, indican su número de habitantes.
Llegamos a Toronto con gran dificultad, debido al corte, por obras, de los dos accesos por los que nos dirigían los dos GPS. Digo esto, porque Chema no se fiaba de las directrices del que llevábamos. Lo empezó a buscar por el de su teléfono. Como vimos que nos volvían a mandar por los mismos caminos en obras y además se veían a lo lejos los altos edificios del centro de Toronto, propuse coger una carretera que se veía nos podría llevar por otra ruta. Chema me dijo que se encontraba perdido y acabó poniéndome nervioso a mi también. Fue una discusión absurda- Era evidente que llegar llegaríamos. Y casi seguro, por la ruta que propuse. No se fió y su teléfono le fue dirigiendo al centro por el mismo camino que yo había propuesto.
Sin no mucho retraso por ese desvío obligatorio y teniendo en cuenta que llegas a una gran ciudad con tráfico y semáforos, llegamos al hotel Ramada de Toronto. Una vez registrados, salimos a dar una vuelta para conocer la ciudad. Vimos que había pocos puntos interesantes que visitar por las recomendaciones de internet. Decidimos ir a ver en primer lugar el Acuarium de la ciudad. Está en el 288 de Broomer Blvd.
Yendo hacia allí y muy cerca, vimos unas colas enormes de personas. Pensamos que era para el Acuarium. Pero no. Jugaban los Raptors y era para verlos en su pabellón. Este, es el equipo estrella de la ciudad, aunque hay dos potentes en la misma. Los de Toronto, están ya en semi-finales de los Play-Off de la NBA y era su partido número 7. A decir verdad, no se como van en la serie.
Entramos en el fantástico y gigante acuario de Toronto. Muy bien distribuido. Vas viendo cientos de peces de todo tipo. No solo, las especies que se dan en estos grandes lagos, si no también todo tipo de especies marinas. Desde medusas hasta tiburones, pasando por todas las especies inimaginables. Como es de suponer, abarrotado de niños. Era domingo.
Merece la pena darse una vuelta por este Acuarium. El precio, 67,75 los dos, unos 25 euros por persona. Pienso que bien invertidos. Tardamos casi dos horas en recorrerlo y verlo. Por haber, hay hasta submarinistas que juegan con las grandes rayas en uno de los espacios habilitados. Claro, llevan siempre comida y los peces tampoco son tontos y saben quien les puede dar algo de alimento. De hecho, una de las cosas que llaman la atención es que conviven por ejemplo,grandes tiburones con especies pequeñas y no vimos ningún ataque del grande al chico. Esto, seguro, porque están súper bien alimentados.
De allí, fuimos por el puerto a buscar algún sitio para comer pues eran ya mas de las cuatro de la tarde. Increible. No veíamos ningún restaurante. El frío era ya insoportable. Unos cinco grados, perro con mucho viento. La sensación térmica, bestial. Así, que rapidito, que se congelan las ideas.
Al fin, un Centro Comercial medio vacío de tiendas y locales. Tomamos unas cervezas en esos pubs, típicos irlandeses que han proliferado por todo el mundo. Estaban todos como locos. Veían el partido de Los Raptors. por la TV. Iban ganando y ganaron. La mas tifosi, una señora de alrededor de 70 años a nuestro lado. No paraba de gritar cuando encestaba su equipo.
Decidimos, en vista de los acontecimientos y por esa falta de restaurantes, entrar en un buen supermercado que allí había, para comprarnos la cena y el desayuno del día siguiente. Un pollo asado. Patatas fritas de bolsa. Jamón york, queso, chocolate y pan. Era todo lo necesario para cenar mas tarde en la habitación. Hay que ir pensando en ahorrar. Aquí, los gastos se disparan sin darte cuenta.
Una última vuelta con el coche.Ibamos a ver la Brookfield Place. Otro de los sitios recomendados. El GPS, nos mandaba para un sitio imposible. No encontraba el lugar exacto y eso nos hizo desistir. No había mas que ver. Domingo. Museos cerrados.Frío y viento. No daba para mas.
Así que a cenar, al hotel y a acostarse . El pollo asado bastante jugoso. Lo regamos con la media botella de Cvne que nos quedaba. Bien. Un rato de ordenador y a descansar.
7º Día - de Toronto a Kingston
16.05.2016
Salimos de Toronto bastante mas fácil que el acceso. Hoy, el atasco de entrada era tremendo. Peor que el nuestro. Calculo de alrededor de 20 o 25 kms. Que locura pillarte algo así. Nosotros de maravilla.
Nos llama la atención esta parte de Canadá. Es muy plana. No ves siquiera suaves colinas. La vegetación, nada excesiva. Arboles, pero no, grande árgoles. De vez en cuando alguna llanura. Tampoco se vacas u otros animales.
Nos desviamos hacia Belleville. Sonaba bien. Además era coger una carretera bordeando de nuevo el lago Otario. No obstante tampoco existe una carretera ribereña al lago. En cambio, siempre hay casas en primera fila. El pueblo, nada del otro mundo. Muchas iglesias. Cada una de religión diferente. Ya se sabe que por estos lares, hay cientos de ellas.
Seguimos ruta y llegamos a Kingston. Que recuerdos de la canción de UB40. Pero esta, es de Canadá, no Jamaica. Esta, si es una ciudad interesante. De unos ciento veinte mil habitantes. Fue cuna del nuevo Canadá. Incluso sostuvo la capitalidad por algún tiempo. Muchas casas y edificios coloniales, certifican su pasado. Grandes colegios universitarios y una Penitenciaría famosa con una gran puerta de entrada, a modo de palacio. Aparte, de por haber albergado a los mas famosos delincuentes de Canadá. Lo curioso es que delante tiene el puerto deportivo. Tremendo contraste.
El día, estaba siendo duro en climatología. Muy cambiante. Lo mas incómodo el viento que hacía subir el frío. El lago Ontario, parecía un día de levante en el Puerto de Sotogrande. fuerte marejada.
El día, estaba siendo duro en climatología. Muy cambiante. Lo mas incómodo el viento que hacía subir el frío. El lago Ontario, parecía un día de levante en el Puerto de Sotogrande. fuerte marejada.
Dimos una vuelta alrededor de la zona portuaria. Vimos, e el gran edificio de su City Hall o Ayuntamiento, asi como su antigua estación de trenes. Casas de estilo colonial, rodean esta zona. Pasamos delante de una heladería italiana. Ésto, sí me gusta. No era el momento. Luego, al lado, vimos un pub. Se llamaba, “Blue Martini”. Entramos a tomarnos unas cañas. Una chica, guapa y amable nos sirvió dos Budweiser bien frías. Al lado, dos parroquianos nos flanqueaban. El de la derecha pidió algo de comer. Esperamos a ver que le servía. Eras un local tipo Midas. Multiuso. Restaurante, bar de copas y discoteca con baile los fines de semana. Le pusieron un plato que nos atrajo nada. El de la izquierda, parecía querer hablar. Solo sonreía.
Preguntamos a la chica por un buen restaurante en Kingston y nos dijo, que evidentemente el suyo. Nos dio otras dos direcciones. Uno de pescado y mariscos y el otro de un bistro francés. Pasamos por delante del primero y decidimos ver el segundo antes de decidirnos. Vimos el segundo, llamado “Le Chien Noir”. Tenía buena pinta. Aquí nos quedamos.
Era prontísimo. Tenemos un descontrol de comidas total. Yo desayuno fuerte. Chema, no. Yo aguantaría hasta las siete paras hacer la segunda comida fuerte. Chema, no. Así que hoy, a las 5 a comer, cenar o como queramos llamarlo. Un “timing” caótico. El restaurante, estaba vacío. Lógico. Luego se fue llenando.. Pedimos una muy buena ensalada, compuesta de lechugas, tiras fritas y crujientes de algo parecido a calabacín y pipas de calabazas, grandes y fritas. También, llevaba algo fresco de cítricos. Chema, se pidió un Beef Tenderloin, solomillo, bastante sabroso. Para mi, un Confit de Pato, por eso de estar en un Bistro. Muy bueno. Solo le sobraba de entre la guarnición, una cantidad enorme de “beans”, alubias, demasiado al dente. Por lo demás todo muy bien.
Al salir, me dije, a la heladería. Algo de postre habría que tomar. Digo yo. Pasamos por delante del pub. Vi gente saludando. Pensé, será para alguien que fuera detrás de nosotros. Seguimos a lo nuestro. Me pedí uno de avellana y fresa. Riquísimo. Chema uno de dulce de leche. Muy cremoso, pero regular. Como al lado estaba el “Blue Martini”, pues que menos que tomarse un whisky para hacer tiempo, antes de ir al hotel.
En la barra no estaba la chica de antes. Pero, mira por donde, a la izquierda
había un grupo de cuatro personas. Estaba claro. Eran los que me saludaron. Estaba la chica de antes, el callado sonriente y otra pareja. Nos sentamos en la barra. Pedimos dos whiskys. Chema, quiso probar uno canadiense. Malísimo. Yo, mi Jack Daniel’s habitual.
Enseguida, los del grupo nos hablaron. La chica, resultó ser hija del callado. Hermana de la actual barwomen. La señora, la madre. El otro, un amigo de la familia. Se enrollaron. Lo típico. De donde vienes y a donde vas. Enseguida, los tópicos modernos. Ibiza. Chicas. Real Madrtd. Cristiano Ronaldo. Final de Champion. Es sorprendente, lo que siguen nuestro futbol por acá.
Al momento, nos invitaron a una ronda. Aceptamos. Seguimos medio tertulia, medio a lo nuestro. Decidimos irnos. Imposible. Nueva ronda. Decimos que no. Estaba pagada, así que tuvimos que aceptar. Les pusimos a ellos una ronda de vinos. Es lo que bebían. El callado, ya no tanto, preocupado por nuestro estado. Estábamos muy bien. Se ofreció a llevarnos al hotel. No era necesario. Al rato despedida. Insistió que nos diéramos la vuelta si Chema, el conductor, se encontraba mal. No era necesario. Encantadores. Que pena que la chica, estuviera con sus padres. Era muy mona y parlanchina.
Al hotel. Antes, a comprar un par de cosas que nos faltaban para el desayuno. Hemos decidido desayunar en la habitación y no pagar la porquería de “breakfast” que ofrecen los hoteles. De allí, al hotel. Nada del otro mundo, pero barato. Las camas, como por todos lados, fantásticas. Anchas, duritas y cuatro almohadas en cada cama, (no se para que tantas). Yo, duermo muy bien.
8º Día - De Kingston a Montreal
17.05.2016
Este lado del Lago Ontario, como ya dije, tiene un bosque no excesivamente frondoso y en el que te vas encontrando pueblos pequeños o grupos de casas en forma de comunidad. Es una zona tranquila, con los clásicos chalets de madera. No ves ninguna valla. Esto, da una sensación de amplitud, total. Tu jardín, se convierte en otro infinitamente mayor. El bosque, se integra también en tu propiedad. Me encanta esta sensación de libertad y compartimiento.
Si fueran como nosotros, tendrían vallas altísimas para preservar su intimidad. Las amplias vistas, se convertirían en muros que impedirían ver el bosque infinito o la margen del rio. Y cada uno, haría a cual mas hortera, esas puertas y rejas de entrada para su “maravillosa propiedad”. Aquí, los múltiples campos de golf, se extienden como si de tu parcela se tratara. Una mínima propiedad de tierra, es integrada en ese entorno fantástico convirtiéndola en una gran extensión para el disfrute de todos. Que diferentes somos. Que pena me da. En algunas cosas, claro está. Entras, somos unos privilegiados.
A lo largo del recorrido, esta vez fuimos por carreteras secundarias bordeando el lago, nos encontrábamos con esas bonitas casas ribereñas, Cada una con sus pantalón y su barco. Algunos, todavía varados en tierra. Empieza aquí la primavera. El sol, pica a veces. Otros, ya en el agua, se dedican a la pesca que por aquí es abundante. A muchos de sus habitantes, los ves con sus boogies intentando hacer ese hoyo menos que su amigo. Los campos de golf, se suceden uno tras otro. Todo abierto. Todo naturaleza.
Paramos en una pequeña comunidad, enfrente de Harkeness Island. Tenían sus hangares alineados, donde guardar sus embarcaciones. En el último kilómetro, habíamos acompañado el final de un transporte de barco por carretera, en uno de esos espectaculares camiones. Vimos la maniobra completa. Lo deslizaron suavemente en el agua del puertecito. Tres amigos, parece que ya jubilados, disfrutaban con el conductor del camión, de la botadura de su barco. La zona, muy tranquila. Pronto, pescarán alguna trucha o salmón. Que lo disfruten.
Según vamos subiendo hacia Montreal, el lago Ontario se empieza a hermanar con el Rio San Lorenzo, que es el abastecedor del agua del gran lago. Realmente, todos estos ríos y grandes lagos, están conectados unos a otros y la simbiosis entre ellos es total. A veces, no se sabe quien alimenta a quien. Es una gigantesca extensión de agua de la que muchas veces, piensas que estás al lado de la mar misma.
Paramos a comer en un mini Centro Comercial de la zona. No estuvo mal. Hamburguesa uno, club sándwich el otro. Suficiente, para llegar a la cena. Mas tarde, una pequeña cabezadita de veinte minutos, nos fue suficiente para llegar a Montreal. Ciudad de influencia francesa por excelencia.
Su nombre se debe, a un pequeño montecito, llamado Mont Royal que está situado en el centro mismo de lo que luego se fue construyendo como ciudad. Desde la cima del mismo, se divisa ésta, en toda su extensión. Llegamos al hotel y descargamos maletas.
En esta ocasión, los maletones. Hay que lavar la ropa acumulada en estos ocho días que llevamos de viaje. Salimos a buscar una “laundry” y dejamos la ropa. Mañana estará. Seguimos. Aunque anocheciendo y con bastante frío, nos fuimos al “downtown”.
Allí, vimos la Basílica de Notre Dame y bajamos caminando al antiguo puerto de la ciudad. Ésta, es una zona muy atractiva y por supuesto, muy afrancesada. Llena de restaurantes y galerías de arte. Por aquí hay una serie de edificios burocráticos importantes. Nos llamó la atención, la gigantesca puerta de bronce de la Corte Suprema. El edificio está en obras, pero pudimos verla.
De vuelta al hotel y como ya vamos haciendo mas de un día, cena en la habitación. Es mucho mas barato.
9º Día - Montreal
18.05.2016
Seguimos otro día en la ciudad del Canadá francés. A decir verdad, casi hemos escuchado mas, a la gente hablar inglés que francés. Supongo que a nivel niños y mayores el dominante será el grancés.
Desayunamos de nuevo en la habitación y salimos en dirección al Mont Royal. Se encuentra en una colina, de no mas de 250 metros de altitud, desde la que se divisa toda la ciudad. De hecho y como creo dije ayer, de esta colina, le viene el nombre a la ciudad. Llegamos al punto mas alto ó Colina de La Croix. Hay una especie de palacete que se usaba para celebraciones, ya que parece un salón de baile gigantesco. Se construyó para recibir a la primera visita oficial de Rey de Francia.
Desde lo alto, las vista de la ciudad son fantásticas. La subida y bajada, hay que hacerla a pié. No hay carretera para los mortales. Solo, para autoridades cuando aparecen. De allí nos fuimos de nuevo al Port Vieux. Allá decidimos hacer una pequeña travesía de una hora en un Bateau Mouche.
Antes, un paseo. Faltaba mas de una hora para la travesía. Andando, una chica nos reclamó para su bar. Dos cervezas, al precio de una. Menos mal. La birra costaba 10$. Luego al bateau. Mientras navegábamos viendo toda la ciudad y alrededores, nos pedimos una excelente chapata de jamón y queso con un vino californiano, también bastante decente. El resto del viaje, fuímos medio adormilados. El bocadillo y el sol, nos habían incitado a ello.
El lorenzo, calentaba bastante. Fuimos en cubierta descapotada. El día lo merecía. Igualmente, las vistas del recorrido, se veían mucho mejor. No es que sean una maravilla, pero sí, interesante verlo desde el barco. La corriente del río San Lorenzo, tremenda. Aquí te caes y en cinco minutos, estás a kilómetros de distancia.
Al salir del barco, fuimos a un jardín con césped delante de la Estación Marítima. Allí nos echamos una siestecita. Cerca nuestra, un grupo de tres chicas no paraban de charlar. Medio dormido, oí algo de jaleo. Era un grupo de chinos y chinas que querían hacerse fotos con las chicas. A pesar que en principio se negaron, los chinos ni se dieron por aludidos. A su rollo. Yo primero. Luego tu. Y así un montón de ellos. Las niñas llegaron a hartarse. Los chinitos, seguían, como si no fuera con ellos.
Después de ese relax, quise conocer el Estadio Olímpico de tan mal recuerdo para la ciudad. No solo fueron un desastre aquellos Juegos Olímpicos de 1976, si no que la ciudad también se hipotecó para muchos años. El estadio además, tuvo varios problemas de construcción.
Hoy día, parece que poco se usan esas infraestructuras. Parece que su utilidad es escasa. Partes que parecen abandonadas o mas bien, descuidadas. Al menos, la piscina olímpica, si mueve gente. A su lado, el Planetarium Rio Tinto Alcan. Entramos y lo vimos rápido. Tampoco merecís mucho la pena. Además de ser muy pequeño el espacio dedicado a la astronomía. Al otro lado, el Biodôme. Una especie de zoológico de todas las zonas de Norteamérica. No lo vimos. Estaba cerrado. Después de un café en l,a Piscina Olímpica, nos fuimos a recoger la ropa que me estaban lavando.
Recogimos lo encargado y nos fuimos al hotel. Un rato de relax. Mas tarde, salimos a un cajero y de paso a buscar un restaurante cercano que había visto recomendado y que se llama “Bis”. Lo vimos y lo dejamos. Los primeros platos, todos por encima de 25$. Los segundos, ninguno bajaba de 45$. Imaginar por un momento, el precio de los vinos. Nada, a buscar otro.
Al final, en el hotel, que tiene restaurante anexo. Dos pastas y a acabar la jornada. No valía mucho, la verdad sea dicha. El camarero, antipático. El lugar, frío. El comedor, casi vacío. En fín, día finiquitado.
10º Día - De Montreal a Pembroque
19.05.2016
La de hoy es otra etapa intermedia y de tránsición. Vamos hacia la parte norte de los grandes lagos. En concreto al Lago Superior. El mas grande de todos ellos y al tiempo y el Lago Michigan. Mañana haremos una parada y quizás durmamos en North Bay. Allí se encuentra el Lago Nipissing. Si hubiera pesca, Chema hará un alto para intentar pillar alguna presa.
Hoy ha sido un día de nervios. Mi carnet de conducir que debería haber llegado ayer, no llegaba. Seur pasó el sobre a TNT y ninguno de los dos daba señales de vida. El tracking en la web figuraba como en tránsito. Después de varios whatsapps con Luis, logré enterarme del número de TNT de Canadá. Me dio teléfono y número de tracking.
Un panameño muy amable de la recepción del hotel, se ofreció a ayudarme dado que no aparecía el sobre. Llamó y le dijeron que hasta mañana no lo repartirían. Teníamos que dejar el hotel. Me ofrecí a ir a recogerlo donde fuera. No quedaba otra. Los almacenes estaban fuera de la ciudad. Al lado de uno de los aeropuertos. El Pierre L Trudeau. Unos 25 kms. La ventaja, es que al estar cerca del aeropuerto, teníamos que confirmar mi carnet con el Rent a Car, “Alamo” que estaba allí. Además era buena la salida, hacia donde íbamos.
Todo salió redondo y ya puedo conducir. Hasta ahora, solo había conducido mi cuñado. Hoy, me he tragado unos 370 kms, hasta Pembroque. Aquí estamos y aquí dormiremos en uno de esos famosos hoteles de carretera. Esta, será nuestra costumbre a partir de ahora. Antes, hicimos parada en la capital de Canadá, Ottawa. No pensábamos parar, pero al cruzarla, vimos que bien merecías la pena una visita. Aunque solo fuera de una hora. El Parlamento en una auténtica joya. Compuesto por tres edificios separados. El principal, con su torre de reloj, es una maravilla.
El camino no me ha resultado pesado. El campo, cada vez mas bonito. Empiezas ya a ver, algún aprendiz de montaña. Los prados, super verdes. Llama la atención, las pocas vacas, caballos o cerdos que se ven. Debe ser por el largo y duro invierno. Aquí empiezan a plantar ahora. Solo una cosecha al año. El frío se lo llevaría todo. Por aquí, hasta los lagos se congelan. Ya vimos fotos de las Cataratas del Niágara totalmente congeladas. Uff, que frío. Aquí no viviría en la vida. Mi Sotogrande, es perfecto. Ni mucho frío , ni mucho calor.
Los arboles, también empiezan a ser mas altos. Se entremezclan con esas praderas tan verdes. Y agua. Mucho agua. Cada dos por tres, un lago o un rio. Es continuo. He leído que entre los ríos y los grandes lagos, tiene un cuarto de las reservas de agua dulce del planeta. Con el veinte por ciento de la de la Amazonia, que parte vi hace poco, casi abarcan la mitad del total. Una pasada.
Ah, por cierto, desde que llegué a Perú en el anterior viaje, tengo problemas con mi cámara de fotos. Estaba tan desesperado, que he estado a punto de abandonarla. Anoche, decidí empaparme de nuevo, parte del libro de instrucciones. Se había desprogramado. Lo referente a enfoque, luminosidad y sensibilidad, se habían cambiado radicalmente. Así estaba yo de desesperado. De cualquier forma, sigo teniendo problemas con el espejo reflector interior de la cámara. Va lento y cada vez hace mas ruido. No me gusta nada. Cualquier día se puede soltar. Entonces, se acabó. Espero dure hasta la vuelta a España. De todos modos, con los nuevos ajustes que he hecho, la diferencia es abismal. Vuelvo a sonreir.
Llegamos a Penbroke y buscamos el hotel. Ya lo venían anunciando en la carretera. Un “Confort Inn” . Bien de precio. Habiamos hecho una compra en un super en el camino y cenamos en la habitación. Brie, gouda, jamón york y pan con mantequilla. De remate, un yogourt.
11º Día - De Pembroke a Spanish
20.05.2016
El hotel que cogimos anoche estaba realmente bien. Además, barato para lo acostumbrado. Salimos a 44,50 euros al cambio cada uno. A partir de ahora buscaremos este tipo de hotel de carretera. Además el desayuno estaba incluido. No suele ocurrir por estos lares. Eso si, a las nueve, se acabó el breakfast. Increible. Fui a ponerme un poco mas de zumo y ya habían apagado la maquina. Es lo que hay.
Salimos a la carretera y emprendimos nueva ruta hacia los grandes lagos. El paisaje ya va cambiando. Ya nos recuerda mas a eso que esperamos de Canadá. Hasta ahora, todo demasiado plano. Ahora, los bosques empiezan a ser eso, bosques. Mayores árboles. Mas espesura. Menos cultivos.Empiezan a verse pequeñas montañas.
Hicimos una primera parada en Matawa. Vimos un lago cerca de la carretera y nos desviamos a verlo. Pasamos un antiguo y curioso puente de hierro.El suelo, como de ancha rejilla. Se veía el río por debajo. Difícil caminar sobre él. Ya en el lago pescadores preparaban sus sedales para la faena. Otros ya estaban en el agua en su barca.
Estuvimos un rato y seguimos. La idea, era llegar a North Bay y quedarnos allí. No fue así. La zona marítima muy bien. Quisimos comer en un restaurante en un barco varado que vimos allí mismo. Mala suerte. Eran las dos y abrían a las cinco. Sería su primer día de la temporada. Decidimos entonces irnos. El pueblo, bastante desangelado y sin gracia.
Ésta falta de belleza, es una máxima de casi todos los pueblos que pasamos. Ninguna gracia ni detalle. Parece no les interesa mantenerlos con gusto. La gente ,suele vivir fuera. Los bares cutres. Las tiendas mas de lo mismo. Pienso solo viven para estar de pesca o en sus casas de madera, fuera del mismo. Todo bastante vacío.
Paramos a comer en un sitio de estos. Dos en la barra y nosotros. Después llegaron cinco parroquianos mas. La chica simpática y buena curranta. Comida normal. Que poco les gusta comer. Pedí unas pechugas de pollo empanadas y fritas con salsa barbacoa. Decentes. Que difícil es escoger algo. Nada apetece.
Emprendimos la ruta en busca de dos sitios que en el mapa, nos llamaron la atención. El primero “Espanola”. Que curioso el nombre, verdad?. Pues, el segundo ni te cuento. “Spanish”. Dimos una vuelta por el primero. Esperábamos encontrar un restaurante que lo pareciera. Nada mas, ni del otro mundo. Todo desangelado y feo. Solo sigue siendo bonito el paisaje. Fuimos a otro lago y lo mismo. Paz, belleza de la naturaleza y pescadores
Nos fuimos a Spanish. Éste pueblo, mucho mejor. Al pasar vimos un hotelito curioso con un restaurante que parecía interesante. Entramos por el restaurante, pensando eran lo mismo. No. Nos pasó al hotel y llamó a un timbre. Esperamos. Mientras, le pedimos mesa para cenar. Era agradable y tenía casi todo completo. Pues no. Eran la 20,40 y los cocineros acabaron a las ocho y media. Un palo.
Hoy, es mi cumple y pensaba celebrarlo en algún sitio, al menos decente. Nada. Nos recomendó uno. Se llamaba “17”. Mientras, apareció una chica Hindú, muy agradable y servicial. Le pedimos habitación. Nos llevó a ver la habitación. Muy justita. Pero por aquí,no hay para mas. Por lo menos, barata. Nos recomendó el mismo restaurante, así que fuimos.
Que cumple, mas triste. El sitio, lo normal aquí, no saben comer. La comida, desastrosa. Yo elegí, una crema del día. Era de champiñones. Bastante correcta. Después, chuleta de cerdo con puré de patatas. Se salvaba, el puré. La chuleta, seca e insípida. Chema pidió una hamburguesa poco hecha a la camarera. Simpática, pero un poco pava. Al rato, aparece la jefa y me suelta que por Ley, está prohibido en Ontario servir la carne poco hecha o al punto. Le digo, si no es de cerdo, es de vaca. Pues no. Solo se sirve, hecha o muy hecha. Que te parece. Y se quedó tan pancha. No sé, si será verdad. Lo dudo. Pero quedarse, se quedó conmigo seguro. Bueno, con Chema, que la había pedido. Claro, luego la dejó casi entera.
Yo había pedido un vino, por eso de la celebración. Bastante malo. Canadiense era. De postre, una tarta de piña. Podían haberla llamado, de nata pastosa. La piña casi ni se veía. En fin. Cena, que pagó al final el fondo. Ya invitaré yo en otro lugar mas apropiado.
Nos fuimos al hotel, pues ya, ni apetecía tomar ese Jack Daniel’s, que tanto soñé . Ya me resarciré. Esto no va a acabar así. Ya te digo.
13º Día - De Wawa a Thunder Bay
22.05.2016
Otro día de tragar millas. La verdad, es que esta parte de Canadá, es bastante aburrida. Los pueblos no tienen nada atractivo. La gente es bastante aburrida. Anoche sábado fui al bar del pueblo. Ese, que se supone tiene a la gente jugando al billar y tomando copas. Nada de nada. Cinco personas y el menda. Me tomé el Jack Daniel’s que no me pude tomar en mi cumple. Eran las once y media mas o menos. A las doce me dieron el toque que eso se había acabado. Miré con cara de sorpresa y la camarera se apiadó de mi y me ofreció otro. Lo acepté. Claro, pagando. Quince minutos después, ya estaba sola recogiendo y me dio el segundo aviso. Así, que a los corrales.
Pues imaginaros hoy. Chema quería tomar una copa después de cenar en la habitación. Habíamos comprado comida y nos dimos una vuelta. Estamos ahora en Thunder Bay. Una ciudad de mas de cien mil habitantes. Imaginaros la desolación. Una vuelta y retorno al hotel. No había absolutamente nada. Así, que aquí estoy para contar esto.
El día amaneció precioso. Mucha luz y sol despejado. Salimos de Wawa y en la carretera, el mismo paisaje milla a milla. Lagos pequeños a la derecha. El gigantesco Lago Superior, continuamente a la izquierda. Es como recorrer 300 kms por la costa viendo el mar y una montaña siempre igual, salpicada por lagos pequeños. Bonito, pero algo cansino. Hemos hecho hoy otros 450 kms, porque no había otra cosa que ver.
Paramos en Terrace Bay. Anunciaban playa. El pueblo un poquito mejor urbanizado que lo visto hasta ahora. La playa del Lago Superior, como si de cualquier mar se tratara. Arena, nada fina. El resto, como cualquier costa española. El lago, como un plato. Mas tarde, saltó viento y se embravó. Dimos un corto paseo por la playa. Vimos mas pescadores. Como no. Y vuelta al coche. Nos quedaban muchas millas.
Otro atractivo del pueblo es su monumento al Ganso u Oca. Una pequeña birria de escultura, pero que para ellos tiene su encanto al parecer.Sale en todos sus folletos. Ver para creer.
Otro atractivo del pueblo es su monumento al Ganso u Oca. Una pequeña birria de escultura, pero que para ellos tiene su encanto al parecer.Sale en todos sus folletos. Ver para creer.
Sobre las tres, paramos a comer en el único pueblo decente que había entre ambas ciudades. Se llamaba Nipigón. Habíamos recorrido casi cien kilómetros, sin ver casa alguna. Encontramos un restaurante llamado "Sue". Parecía decente. No comimos mal. Ensalada Cesar y Tagliateles Roberto (debe ser el nombre del cocinero). Las raciones gigentescas. Y la fea costumbre de la zona. No habíamos acabado la pasta y ya nos pusieron la cuenta encima de la mesa. Ni preguntar, si queríamos postre o café. Debe ser costumbre, pedir todo de golpe. Si no lo haces, cuenta en la mesa que te crió.
Salimos e hicimos el último tramo de la jornada. Destino, Thunder Bay. Ciudad grande, como dije antes, pero aburrida, tela. Al final y visto lo visto, vamos a cambiar de planes. No iremos por Canadá hacia Yellowstone, si no como en principio pensábamos por Estados Unidos. De este modo, mañana otra vez a cruzar frontera. Dos veces en tres días. Menos mal que no nos sellaron el pasaporte. Pensarían somos traficantes de algo.Si vuelvo a Canadá, será para ver montaña con nieve. Hay que ir mucho mas al norte. Pero ojo, hay todavía menos humanos.
De cualquier manera y por lo analizado, no es que vayamos a ver durante mas de mil setecientos kilómetros nada interesante. Dakota del Norte, por donde iremos, parece bastante desértico de habitantes. Ojalá me equivoque.
14º Día - De Thunder Bay (Ontario,Canadá) a Fargo (Dakota del Norte,USA)
23.05.2016
Como dije ayer, la decisión estaba tomada. Dejamos Canadá y nos vamos a los United. Después del fiasco de anoche con las copas, llegamos al hotel. Hicimos colada. Esta mañana con la plancha que hay en todos estos hoteles, lo acabamos de secar y planchar.
Como resumen muy general de Canadá, diré lo siguiente. No nos hemos hecho una idea de lo que normalmente todos pensamos de Canadá. No hemos estado en grandes montañas. La nieve o glaciares, ni soñarlo. Hemos estado en el otro Canadá. Pasamos por cuatro de las cinco ciudades principales del país. Toronto, Montreal, Ottawa y Thunder River. Ciudades, las tres primeras, típioas americanas. Gran centro cívico y de negocios con rascacielos. Suburbios no muy cuidados. Y alrededor de ellas, miles de chalets independientes. Aquí es donde se vive.
El Canadá montañoso habrá que dejarlo para otra ocasión. Pienso que además mejor fuera de primavera o verano. Si es que puedo llegar a esquiar de nuevo. Éste, es un país inmenso con solo 35 millones de habitantes. La mayoría concentrados en esas cinco ciudades. El resto, esparcido en pequeñas comunidades por los infinitos lagos y bosques. Agua, lo que se dice agua, tienes para inundar Europa. No se cuantos lagos hay. Lo miraré en internet. Solo hemos estado y visto, los Grandes Lagos. No llegsamos a ver el Lago Michigan. Los otros, mas o menos los hemos visto. No en toda su extensión, por supuesto. Aunque, solo del Superior hemos hecho a su vera mas de 800 kms, entre Canadá y USA.
También quiero resaltar alguna cosa mas de este país que hoy abandonamos. Su gente, no es excesivamente amable. Habas contadas. Los pueblos son bastante cutres y dejados. Cuidan donde viven. Sus chalets de madera sin vallas, si están muy bien. Encima, son baratos. Los de la ciudad, viven como los de cualquier otra gran urbe de otro país. Para trabajar, sufrir colas y mucho tráfico. Los de los pueblos, para su barca, su pesca y su caza. Tranquilos y sin ningún estrés. No me vendría nunca a vivir a este país, por muy bonitos que sean sus lagos, sus montes y supongo sus bosques de las estaciones de esquí.
Un buen plan, sería venirse tres semanas. La primera para esquiar y ver ese norte con sus bosques. La segunda para alquilarte un barco y recorrerte los lagos, pescando y recalando en todas esa ciudades que dan a él.
Hoy hemos salido para Duluth en Minnesota y dependía de cómo íbamos llegaríamos a Fargo en Dakota del Norte. En las matrículas de Minnesota, se anuncian como el país de los 10.000 lagos. O sea, no quiero ni pensar cuantos habrá en Canadá.
Al pasar la frontera, a diferencia de ayer, nos han hecho esperar. Nos han obligado a parar para registro de todo. Ayer ni enseñar pasaportes. Hoy a fondo. Nos han hecho esperar en una sala. Una guardia, bastante atractiva, me pidió las llaves del coche. Se fue a registarlo. Han abierto las maletas y ha manoseado todo. Al rato, nada. Pasaportes y seguir ruta. No entiendo como pueden hacer un registro, sin estar tú presente. América, sin más.
Hemos parado un par de veces antes de llegar a Duluth. La primera en una zona de chalets que daban al lago. Fantástico sitio para vivir tranquilo y alejado del mundo. Después, en una zona de un puerto deportivo. Había que hacer alguna foto. Se nos están atrofiando los obturadores.
Seguimos viaje y ahora Chema quiere acelerar para conseguir mas días por Yellowstone y California. Hemos hecho ,para mi gusto, demasiados kilómetros estos días. Hoy sin ir mas lejos, con un despiste habido, hemos hecho algo mas de 800. Me parece una locura. No vemos nada. Ni una ciudad. Algo interesante debe haber, digo yo. Pero nada. Le ha entrado las prisas. Ya se, que Canadá podía ser un poco monótono. Que las ciudades canadienses y americanas, nos dicen muy poco. Pero, estamos de viaje turístico y algo mas deberíamos ver.
Paramos en la carretera a comer. Como no encontrábamos nada decente, al final aprovechamos de la nuestra. En una ladera, al lado de la Highway, comimos embutido y el resto del pollo que llevábamos
Llegamos a Fargo tardísimo. Una hora mínimo mas, por un error del GPS. Y alguna que otra cabezonería. Eran las 9,30. Hoy tenemos una hora mas. Con Madrid , la diferencia horaria, ya es de siete horas. Buscamos hotel y nos fuimos a cenar algo. En un italiano. Normal. Cansados y para el hotel. Espero que mañana, no nos demos otro palizón de millas.
15º Día - De Fargo (Dakota del Norte,USA) a Miles City (Montana)
24.05.2016
Después de descansar en un muy buen y barato hotel en Fargo, salimos en dirección a Yellowstone. Lugar al que hoy no llegamos. Antes, hemos pernoctado en Miles City ya en el Estado de Montana.
Anoche en el hotel del a Cadena Best Western, nos dieron una suite que eras un auténtico apartamento. Costó al cambio unos 88 euros. Con saloncito y cocina incluida. La pena es que no llevábamos nada para cenar y tuvimos que salir. No preguntamos las horas de desayuno y cuando bajamos a las 9,15, ya estaban recogiendo. Una pena, pues iba incluido en el precio. Nos fuimos entonces, lógicamente.
Salimos a la carretera y empezamos a recorrer. Mejor dicho, seguimos recorriendo, Dakota del Norte. Por la Highway Interestatal nº-94. Totalmente recta. Me tiré conduciendo cerca de 200 kms , en una línea recta, trazada escuadra,cartabón y regla. A derecha e izquierda grandes y extensas zonas de cultivos. De vez en cuando alguna granja. Ya se ven vacas de engorde. Esperemos tomar mejor carne a partir de ahora.
Se pueden hacer pocas fotos. El camino es monótono e imposible parar en autopistas. Así que me dedicaré de vez en cuando a las impresionantes cabezas tractoras de los tracks americanos. Me encantan. Increíble, lo limpio que las llevan. A cual mas impresionante. Algún día haré una serie de camiones que vaya fotografiando en este viaje.
Antes, paramos en la carretera para desayunar. En un café al lado de la autopista. Te sorprende que la mayoría de los desayunos eran con tres huevos. Al estilo que quieras. Al final de la carta había uno con solo dos. Elegimos este. Además, no paran de rellenarte el café. Tienes que estar atento, para decir, basta. Si no, siguen y siguen. Después, “on the road again”, como diría la canción del grupo "underground" Canned Head. Grupo mítico de los sesenta.
Entramos en un pueblo llamado Dirkinton. De lejos, vimos una iglesia que parecía interesante. Se ven tan pocas tan altas, que nos dió or ir allí. Queríamos haber comido en dicho pueblo. De hecho, el GPS nos citaba dos restaurantes. Cuando llegamos al primero, estaba cerrado. El segundo no servía ya comidas. Vaya pueblo. Pregunté a una señora en la calle y se enrolló diciéndome que el restaurante cerrado, era de su hija y acabó desesperada. El segundo, según parece también. Nos dijo que no dejáramos de ver el famoso templo. La estrella del pueblo. Assumption Abbey. No se quien habrá financiado este templo. Desde luego, el pueblo no. No son ni 500 habitantes, así que será una de esas sectas, tan típicas por aquí.
Como no habíamos comido, el siguiente pueblo era Dickinson. Mucho mas grande y con mas restaurantes. Creo que con unos 4000 habitantes.
Por fin. Hemos comido carne de vacuno. En casi ningún sitio la han tenido hasta ahora. Solo, Chema un día comió carne en Nueva york. Yo, siempre de pollo, no me fiaba de otro tipo de carne. Ésta, esbaba muy buena y bastante poco hecha. Cosa muy rara por estos lares. Hay que pedirla “really rear” y aún así, a veces te la hacen pasada.
Seguimos carretera y entramos en el Parque Nacional Theodore Roosevelt. Fue un antiguo territorio de los “sioux” y donde se libraron muchas batallas famosas. Tierra de bisontes y reserva de los mismos. Desde donde estuvimos observando, no vimos ni uno. El parque se llama así, porque el Presidente Roosevelt, cazó uno aquí bastante grande. Luego, le debió dar pena y luchó para proteger tan bello animal. Los bisontes, aquí se han extinguido prácticamente. Ahora se está haciendo algo al respecto. Ya hay alguna reserva protegida.
Por la carretera íbamos y pensando en los indios andaba yo. Que faena y que exterminio han hecho estos yankees. Luego dicen de los españoles en América del Sur. Cuando iba conduciendo y veía esas montañas, que mil veces vi en los “western”, me imaginaba “sioux” controlando cualquier acceso a sus tierras. Para nada salvajes. Tierra preciosa "la suya". No, de los de las caravanas de europeos.
Después, acabó otro largo día de carretera. Muchas millas de nuevo. Esta vez, nada cansado. Llegamos a Miles City, ya en el Estado de Montana. Una hora menos de nuevo. Ya estamos a 8 horas de diferencia con España.
Encontramos pronto hotel. Otro “Best Western”. Están bastante bien y son bastante asequibles. Mañana nos acercamos ya definitivamente a Yellowstone. Estamos a una 380 millas de la entrada norte. La idea, es estar al menos, tres días por el Parque.
16º Día - De Miles City (Montana) a Red Lodge (Montana)
25.05.2016
25.05.2016
Demasiado rápido. Esto es lo que pienso de esta última semana del viaje. A mi cuñado, no le gusta nada ver ciudades, ni museos. Así, que vamos a un ritmo desenfrenado. De hecho, según mi planificación inicial, hemos adelantado cinco dias. He tenido que anular los hoteles de Yellowstone porque llegamos mucho antes. Y aquí, es difícil encontrar plaza. Entiendo y ya lo he dicho, que estas ciudades ofrecen poco. Pero, Estados Unidos es así. Tienen que sacar historia de lo poco que tienen. Y esto, es casi nada. Lo que hay, muy reciente. Así que un personaje como Búffalo Bill, aquí, es histórico. Pero, digo yo. Habrá que verlo también. No?
Salimos de Miles City con mucha lluvia. Ya llovía de noche. Hemos tenido casi todo el día, con lluvia y nubes. Solo al final del mismo, vimos claros. El recorrido, como últimamente. Mucho campo. Ahora con ranchos mas grandes y bien cultivados. Muchas mas reses por todas partes. Auténtico escenario americano.
Después de unos 330 kms , hemos llegado a Red Lodge. Estamos a las puerta de Yellowstone. Desde aquí, entraremos en unos 170 kms por la entrada noroeste del Parque en Cooke City. La idea es estar al menos tres días visitándolo.
Pasamos primero por el Centro de Visitantes del pueblo. Queríamos información de la mejor manera de llegar al Parque. Nos informaron, pero no pudimos sacar el “pass”. Hay que hacerlo en las entradas al mismo. Aunque nos recomendó ir a Cody. Quizás allí nos lo dieran. Nos fuimos a comer.
Estuvimos en un pub en el centro del pueblo. Tenía buena pinta. Además dentro nos atendió una chica encantadora. Kaitlin se llama. Comimos cada uno una ensalada. Ambas muy bien presentadas y muy ricas. Buen precio. El local se llama “Foster & Logan’s".
De aquí hicimos una excursión a Cody. Unos 100 kms nos separaban. En Turismo, nos dijeron que tanto el camino, como la ciudad, eran muy interesantes. Del camino, poco. Bastante árido. Sin arboles. Vimos una antigua mina que explotó en 1998 y causó 43 muertos. Se cerró para siempre. Por nuestra derecha y a lo lejos, las montañas que bordean el Parque. Algo de nieve en las cumbres. Todo muy nublado. De vez en cuando se despejaba algo y salía el sol.
Llegamos a Cody. La tierra de Búfalo Bill. Sí, el famoso. De hecho era su apellido. Aquí le veneran y le sacan mucho partido. La ciudad llena de alusiones al famoso personaje. Lleno de pubs y tiendas con la figura y merchandising del original soldado y cazador de bisontes. Figura del viejo oeste y bien explotado en Hollywood. Nos dijeron que quizás pudiéramos comprar aquí las entradas a Yellowstone, pero nada. Vuelta y a descansar un rato en el hotel.
En el camino de vuelta, vas por sitios en los que de pronto de te cruzan todo tipo de animales, por la carretera. Hay que ir con cuidado, pues están protegidos. La multa es para ti, si tienes la mala suerte de atropellar a alguno. También me di una vuelta por el pueblo, para ver sus casa y edificios.
Mas tarde, salimos a cenar y como no, volvimos al mismo pub. Esta vez, íbamos de hamburguesas. Chema una de res de Montana. Buena y poco hecha. Yo, una excelentísima, de casrne de búfalo. Había que probarla. Riquísima y muy sabrosa. Me recordó, en calidad, tamaño y presentación a las de Midas. La chica no estaba.
De allá, al hotel que mañana iniciaremos la visita al reconocido como mejor Parque Nacional del mundo. Yellowstone. Aparte, de ser el mas antiguo también. El lugar de las “piedras amarillas” y que tiene el mas famoso geiser del planeta, El Old Faithful”, tiene también muchísimas cosas que ver. Ya iré contando, según vayamos viéndolo.
17º Día - De Red Lodge (Montana) a West Yellowstone (Montana)
26.05.2016
26.05.2016
Hoy era uno de esos días claves. Este viaje, en parte ha surgido, por la visita a Yellowstone. Era una de las metas importantes del mismo. Y a ciencia cierta, que como primer día a respondido con creces.
Salimos de Red Lodge y queríamos iniciar la entrada al Parque por la puerta “North East” a través de una de las mas famosas carreteras de la zona. La llamada “Diente del Oso”. Una carretera llena de curvas en subida y bajada que tiene unas vistas espectaculares. Pues nada. Mala suerte otra vez. Este camino no se abre hasta mañana viernes. Así, que tuvimos que hacer la entrada por la “Silver Gate” que está en el norte. Para ello, hemos tenido que bajar casi hasta Cody. Antes, te desvias para coger una carretera que te lleva a Cooke City donde está esa entrada.
Compramos allí, el “pass” para todos los Parque Nacionales de Estados Unidos durante un año. Es para un vehículo y pueden entrar hasta cuatro personas con él. Cuesta 80 $. Si entras en cinco de ellos, ya amortizas la tarjeta. Eso esperamos hacer en estos días. Al menos veremos cinco.
La subida hacia Yellowstone, es fantástica. Sales de unos 1400 metros de altitud y llegas hasta los 2500, para descender dentro del Parque y casi siempre rondando los 2000. Cuando entras, la vegetación ya te invade. Te das cuenta de lo salvaje del mismo. Hay que tener muy presente que aquí no se toca nada ni se altera nada. Si hay un incendio se deja. Debe ser la propia naturaleza la que diga hasta cuando. De hecho en 1988 hubo un terrible incendio que calcinó casi la tercera parte del Parque. Sigue sin recuperarse y no lo estará si no hay otro hasta dentro de mas de 30 años todavía.
Los arboles, no se talan, ni se podan. Si se mueren, se caen. Ahí se quedan. Ahora, tiene una plaga endémica, que está arrasando con cientos de ellos. Ni los tocan. Ves partes totalmente muertas. También en naturaleza bella.
Yellowstone, es el primer Parque que se estableció en el mundo como tal. Se estableció en 1872 y tiene unas dimensiones increíbles. Casi novecientas mil hectáreas. Linda con tres estados. Montana, Idaho y Wyoming. Siendo este último el que mas hectáreas ocupa.
Hoy hemos hecho la parte norte para salir por la puerta oeste. Parece mentira, pero esto que solo es un 20 o 25 por ciento de las carreteras principales, nos ha llevado mas de siete horas. Claro, no paras de bajar para ver y fotografiar a cual cosa mas bonita.
Nos hemos encontrado con todos los animales que es un principio vienes a ver si tienes esa suerte. Creo que aquí, siempre la habrá. Está lleno de bisontes, osos negros (estos se esconden mejor), wapitis, alces, etc . Lobos, no hemos visto hoy.
No paras de sorprenderte al ver esos inmensos valles, rodeados de exuberantes bosque. Continuos ríos, siendo el principal el Yellowstone, que da nombre al Parque. Hay que saber, que está ubicado en un inmenso volcán que sigue activo bajo tierra. De ahí, que continuamente veas fumarolas y geiseres. De estos hay unos 300 y de la sotras cerca de 10000. Debajo existe una actividad volcánica permanente. Cuando entra agua entre sus grietas produce esos efectos de agua a presión hacia el cielo.
Otra parte interesante que hemos visto ha sido el “Mammoth Hot Spring”. Son una formaciones de microrganismos que producen unas composiciones increíbles de diferentes colores, Dicen que es la forma de vida mas antigua que se conoce en la tierra. Eso si, me tocó subir una pequeña montañita, para ver estas espectaculares formaciones
Aquí la gran explosión volcánica se produjo hace mas de seiscientos mil millones de años. Fue tan increíble que produjo este inmenso cráter donde se encuentra el Parque, He leído, que volverá a ocurrir otra. El cuando, no se sabe. Espero . no sea estos días. Lo digo porque no podría seguir haciendo mas fotos. Sería una pena, verme frito tan lejos.
El recorrido se va haciendo lentamente en coche. Te puedes parar en cantidad de sitios. Seguro encuentras una buena vista. No dejas de sorprenderte. Paisajes de todo tipo. Animales por doquier. Una maravilla de la naturaleza.
Después de todo este parcial recorrido, llegamos a West Yellowstone. Empezamos a buscar hotel. Todo completo. Habíamos anulado el que teníamos aquí. Por fin, encontramos uno bastante cutrecillo. Que le vamos a hacer. No nos íbamos a mover a otra parte. Salimos a cenar por el pueblo y encontramos un italiano. Entramos, pedimos dos cervezas. Nos dan la carta y lo único que vemos son pizzas. Gigantes, como las que nos colocaron en aquel otro lugar. Desistimos. Volvimos a la búsqueda. Vimos otro y este si estaba bien y cenamos bastante decente. Por fin, tomé pescado. Una trucha de aquí. Francamente buena. Tocaba ya descansar, el día había sido duro.
18º Día - Yellowstone Park
27.05.2016
27.05.2016
Segundo día en Yellowstone. Igual de increíble que ayer. Hemos hecho el bucle del centro. Yellowstone tiene unas carreteras en forma de ocho con un circulo central. Como dije con cinco entradas en los 4cuatro puntos cardinales, mas otra en el nordeste. Así puedes ir combinándolo en los diferentes días que estés aquí.
Con este recorrido, habremos visto algo mas del cincuenta por ciento del Parque. Hoy unas 200 millas. Trescientos veinte kilómetros. Mas o menos. Los puntos fuertes, estaban en los geiseres y en el Gran Lago.
El hotel cutre que hemos cogido, el mismo de ayer. No tiene desayuno incluido. Tampoco nada para calentar o hacer. Hasta ahora, todos los hoteles te dan café gratis en la habitación. Muchos, hasta con micro ondas. Aquí nada de nada. Desayunamos enfrente. Un sitio especializado en “breakfasts”. Se nota que por aquí no deben dar desayuno los moteles. Estaba a reventar. Tardaron mas de la cuenta, pero es imposible hacer huevos para tantos, en poco tiempo.
Al salir, empezamos la ruta por Yellowstone. Día muy nublado. Nos lloverá seguro, pensamos. Así fue. Pero mucho menos de lo esperado. Incluso, tuvimos algo de sol. Aquí, el tiempo es muy cambiante, según parece. Al menos en esta época. Empieza la primavera de Yellowstone.
Se nota. Los bisontes ó búfalos, como queramos llamarlos, no te hacen ni caso. Comen y comen, el pasto recién brotado. De éstos, se ven en cantidad. De otras especies, estamos muy decepcionados. No vemos un oso. Suponemos que estarán mas dentro del bosque. Huyen de los humanos, seguro. Somos un coñazo. Menos mal que ayer, vimos aquella osa negra con su cachorro. Del oso marrón. El grandote, ni asomarse.
En cambio, la naturaleza y el paisaje está reservado para los ojos de todos. Que espectáculo. Que cambiante es el Parque en nada de millas. Bosques preciosos. Llanuras increíbles. Agua por casi todas partes. Pocas aves. Al menos, no oímos ni vemos. Salvo muchos patos, casi nada mas. Vi, un par de gansos. Algún castor, entre los troncos, fabricando sus diques. No mucho mas.
El regalo para la vista está no solo en los árboles vivos. La naturaleza muerta es impactante. Ya dije que aquí hubo un incendio increíble en 1988. Pues bueno, contaré lo siguiente. Fue el año mas seco que se recuerda en la historia del Parque. El fuego no lo produjo ser humano. Hubo una tormenta eléctrica, típica de esas circunstancias. Los rayos cayeron en varios sitios del recinto. Como ya dije, aquí no quitan los arboles muertos o que se caen. Estos se secan. Los rayos prendieron los troncos por diversos lugares. De este modo, te encuentras por muchos sitios, estos bosques quemados y patéticos. A mi, me encantan. Tiene algo que impresiona. Para fotografiar, naturaleza muerta, increíble.
Otro de los puntos interesantes, como dije, los geiseres. Estuvimos en el “Lower Geyser Basin”. Una zona de varios geiseres, que lanzan al cielo, continuos chorros de vapor. Son los llamados, mas bajos de altura. El lugar, siempre dramático. Con muchas “fumarolas” también a su alrededor, que dejan un olor intenso a sulfúrico. Los colores de las pozas y de los ríos de sedimentos son increíbles.
Tras esta parada, la siguiente fue en el “Old Faithful Geyser”. El mas grande. Un largo recorrido para ver los sedimentos y fumarolas de la zona. Algún geiser menor. El recorrido muy largo. Esto,nos hizo desistir de verlo entero. El punto importante era el gran geiser. Está al principio del recorrido. Solo lanza vapor de vez en cuando. Nos da, que está mas que programado. No puede ser que te digan que la próxima salida de vapor va a ser a las 14,10. Alrededor bancos para sentarse y verlo. La madre naturaleza no manda mensajes de cuando va a desprender vapor a la hora exacta. En fin, no me extrañaría. Igual, tiene una conducción subterránea que manda agua al geiser, cuando ellos quieren dar el espectáculo.
Sea como fuera, es realmente importante. No tanto como pensábamos antes de verlo. Vi uno en Laponia que mas o menos era igual o mayor el chorro. Aquí, dicen que es el mas grande. Lo dejaremos para los expertos. No vamos a discutir por metro mas, metro menos.
Seguimos ruta y empezamos a ver ya, el Gran Lago Yellowstone. Como todo aquí. El lago de montaña, mas grande del mundo. Puede ser. Es gigantesco. Es realmente, el cráter del volcán que permanece vivo debajo. El lago está a unos 2100 metros de altitud, mas o menos. Bajas de casrreteras que llegan hasta los 2600 metros. La vista, con las Montañas Rocosas” nevadas detrás, es de una belleza increíble. Pena de día nublado y no muy claro. Pero, da igual. Precioso.
Estuvimos tomando una “bloody mary” en el hotel mas antiguo de Yellowstone. Están ampliándolo ahora. De estilo colonial ingles. Está en un sitio privilegiado para pasar unos días retirado del mundanal ruido. Pedimos dos de los cócteles. Chema , a pesar de pedir que no tuvieras picante no pudo con él. Tiene el estómago fatal. El mío, lo pedí picante y era para llorar. Al final, me tomé parte del mío y el de Chema. Él, se pidió la cerveza de turno.
Seguimos el recorrido y con lluvia, llegamos al hotel. Un descansillo y nos fuimos a buscar un bar. Había buscado por internet, un “Sports Café”. Fuimos a verlo y ya cenamos allí. La intención, era comprobar si mañana podríamos ver la final de la Champion. Si se puede. Mañana, aquí a las 12,45 del medidía, veremos la final y si todo va bien, celebraremos con un Jack Daniel’s el triunfo del Madrid. Jaja. Es igual. Que gane el que se lo merezca. Si es el Atleti, pues muchas felicidades para todos los familiares y amigos colchoneros. Mañana veremos.
19 Día - de West Yellowstone (Montana) a Jackson (Wyoming)
28.05.2016
Hoy intentaré no enrollarme en exceso. Estoy cansado. Y no es tan necesario y urgente, escribir la crónica del día. Hoy me tocó colada. A las 7,30 de la mañana me fui enfrente que había un sitio de lavadoras con monedas. Allí acabé la crónica que esta mañana envié. Mientras se lavaba y secaba, me puse manos a la obra.
Queríamos hacer el recorrido sur del Parque Yellowstone. Imposible. Desde primeras horas de la mañana, colas interminables para entrar. Ni siquiera, podíamos movernos por el pueblo. No fuimos a desayunar al sitio de ayer. Elegimos otro y estuvo mejor. Nada de parafernalia y colas de espera. Así que nos fuimos a dar una vuelta por los alrededores. Habíamos visto un rancho que estuvimos apunto de ir a dormir. Menos mal. Hoy , nos ha parecido una birria.
En cambio, nos adentramos por una carretera que iba hacia el valle "Red Canyon". El día lluvioso. La carretera, se convirtió en camino de tierra. La lluvia, embarraba el terreno. Llevamos un Jeep Cherokee 4x4 y eso nos salva. El bosque que vimos, impresionante. Mucho mas auténtico que Yellowstone y está al lado. El camino nos llevó a un cul de sac. Justo antes, un Guarda Forestal, nos indicó que aquello se acababa para coches. El resto, si queríamos andando. Nos previno de los osos del lugar. Son de los grandes y acababa él de ver uno a diez minutos. Allí había una auto caravana y les acababa de avisar. El día no daba para caminar, así que nos fuimos. El sitio una pasada de bonito.
Después de esto, nos tocaba ver el partido de la Final de la Champion. Allí nos encontramos con un grupo de ocho españoles. De Madrid. Trabajan en Seattle, haciendo un túnel. Son Técnicos de Dragados-ACS. Habían venido a conocer Yellowstone. Casi todos del Madrid. Una del Atleti. Otro del Barsa. El resto celebraron el triunfo. Es un poco soso ver un partido así. Con el volumen bajo y en otro país. Era un Sports Bar y la mayoría de la gente comía. En fin, una copa mas para las vitrinas del Madrid. La verdad cualquiera pudo ganar. El partido me resultó aburrido. Quizás las circunstancias.
Después de esto, nos tocaba ver el partido de la Final de la Champion. Allí nos encontramos con un grupo de ocho españoles. De Madrid. Trabajan en Seattle, haciendo un túnel. Son Técnicos de Dragados-ACS. Habían venido a conocer Yellowstone. Casi todos del Madrid. Una del Atleti. Otro del Barsa. El resto celebraron el triunfo. Es un poco soso ver un partido así. Con el volumen bajo y en otro país. Era un Sports Bar y la mayoría de la gente comía. En fin, una copa mas para las vitrinas del Madrid. La verdad cualquiera pudo ganar. El partido me resultó aburrido. Quizás las circunstancias.
Así, decidimos ir por fuera del Parque hacia el nuevo Parque a visitar. Hablo del Grand Teton Park. Está a continuación de Yellowstone hacia el sur. Se llama así por lo que todos se imaginan. Cuando los franceses lo descubrieron a principios del diecicho, vieron tres grandes montículos. Dos casi parejos. Otro bestial y altísimo. Los dos parejos , parecían eso. Dos grandes tetas. No sé, si imaginación o calentura. De ahí el nombre. Al pico alto, le pusieron el nombre que lleva hoy el Parque, Grand Teton. Sería para disimular.
Durante el camino, llevas a las Montañas Rocosas a tu izquierda. De pronto, se empieza a divisar esos montruos de mas de 4000 metros de altitud. El Gran Teton, impresiona. Las Tetonas, menos. Nevadas arriba, llaman mucho la atención. A lo largo del camino, subiendo y antes de bajar al hoyo de Jackson Hole, te encuentras pistas de esquí que producen envidia. Ya no puedo. Mi tiempo de nieve, pasó.
El final del camino de hoy y antes de llegar al Parque, era la ciudad llamada Jackson Hole. Se encuentra en una hondonada, entre las grandes montañas rocosas y estas otras. Es una ciudad muy cosmopolita. De ambiente absolutamente vaquero. Del viejo oeste. Tiendas, ropas, bares, hoteles, todo recuerda a ese tiempo. Mañana iremos al Parque.
Dimos una vuelta por la ciudad. Ya nos habían recomendado un par de sitios. Fuimos a verlos. Uno lo dejamos. Estaba todo el mundo cenando. El otro. Auténtico bareto del viejo oeste. Tomamos una copa y quedamos en volver mas tarde. Nos fuimos a una pizzería a cenar. Bien. Sin grandes alardes. Después Chema se rajó y yo volví al “Million Dólar Cowboy Bar”. La camarera Alexandra, muy simpática me recibió de nuevo con su sonrisa. Muy turístico si quieres, pero curioso. Grandísimo local. Muchas barras, billares y un escenario donde solo se toca “Country”. Un grupo de cuatro tocaba. Las primeras canciones, para dormirse. Luego, ritmo y mucha música country. Las parejas a la pista y a bailar. Gran ambiente y buenos bailarines de country. Tomé otra copa y me fui a descansar al hotel. El día había sido bastante bueno.Al final, parece que me enrollé escribiendo,otra vez.
20º Día - Jackson Hole y Parque del Grand Teton
29.05.2016
29.05.2016
Hoy era día para la visita a otro de los Parque Nacionales de Estados Unidos. El “Grand Teton”. En parte, nos ha decepcionado bastante. Éste, habría que haberlo visto antes de Yellowstone. Quizás, tenga esa foto que soñaste. Hoy tampoco era el día. Bruma por culpa de nubes bajas. Ésto, mata cualquier buena fotografía. No hay una visibilidad perfecta y es imposible definir todo bien.
Salimos de Jackson pensando echar el día entero en el Parque. De hecho, nos hemos quedado un día mas, por esa previsión. Nos ha sobrado medio día, al menos. Eran las 9,30. Paramos a desayunar a la salida de la ciudad. Antes de la entrada al recinto, me paré en una Oficina del Visitante. Pedí recomendación para verlo. Me la dieron.
Una de las preguntas que hice, fue si se podía ver en un día. Me dijo, claro que sí. Aunque, me debería haber dicho, con tres horas, mas que de sobra majete. El Parque en si, es ver, continuamente la cordillera, en la que destaca el Grand Teton de 4197 metros de altitud. Alrededor muchos picos, también bastante altos. Desde este lado, no se ven las dos “tetas” que dieron nombre al lugar.Menos mal que ayer, al venir las vimos por el otro lado.
El recorrido inicial lo haces por fuera. Tienes unas vistas fantásticas de las montañas. Quizás, lo único atractivo del lugar. El Parque, era zona donde vivían los “Shoshones”. Fue punto de atracción de cazadores, para vender las pieles. Ésta, es la gran industria de aquí. Zona clave del viejo oeste para los tramperos franceses. Se han descubierto piedras de mas de 2,7 millones de años y encontraron fósiles de tiempos prehistóricos. Esta tarde, en una tienda he visto unos de tamaños gigantescos, para lo acostumbrado a ver.
Aparte de las montañas y el lago, lo demás es normal. Bosque, tipo el de Yellowstone. Un poco menos castigado por la plaga. Esa, que se está cargando el pino de corteza blanca de aquí. Si no toman medidas rápidas, se cargarán el bosque. Hemos hecho, una incursión por el bosque y es una pena. La cantidad de arboles viejos caídos y podridos. Esto, ocasiona plagas de hormigas gigantes y un escarabajo que es el que mas daño causa a los árboles. Hay cientos de árboles que pudieron haber servido para leña y hoy les están creando muchos problemas, por no recogerlo. Sigue siendo su política. Ya hay muchas voces en contra.
Seguimos el recorrido. Cuando te das cuenta, estás casi al final del mismo. Una pena. No hay mucho que ver. Aunque avisan de osos, aquí ni uno. Tampoco hemos visto bisontes. Ni alces. Por supuesto, tampoco lobos. Una pena. Habrá que volver a los cromos. El Parque se acabó en seguida. Hicimos una especie de círculo, de no mas de sesenta kilómetros. Nos volvimos a la ciudad. Comimos en un mexicano, algo ligero. Queremos cenar bien. Solo son, las cuatro y media de la tarde.
El compi de viaje, empieza a renquear y está cansado. Ya avisa que son muchos días. Pues majo, nos queda un pelín mas de la mitad. Quiere playa y descansar. Lo mío, va por otro camino. Habrá que adaptarse. Así, que le dejé en el hotel. Yo, me fui a dar una vuelta por esta city vaquera. Hice fotos de casas y del centro que guardan recuerdos del viejo oeste.
Quise ir al Museo de la ciudad. Aunque eran las 5,45 y rezaba el cartel de 9 am a 6 pm., estaba ya cerrado. Ah, claro, chaval, hoy es domingo. No se en que día vivo. Ésto, tampoco es malo. Me volví y entré en Hagen Daz a tomarme un helado. No sé si estará ya en España, pero probé uno nuevo de vainilla, mandarina y shortbread (galletas escocesas). Sencillamente, fantástico.
Después y para hacer tiempo y no despertar al colega, entré en una “bakery”. Estilo francés. Muy coqueta y con un café, por fin, excelente. Estuve un rato y me fui al hotel. Aquí, he empezado a escribir esta crónica. Luego seguiré dependiendo lo que hagamos. Ya veremos.
Después y para hacer tiempo y no despertar al colega, entré en una “bakery”. Estilo francés. Muy coqueta y con un café, por fin, excelente. Estuve un rato y me fui al hotel. Aquí, he empezado a escribir esta crónica. Luego seguiré dependiendo lo que hagamos. Ya veremos.
Aunque, pensando. Mejor, lo de esta noche, lo dejo para mañana. Así, podré enviar esta tarde, el resumen de lo acontecido hasta esta hora.
21º Día - Jackson Hole (Wyoming) a Cedar City (Utah)
30.05.2016
Anoche fuimos a cenar a un buen restaurante. Es de los mas recomendados en Jackson (Wyoming). Se llama “Gun Barrel Steak & Game House”. Largo nombre. Cenamos magníficamente. Un pelín caro, pero bien. Pedimos un vino español. Tempranillo. Nos parecía Rioja, pues no lo conocíamos. Cuando lo trajeron vimos que era de Bodegas Santa Cecilia de Cuenca. Nos cobraron 24$ la botella. Era regularcillo. Vimos por internet el precio en España y era de 2,41€. Vaya tela. No se quien se forra. Pero, alguno lo hace.
Pedimos una trucha de la zona y un salmón de río. Repartimos, mitad , mitad. Muy buenos ambos. Un pelín hechos. Los habíamos pedido punto, pero nada. Aquí, eso es bastante difícil. Luego quisimos tomar un café en la Bakery de ayer, pero estaba cerrada. Así que un ratito de ver cosas en el Mac y a dormir.
Por la mañana, me levanté y me fui a la Bakery. El día antes, había vistto unos croisants espectaculares. Y tanto , cada uno costaba 3,15 $ mas impuestos. Aquí, a todo te aplican luego los impuestos. Además, estos dependen del Estado en el que estés. Suelen ir del 7 al 17 por ciento. Luego las propinas. En muchos sitios te dan a elegir entre el 10, el 15 o el 20 por ciento. Son obligatorias. Incluso hay algunos, que directamente te quitan el 10. Solo dejan para tu elección el 15 o el 20. Mucha cara. Hay sitios que merecen que te paguen a ti. Por comida malísima y muchas veces por servicios pésimos. Desayunamos en la habitación. Y ya dejamos la ciudad vaquera de Jackson Hole.
A las diez, mas o menos salimos. Era de nuevo, día de kilometraje. Vamos ya hacia el calor. Antes, paramos hoy a ver Salt Lake City, capital de Utah. Nada de nada. Como todas. Muchos chalets. Mejor dicho, interminables chalets. Luego en el centro, unos edificios oficiales altos y para de contar. Ciudad de ciento setenta mil habitantes. Estaba vacía. Es fiesta nacional es El “Memorial Day” de los difuntos de guerra. Banderas de las Barras y Estrellas por doquier. Algunas gigantescas. Son realmente patriotas, estos tios. Nos fuimos, pues nada merecía la pena.
Así que nos hemos tragado otra jornada de muchos kilómetros. Alrededor de seiscientos cincuenta, hemos hecho. Nos vamos turnando. Unos doscientos kilómetros cada. Al final del día, dependiendo unos cien o menos cada uno. Así tendremos mas tiempo. Las cosas importantes lo merecen. Las normales, se las dejamos a ellos.
En la carretera, paramos a comer, Es dificilísimo encontrar algo decente. Entramos en tres centros Comerciales. En todos lo mismo. Basura de comida rápida. Lo siento, pero no me gustan. Ni los MacDonal’s, ni los Burger King, ni los Wendys, ni los miles iguales que hay. Los Mexicanos, no podemos pues Chema ni ver el picante. Los Italianos, solo pizzas gigantes y malas. En fin. Al final una ensalada en un sitio que vimos que se llamaba “Zupas”. Una franquicia mas. Al menos de ensaladas y sándwiches.
Seguimos ruta. Las montañas rocosas, se nos han alejado un poco. Las hemos perdido unos cienkilómetros. Desde Salt Lake City, ya no se ven cerca. Ahora, no divisamos esas montañas, todavía nevadas en sus cumbres. Pasamos Fillmore. Era, donde teníamos pensado parar. Al poco, volvieron a aparecer las rocosas. Seguimos hasta Cedar City, Doscientos kilómetros mas. En estas carreteras, puedes hacer los kilómetros que quieras. En el sentido contrario, retenciones de mas de cien cincuenta kilómetros, hacia Salt Lake City. Menos mal. Vamos en el sentido correcto. Sin atascos y tranquilos.
Quiero decir, que las montañas rocosa viene desde Canadá en la Columbia Británica hasta Nuevo Mexico. Una barbaridad de kilómetros. Y de montañas, por supuesto. Atraviesan en USA , los estados de Washington, Montana, Idaho, Wyoming, Colorado y Nuevo Mexico. Son mas de 4800 kilómetros. Casi nada. Tiene varios picos de mas de 4000 metros de altitud. Las seguiremos viendo.
Quiero decir, que las montañas rocosa viene desde Canadá en la Columbia Británica hasta Nuevo Mexico. Una barbaridad de kilómetros. Y de montañas, por supuesto. Atraviesan en USA , los estados de Washington, Montana, Idaho, Wyoming, Colorado y Nuevo Mexico. Son mas de 4800 kilómetros. Casi nada. Tiene varios picos de mas de 4000 metros de altitud. Las seguiremos viendo.
Mañana y pasado, tenemos visitas previstas a dos o tres Parques de Utah. Alguno de ellos, espectaculares. Al menos, eso nos han dicho y recomendado. Después de eso, iremos hacia el Gran Cañón del Colorado, aunque está en Arizona. Realmente, se llama así por que lo atraviesa el río Colorado. Es una de las metas imprescindibles de este viaje. Ya iré contando. Llevamos ya 4880 millas recorridas. Es decir, 7810 kilómetros en 21 días. Estamos pues, justo en la mitad del viaje. Bien. Y lo dicho. Vamos al calorcito. Que guay. Hoy pocas y nada atractivas fotos.
22º Día - Zion National Park
31.05.2016
Y llegó el calor. Se nota que hemos bajado ya bastante. Nos acercamos a las zonas mas desérticas. Nos subió el termómetro hasta los 35 grados. Ya tocaba pantalón corto.
Fuimos al Parque Nacioinal Zion. No es muy grande. Casi 600 kilómetros cuadrados. Realmente es un cañón de 24 kms con grandes cortados de colores rojizos sobretodo. Hicimos dos partes. Una en coche. Vas subiendo montaña para ir hacia la salida del este. La otra, solo se puede visitar en autobús oficial. Gratis, por otra parte. Buena idea, pues se evitan atascos. Solo dejan, a los que tienen reservado hotel o cabaña, dentro del Parque.
Es una sucesión de cortados y montañas en los que destacas sus formas y colores. Se formó en la época “Mesozoica”. Estuvo cubierto por agua. De ahí la cantidad de arena que te encuentras en el río que le atraviesa. Llamado de la Virgen. Su nombre viene de que este Parque, fue descubierto como casi todo por aquí por los mormones. Aquí se establecieron varias comunidades de ellos.
Zión, significa “refugio”. El final de la garganta del cañón, coge este nombre. Es el final del recorrido del autobús. Éste, tiene ocho paradas. Te puedes ir bajando a contemplar las montañas. Asi, puedes ir cogiendo el siguiente. Mas o menos, pasan cada 5 o 10 minutos, máximo. Muy cómodo.
La verdad, hay formaciones espectaculares. Los colores de las cimas cambian en función de la luz. Aparte del tono de su formación calcárea. En las paradas, la costumbre es bajar y caminar por senderos. Puedes ir hacia el río. O bien subir algo de monte. Es un poco paliza.
En la quinta parada, “Zion Lodge”, paramos a comer. “Fish & Chips”, es lo que mas nos atrajo. No estaba mal. Camarero mal encarado. Casi, te tiraba todo. Luego exigen propinas a su gusto. Es la repera. No hay otra forma por este país.
El remate final del día, fue ir hacia lo que llaman “El Santuario” en la última parada. No lo esperábamos. Anduvimos mas de siete kilómetros, entre ida y vuelta. Algún que otro desnivel. La paliza fue total. Vas por el desfiladero al lado del río. De cualquier forma, merece la pena. Por fin volvimos, después de mas de siete horas de Parque y piedras.
A la salida, quisimos tomar un “gin tonic”. Estábamos secos y agotados. Necesitábamos un reconstituyente. Nada. Paramos en tres sitios. Nada de alcohol. Solo cenas y como mucho, sus cervezas de 4 grados. Que ganas tenemos de salir del Estado de Utah. Estos mormones y su ley seca. Controlan absolutamente todo. Son los dueños del Estado.
Llegamos al hotel. Para mi, ha sido el día que mas me he cansado. El calor ha debido incrementarlo. Cenamos otra vez en la habitación. Acabamos los restos de ayer. No había ganas de salir. Ni siquiera pude hacer la crónica. La acabo hoy miércoles por la mañana. También se acabó Mayo.
23º Día - De Cedar City (Utah) a Kayenta (Arizona)
01.06.2016
Estamos en los territorios de las mas variadas formaciones montañosas. En estos cañones que vamos atravesando, está lo mas antiguo conocido de la tierra. Aquí, parece se produjo aquel famoso “big bang”. Los vestigios así lo demuestran. Antiguos mares cubrían todo este territorio de América del Norte. Estos Canyons, convertidos muchos, en Parques Nacionales dan fe. El paso de mares y ríos fueron perforando su tierra. El viento, acabó de hacer estos impresionantes monumentos naturales. Estamos hablando de veinte millones de años.
A las maravillas vistas estos días en Yellowstone y El Parque Nacional Zion, unimos hoy por la mañana, el Red Canyon y el Bryce Canyon Park. Que caprichosa naturaleza. Capaz de hacer estas auténticas maravillas. El hombre, jamás podría hacerlas tan bellas. A los cortados de ayer en Zion, hemos unido hoy los “cliffs” (acantilados) Algunos parecen estalactitas de roca, labradas por el agua y el viento. Forman desde agujas a puentes e incluso órganos catedralicios. Una maravilla. Formas y colores te impactan por doquier.
Aquí, en Bryce Canyon, les llaman “Hoodoos”. Esculpidos por el agua de lluvia y vistos desde la altura de casi tres mil metros que llegas a subir en El Parque, te quedas pasmado viendo estas fantásticas formaciones.
Vuelvo a decir que una fotografía es imposible que te produzca el impacto de la visión “in situ”. Te desesperas buscado formas en tu cámara de fotos para que reflejen lo mas posible la realidad. Imposible. No hay forma. En mi cerebro, sí está grabado y guardado. Me lo llevaré conmigo. Una pena. Hay que verlo en su estado natural. El que no pueda, tendrá que conformarse con esas fotografías. Por otra parte, también resultan importantes.
La visita discurrió primero por la Highway 12 que durante unos catorce kilómetros te vas acercando al Bryce Canyon Park. Merece la pena, un paseo por esta carretera. Después, lo dicho. Impactantes formaciones.
Comimos en Kanab. Pueblo vaquero por todos lados. Nos acercamos a territorios indios. Navajos, Hopis y Wualapais. Aquí están desde siempre. Ahora, los tiene en “reservas”. Que paradoja. Preso en tu casa. Solo por ser pielroja. De los mas de cien mil Hualapais que había en 1850 quedan no mas de 1350. Una sangría. Por no llamarlo algo mas duro. Por contra, los Navajos, tienen mas casi trescientos mil.
A unos pocos kilómetros, nos encontramos con una presa de agua gigantesca. Es la de Glen Canyon. Acabamos de cruzar el Rio Colorado. Por arriba claro. Al pasarlo, paramos el coche. Nos bajamos y fuimos al centro del puente. Unas fotos nos reclamaban. La impresión, tremenda. Me dio hasta vértigo. No se que me pasa últimamente. Antes, nada. Incluso me he tirado de un puente de 43 metros de altura atado con cuerdas y de cabeza. Ahora, las alturas me echan para atrás. El puente, se movía como si de cuerdas se tratara. Pasó uno de esos gigantescos Tracks y aquello parecía la ondulación de una ola. Unas fotos y a seguir.
El paisaje, cada vez mas desértico. Algún arbol. Personas o casas, nada. Al fondo en el horizonte, las típicas montañas de las películas de John Ford. De hecho, el camino era hacia Kayenta. Este pueblo, es una de las entradas al “Monument Valley”. Sí, el de las películas. Ese que tiene carretas rectas y onduladas, sin fin. Las montañas de formas extrañas, son tus únicos testigos. Igual, algún Navajo, nos vigila a distancia. Eso, ya es imaginación.
Llegar al Monument Valley al atardecer, es algo que no se olvidará nunca. Esos impresionantes muros de roca. Algunos adquieren forma de castillo, de catedral, mesetas perfectas. El color rojizo de sus paredes, se realza con el sol poniéndose en el horizonte contrario. Es una auténtica maravilla. Una de esas cosas que se deben ver una vez en la vida. Merece la pena el esfuerzo.
Mañana, volveremos y entraremos en el Parque. Hay zonas que solo puedes entrar si te lleva un navajo. Si no, solo podras atravesar las 18 millas que tiene la carretera principal. Mañana veremos.
24º Día - De Kayenta (Arizona) a Grand Canyon (Arizona)
02.06.2016
Gran días hoy. Primero ver de día el Monument Valley. Evidentemente mucho mas bonito ayer con el atardecer. Hoy, recorrido mas amplio. No cogimos ninguno de los micro-buses que llevan “los navajos”. Te acercan por algunos sitios que no ves en tu coche. Son lugares restringidos. Pero lo que te enseñan, es ver como son su gente y su tienda. Me parece, que todo muy turístico y programado. Aquí, ya nadie vive en tienda de campaña.
El calor fue subiendo. Es desierto. Llegamos a los 34ºC grados. Tampoco es para alucinar. Si, en cambio, avisan de ola de calor para la época el sábado y domingo. Llegaremos en Arizona a los 42ºC grados. En verano llegan a los 48ºC. La sensación,si quieres, es mayor al estar todo desértico. El paseo fue con una parada continua para hacer fotos. Al final acabas fotografiando casi lo mismo, todo el rato. Acabamos el recorrido y salimos del Parque.
Carretera y a unos 300 kms al sur-oeste, nos esperaba uno de los lugares, mas espectaculares del mundo. Despues, de esta primera incursión, ya puedo decir, que el mas alucinante e impresionante. Desde que llegas. Nosotros lo hicimos por el nordeste, desde un pueblo llamado Cameron. Aquí paramos. Un restaurante de navajos. Pedí un sandwich de pavo. Cuarenta minutos de reloj. Reclamé dos veces. Nada. Son así. Estaba solo, una pareja de indios, llegó después. Pidió y no se alteraban. Viven en otro ritmo. De cualquier forma, cuarenta minutos sigue siendo una pasada.
Llegamos al primer “point view” del Grand Cañón. Estaba fuera del Parque. Aquí ya, alucinas. Pasas de ver una superficie árida y plana a esa franja abierta impresionante. Vas por encima. Sobre los dosmil metros de altitud. El cortado llega a mas de mil, en otros puntos. Seguimos y entramos en el Parque, como tal.
Cada lugar elegido para ver las vistas es realmente impresionante. Te sobrecoge.”El primero, se llama “Desert View”. Después, “Lipan Point”. Siguen otros. Uno de ellos “Moran Point”, tiene una placa al descubridor del Cañón, Francisco Vázquez de Coronado. Éste, fue el primero en llegar en 1540. Con ayuda de los indios “Hopis”, pretendía llegar al nacimiento de ese río de color rojo. A los cinco días desistió, dada la complejidad de la aventura. El río llevaba la corriente opuesta. Imposible, la expedición. No obstante, informó a sus superiores del descubrimiento.
Realmente todos los puntos del Parque en los que te paras, tienen algo. La pena. El calor reinante, forma una bruma o neblina que hace perder mucha definición a las fotos. Lo dicho ayer. Una foto, jamás podrá ofrecer la grandiosidad y sensación interna que produce la visión real. El “Grand Canyon” es la obra maestra de la naturaleza. Te produce tal sensación de pequeñez del ser humano, que todos deberíamos verlo en directo, para darnos cuenta de lo poco que somos. Seguimos dando la vuelta y no paras de ver detalles impresionantes. Una auténtica maravilla.
Al llegar al Grand Canyon Villages, paramos a tomar una cerveza. Se hacía de noche. Estábamos a unos 45 kms del hotel que habíamos reservado esa noche. Llegamos de noche. Mas o menos a las nueve. A las 9,30 cerraban cocina, así que nos fuimos al bar. Tomé una trucha un pelín seca. Y un Gin Tonic, riquísimo. Me hacía falta. El día había sido muy caluroso. Hay que tener en cuanta, que el sol te pega de lleno. Siempre vas caminando a ver los sitios. Mañana seguiremos en el Gran Cañon. Hemos reservado plaza por la tarde en un helicóptero. Ya contaré.
25º Día - Grand Canyon (Arizona)
03.06.2016
Hoy he tenido un día bastante relajado en el Gran Cañón. Teníamos prevista el viaje en helicóptero por el Cañón y eso nos ha hecho estar mas tranquilos, el resto del día.
Nos levantamos con calma y decidimos hacer tarea de limpieza de ropa. Mientras se lavaban las prendas, nos fuimos a dar una vuelta por el Cañón. Queríamos comprobar la luz. Demasiado bruma. Aún así, me sigue pareciendo increíble. Para fotografía le falta luz, pero algo haré al revelar. Fuimos al “Mather Point”. Lugar impresionante. Aquí todos se hacen la foto de rigor. Dimos una vuelta.
Volvimos al hotel a recoger la ropa. De allí a comer a un grill- restaurante. Teníamos ganas de carne. Y muy buena por cierto. Tomamos un T-Bone para dos y una ensalada. Con ésta no pudimos. La dejamos para la cena en el hotel. Nos dieron un envase para llevarla. Un poco caro, pero excelente. Una pequeña siesta nos reclamaba.
Desde los puntos recomendados, para los que van en coche o autobús, es la forma habitual de visitar bien el Gran Cañón. Ahora bien. Sacar un billete para una visita en helicóptero, es otra historia. Lo ves todo como un águila. O hacer “rafting” por el Río Colorado. Ves el Cañón desde abajo. Son otras perspectivas. Las dos no podíamos hacer. Hay que ajustar a veces el presupuesto.
Elegimos la de los pájaros. A las cinco y media, teníamos nuestra hora. La elegimos por la luz. Era la última para elegir. Luego resultó que tuvimos demasiado sol de frente. Sobretodo a las vuelta. Llevando el aparato, una pilota. Excelente, por cierto. Todo suavidad en las maniobras. Empezamos el vuelo y atravesamos toda una zona de bosque. Es lo que rodea por las alturas al Gran Cañón. Llega un momento que empiezas a ver el tajo del Cañón y el corazón se te pone a cien. El espectáculo es grandioso. Te emocionas. Es algo indescriptible. Sigo opinando, las fotos, nada. La sensación es el verlo directamente. Encima, desde el helicóptero te llegas a creer ave. Una maravilla.
La pena, que se pasa rapidísimo. Solo media hora. Parecen diez minutos. Un poco caro, por eso. Pero realmente merece la pena. Nunca mas pasaré ni veré el Grand Cañon, como lo ven las aves. Así que bendito gasto. Dejamos el “rafting” para otro río u otra ocasión. Ya lo hice en Nueva Zelanda.Por último pasas por una zona de árboles del bosque con un colorido increíble
Después de esta experiencia, el cuerpo no pedía nada mas. Al hotel y a pasar el resto de la tarde tranquilamente. Cenaremos y a dormir. Mañana saldremos entonces para Las Vegas. Aquí ya está casi todo visto. Mas no podemos. Aunque me gustaría.
26º Día - De Grand Canyon (Arizona) a Las Vegas (Nevada)
04.06.2016
Después de la fantástica experiencia de estos días, toca algo del mundanal ruido. Por ahora, se acaba la naturaleza. Pronto vuelve. Hoy nos dirigimos al ruidoso y luminoso Las Vegas. Paradigma de lo hortera. Centro mundial de las luces de neón. Concentración de todas las cadenas hoteleras. Paraíso de los perdedores. Capital de los soñadores. Centro mundial de las bodas rápidas. Igual, que de las separaciones instantáneas. Todo un conjunto esperpéntico de lo superfluo. Pero…., aquí vamos.
Ya veremos cuando llegue. Ahora escribo en ruta. Chema conduce. Yo, adelanto escritura. El paraíso nos espera. Igual, al final me gasto tres cuartos y salgo con dos octavos. También puedo casarme mañana. Separarme pasado. Disfrazarme de Elvis. Alquilar una limosina. Ligarme a una vieja millonaria americana. Tener la vejez resuelta entonces. En fin, el famoso “sueño americano”. Yo, pobre de mí. Españolito de a pié. Es lo que me ha tocado. Luego contaré como fue todo esto que he desglosado. Aún quedan tres horas para llegar.
Pero antes de llegar, no perdono un desvío por la mítica Ruta 66. Del proyecto inicial de hacerla de pleno, toca solo un poquito. Pero algo es algo. Es el tramo que va de Seligman a Las Vegas pasando por Yampai, Nelson,Truxton y Hackberry hasta Kingman. Poco tramo. Mucha añoranza. Esto, lo debería haber hecho en los sesenta. Fue mi sueño. En Harley Davidson, de Chicago hasta California por la “Route 66”. El final del viaje, la costa oeste. Surf y chicas rubias y deportistas. El sueño, no se cumplió. Hoy algo toca. Un poco demacrado, viejete y falto de forma física. Los ojos se desgastan menos. Veré bien y me quedaré con eso.
Paramos en una de las ciudades clásicas de paso de l Route-66. En Seligman. Pueblo que vive de recuerdos. Hoy la ruta ni siquiera está al completo. La tienen descatalogada del mapa de carreteras. Por donde sigue la 66, tienen que vivir del pasado. Y el pasado no es otro, que esto.
Paramos en una de las ciudades clásicas de paso de l Route-66. En Seligman. Pueblo que vive de recuerdos. Hoy la ruta ni siquiera está al completo. La tienen descatalogada del mapa de carreteras. Por donde sigue la 66, tienen que vivir del pasado. Y el pasado no es otro, que esto.
En el camino quise parar en el Skywalk. Es, esa plataforma ovalada que sobresale de la montaña con base de cristal. Ves el fondo del Cañón a mas de 800 metros de altura. Cosa rara. No había una buena información. Nos pasamos el punto de desvío en la carretera. Así que aquí pongo dos fotos sacadas de internet. Es lo único que puedo hacer. Así, se ve como es.
Si nos paramos, por el contrario, en otro orgullo americano. La presa Hoover. Vale. No digo que no sea una obra de ingeniería importante. Pero chico, no es para cobrar diez dólares por aparcar a verla en cinco minutos. Una locura de calor. 44ºC. Cada 50 metros una fuente de agua. Lo que debe ser esto en agosto. Deben caer como moscas. En fin, lo dicho. Las que nos hizo Franco, un poco mas pequeñas. Alguna, no tanto. Pero no cobran ni una pela.
Llegamos a ese paraíso de lo hortera que antes hablaba. No solo no me quitó la razón. Me la acrecentó, aún mas. Que barbaridad. Aquí, los hoteles son baratos. No me extraña. Luego, por un simple café te cascan 5$ o por una “margarita” 25$. Eso si, gigante. No tienen medidas cortas. Como se pasan. Todo inmenso.
Elegimos el Hotel Flamingo. Por eso de las pelis de Frank Sinatra y resto de amigos de “la voz”. Está viejo. No el cantante. Ese, el pobre ni lo cuenta. El hotel es una jauría de gente. Personas, que se han casado o van a ello. Trajes de novia. Otras, en bikini por el hotel. Chicas borrachas, que a las cuatro de la tarde, ya se caen al suelo. A una se le cayó el dinero y la licencia de conducir y ni se enteró. Las “friends” tampoco. Lo cogí y a gritos la llamé para devolvérselo. Una pena. Demasiadas despedidas de solteros y solteras desmadrados todos. También era sábado. Mañana estará mejor, supongo.
Descansamos un poco. Salimos mas tarde a conocer la ciudad, ya nocturna. Mucha gente. Muchas luces de neón. Mucha propaganda de descuentos de todo tipo. Pero todo, muy caro, a pesar de los descuentos. A veces, ni sirven. Hicimos una merienda-cenas en uno de los bares del hotel en un jardín. Calor asfixiante. Gente fea, por doquier. Las Vegas “my friend”.
A dormir y descansar. Mañana Chema quiere jugar un poco y perder algo , supongo. Yo , ni creo que probaré. Pero nunca digas, “de esta agua no beberé. Mañana, mas.
27º Día - Las Vegas (Nevada)
05.06.2016
Dormida de campeonato. Ha sido el día que nos hemos levantado mas tarde. A las 9,45 en pié. Aquí, con el calor poco apetece caminar. Aún así, después de tomar un ligero desayuno en un Starbacks, aquí al lado, dimos una buena vuelta. Muy curiosa la decoración de este local. Con techos altísimos. Han hecho como una grada en ambas direcciones con mesas y bancadas en distintos niveles. Por un lado,todos ven la calle. Por el otro, todos ven una pantalla gigante.
Entre las cosas curiosas que encontramos fue en uno de los hoteles de lujo, un restaurante con tapas español. Julián Serrano, se llama. Tiene tres en Las Vegas. Éste, español y con tapas. Otro de cocina francesa y otro de cocina italiana. Tío listo, el madrileño. Muy bien montado. Para que luego digan que los españoles no nos movemos. La verdad, que son pocos los que se lanzan a estas aventuras. El sitio de mucha calidad en todo. Decoración, servicio y sobretodo, las tapas . Digna de cualquier sitio de España. Ya era hora. Tomamos un piscolabis para probar. Chema un Beronia reserva. Yo un Sequé. Ambos excelentes de punto. De tapas, un pincho de tortilla, bastante aceptable y unas croquetas riquísimas con una textura finísima.
El camarero, cubano. Nos dio todo tipo de recomendaciones. Había trabajado en Madrid y Málaga. Ahora, estaba aquí encantado. Gana mucho. Tiene buena una casa y además barata. Y todo, como nos dijo, muy cerca del trabajo. Al calor, te acostumbras. Si no que se lo pregunten a los sevillanos. Quedamos en volver por la noche. Había paella y nos picó la curiosidad
Después del paseo al hotel. Queríamos una de piscina, por eso del calor. Que locura. Me recordó a Ushuaia de Ibiza pero en cutrecillo. Abarrotada. Como la sindical de Madrid. Todo el mundo bebiendo sin parar. Cubatas, cocteles o lo que sea. Música a tope. Y jaleo en el agua. El alcohol va afectando a las chicas y cada vez hay mas ambiente. A mi me llegaron a meter en el agua unas chicas californianas. Muy simpáticas, claro está. A una rubita, le dio por hacer agarrada de mi mano, saltos en plan bomba. Hice dos. No mas. Eran de San Francisco. Exactamente de Sonoma. Valle y tierra de vinicultores californianos. Le dije mi apellido Solano y se quedaron encantadas. No en vano el Condado de Solano o Solano County, está al lado. Fue fundado por un antepasado mío. Antiguo Gobernador de California, cuando era de la Corona Española.
Luego, el alcohol las hizo mas mella y lógicamente el ligoteo se decantaba hacia los mas jovencitos y cachas. A pesar de todo, una me iba a dar su teléfono para que la llamara cuando llegáramos por Sonoma. Pasé de incordiarlas. No iba a ir de baboso. De todas formas, las chicas, simpáticas y guapetonas.
Salí de la piscina multitudinaria. Me fui a dar una vuelta y sacar alguna foto con la cámara. La mayoría de ayer, estaban hechas con el Iphone. La verdad, salen igual de bien. Lo único que no encuadro igual y no me hago. Es, curiosamente mas complicado.
Volví y nos preparamos para ir al Restaurante del Julián Serrano de nuevo. Era ya de noche. Llegamos como a las 9,30. Estaba abarrotado. Si no nos dieron la última mesa, fue de casualidad. Dijimos que éramos españoles por si importaba algo. Dio resultado y nos dieron mesa. Pedimos de primero “jamón de bellota con pan tostado y tomate al ajo”. Bueno de sabor. Un poco seco. Es de paquetito al vacío. Lo entiendo. Quien se atrve aquí a lidiar con una pata de jamón de cerdo. Mejor así. También, pedimos otra de croquetas, como esta mañana. Se olvidaron. De plato principal “·paella mixta”. Capricho del cuñado. Bastante buena. Diría qwue muchas de España peores que ésta. Solo un defecto. Picaba bastante. Estos puñeteros, son unos fans del picante. Dos Beronias y dos cafetitos. Algo caro, pero merece bastante la pena. Fue mi comida de cumpleaños. Antes fue todo porquería. Una celebración, merece al menos algo así.
Nos fuimos a ver un Coyote Ugly Saloon. Como el de la peli. Nos lo recomendaron. Pero los conserjes son unos puñeteros. Al taxista le dijo otra cosa. Acabamos en un medio Striptease. Estaba claro, nos llevaron en una limusina gratis. Muy chunga el sitio. Nos fuimos al hotel y el cuñado se quedó a echar sus jugaditas de black Jack. Yo me subí y aquí ando escribiendo. Mañana, por fin salimos de esta locura de city.
28º Día - Las Vegas (Nevada)
06.06.2016
Por fin salí de Las Vegas. En realidad, es lo que me esperaba. Lo dije ayer y lo repito mil veces. Es una locura total. Aparte del calor sofocante. Ayer 44 grados al mediodía. La ciudad es de locos. Los que vivimos tranquilos al Sur de España, ver esto, es de auténticos taraos. Hablo de la gente que viene a gastarse el dinero. La banca siempre gana. Y con los miles de maquinitas, no digamos. No se los millones de dólares que a diario se gastará la gente aquí en el juego. Es increíble ver como lo tiran. Encima, todo controlado por mafias. Una pena. De mí, en juego, ni un centavo de dólar. No me gusta.
Salimos del hotel, medio cabreados. Te sacan las pelas hasta por respirar. En recepción hay unas colas inmensas. Normalmente de los que entran. Cerca, tienen muchas maquinas para que tu mismo te hagas el “check out”. Que pasa entonces. Que hay nuevos impuestos no previstos cuando entras y de la famosa wifi gratis te sacan otros 10$ . Ahora, si quieres vete a la cola a reclamar. Puedes tirarte la mañana. Total, para el coche y ya dirección California.
La salida de Las Vegas, consiste en dejar de ver los hoteles-casinos inmensos, para empezar a ver “la nada”. Kilómetros de desierto puro y duro. De vez en cuando algún cactus. Así, mas de doscientos kilómetros. De pronto, stop. Una especie de aduana. Señores y señoras, entran Uds en California. Control de productos agrícolas. Te paran y nuevas preguntas. De donde vienes. Si traes plantas o semillas. Si puedes contaminar. En fin, un paripé. Enseguida, pasen. En pocos kilómetros, se nota una diferencia brutal.
A partir de este momento, ves campos perfectamente plantados. Frutales, en militar formación. Muchas viñas. Todo muy bien cuidado. Es otro nivel. Los pueblos o ciudades, dan ya otra sensación. Mas limpio y organizado.
El camino hoy, ha sido de los largos. Un poco mas de seiscientos kilómetros. Muchos de desierto. En el camino buenas plantaciones. Al final, los aledaños al Parque Nacional de las Sequoias. Estamos en Three Rivers, un enano pueblecito a ocho o diez kilómetros de la entrada del Parque. Mañana, lo visitaremos. Hoy ya era tarde. Fuimos a cenar a una pizzería y para el hotel. Al borde del rio. En el que por cierto al llegar esta tarde noche me metí en él. No era sitio para cubrir ni media pierna. El frescor del agua, calmó al menos el calor de fuera. Hoy ya solo de 35 a 38 grados.
29º Día - de Three Rivers a Oakhurst (Yosemite)
07.06.2016
El hotel de anoche en Three Rivers ha sido el peor hasta ahora. Está, al lado del Parque de las Sequoias. Así que se aprovechan. Te timan como en todos los sitios turísticos. Malo, sucio y caro. Además el desayuno incluido, infame. En todas partes cuecen habas. En USA, por lo general, los hoteles los cuidan muy poco.
Estábamos a unos 14 kms del Parque de las Sequoias. Llegamos enseguida. Empiezas en unos 200 metros de altitud y alcanzas los 2300 mas o menos. De hecho la zona de los “big trees”, está sobre los 2100. Empiezas viendo pinos y en seguida empiezan las sequoyas. Al principio mas pequeñas. Enseguida llegamos a la zona de esos árboles gigantes.
Realmente impactantes. Te encuentras, un enano al lado de sus troncos. Estos árboles, llegan alcanzar los 120 metros de altura. Lo mas increíble es su longevidad. Entre dos y tres mil años llegan a durar. El secreto. Su dura corteza. Impide el acceso de enfermedades o insectos en su interior. Aguanta fuegos normales. No llegan a afectarles. Además extienden sus raíces alrededor del árbol a una distancia increíble y les hace mantener una estabilidad extrema. La sequoia ó sequoya, mayor que se conoce actualmente, está en este Parque. Tiene mas de 2.200 años. Su base tiene una circunferencia de 31 metros. Mide mas de 85 metros de altura. Pesa 1385 toneladas y un volumen de 1487 metros cúbicos. Un gigante de la naturaleza. Se llama “General Sherman”. Su base, hasta da miedo. Parecen pies de algo tremendo.
Después de ver estos monstruos, el resto de árboles, parecen de juguete. He puesto en las fotos, casi siempre a alguien al lado del árbol, para comprobar su magnitud. Una auténtica pasada. Vamos hacia Yosemite Park. Ya estuve allí hace años y son igual de imponentes. Quizás, aquí algo mas aquí. Mañana lo comprobaré. Llaman mucho la atención, las raíces en el exterior de los arboles muertos. Que tamaños tienen, algunas de ellas.
Salimos del Parque hacia el lado oeste. Habíamos entrado por el sur. Por este lado y antes de salir del Parque, se ve perfectamente “Sierra Nevada”. Es una cordillera que va desde Yosemite hasta Sequoias. En él hay varias estaciones de esquí. Una de ellas, de igual nombre a la nuestra de Andalucía. Todavía tenían nieve en sus alturas. El pico mas alto es el Monte Whiteney de 4421 metros de altitud.
Seguimos carretera y quisimos parar a comer. Estuvimos alrededor de 120 kms sin ver absolutamente ningún restaurante. Ni una mísera hamburguesería. No digo nombres, porque me ponen de mala milk. Por fin, llegamos a Fresno. Gran ciudad. Mas de medio millón de habitantes. Aquí sí. Había de casi todo. Pero como ocurre por estos lares, las ciudades son kilométricas. Te vuelves loco buscando. Al final encontramos uno de estos clásicos de por aquí. Se llama “Applebee’s”. No ha estado mal. Eso si, un frío dentro, horroroso. Fuera a 38 grados. Dentro, menos de 20.
Después de unos kilómetros mas, llegamos a Oakhurst. Un pueblo a las puertas de Yosemite. Intentamos ir a cenar pasados unos minutos las nueve y media. Imposible. Tres visitamos. En todos estaban cerrando. En cambio, encontramos un super abierto. Que paradoja. Compramos unas cosillas y para el hotel a cenar que tiene micro ondas y pudimos calentar.
30º Día - Yosemite National Park
08.06.2016
Día completo en Yosemite. Ayer me preguntaba si las sequoias son mas o menos grandes aquí que allí. Da lo mismo. Son mas pequeñas, por lo general. Pero el Parque es infinitamente mas atractivo. Con vistas mucho mas espectaculares. Lo de menos es el tamaño de los arboles. Seguro que los hay también gigantes. Al menos, así los ves en postales. El lugar, tiene unos puntos para ver paisajes impresionantes. Ésta, será la última visita a un Parque Nacional. Al menos, eso pensamos.
Desayunamos mal, un día mas. Parece como si al ir bajando geográficamente el país, los desayunos también bajaran de calidad. Lo mas que puedes comer, es un par de tostadas con un café malísimo. Aguas manchada. La leche, en cubitos de crema. El azúcar, no endulza. El zumo de naranja, cuando lo hay, ni hablar de él. En fin. Malos desayunos, tirando a peor.
Salimos en dirección A Yosemite Park. Unos 25 kms hacia el norte. Pronto y antes de la entrada oficial, ya se ve un inmenso bosque de sequoias y pinos. Subes bastante. Desde los 400 metros, hasta llegar a los 2500. Por encima, siguen viéndose los picos nevados de Sierra Nevada. Las paradas en los puntos recomendados, con impresionantes vistas. Valles inmensos. Interminables. Rocas y muros de piedra espectaculares. Cascadas altísimas. Y árboles, muchos árboles.
Iniciamos la ruta hacia el “Glaciar Point”. Subes hasta esos 2500 metros de altitud y enfrente te encuentras otras montañas grandiosas. Cataratas que caen a lo lejos, desde unas alturas considerables. Picos nevados enfrente. Y el glaciar. Su lengua sigue desprendiendo bloques que se convierten en agua. El deshielo, cae por todas partes. Abajo, los ríos que recogen toda esta abundancia de agua.
La sensación, vuelve a ser tremenda. Como en Grand Canyon. Te vuelve a encontrar como una cosa minúscula. Ante tanta grandiosidad, no eres nada. Solo vale contemplar. Es una auténtica maravilla. La madre naturaleza, ha sonreído a este país por muchas partes. Todo sigue siendo muy virgen, en estos Parques.
No cabe la menos duda. Partido, le sacan una barbaridad a los Parques Nacionales. Hay miles de turistas. No se lo que puede ser esto en Agosto. Supongo lo cerraran pasado un número. Hoy, miércoles, de principios de Junio, estaba hasta la bola. En muchos sitios, ni encuentras parking. Los colegios, no han acabado todavía. O eso creo. En verano, el que quiera ver esto, que se arme de paciencia. No le quedará otra, si quiere ver estos Parques en esa alta temporada.
Por último, bajamos hacia el base del Parque. Queríamos ver el espectáculo visto desde arriba, ahora a nivel río. Pudimos disfrutar de dos de las cascadas a nivel tierra. Una de ellas, por el viento reinante, no mucho, nos puso casi a caldo. Había que proteger la cámara. En cambio, cuando quisimos ir hacia la zona del glaciar y la catarata gigante, nada. Camino cerrado. Solo para los autobuses oficiales. Gratis, pero era imposible encontrar parking. Decidimos irnos. Todavía quedaban mas de setenta kilómetros para salir de Yosemite.
Casi nos pasa lo mismo que ayer con la comida. Casi cien kilómetros para encontrar un restaurante. Encima, malísimo. La verdad, tienen mucha cara. Chema pidió un salmón. Como tardaban mucho, reclamamos. La camarera nos dijo, que lo estaban descongelando. Vale, tía. Pero es que llegó después de media hora, hecho un bloque. Nada, nos dijo que esperáramos a que se descongelara. Luego te exigen propina. Mi plato, también incomible. Se suponía por la carta, era un filete gratinado con parmesano y pasta. Lo que llegó fue carne picada empanada en forma de filete, con espaguetis y un tomate frito malísimo. El gratinado, ni verlo. Ah si. Un poco de parmesano rallado por encima.
Nos fuimos y cogimos camino hacia la zona vinícola de San Francisco. Los valles de Napa, Sonoma y Solano. Reservamos durante el viaje una habitación en un hotel de "Vacaville". Está cerca de Napa y de la zona vinícola del Condado de Solano. Este Condado, debe su nombre a un antepasado de mi familia. No se, si lo había comentado ya, pero es así. Tuve un antepasado que fue Gobernador de California, cuando ésta pertenecía a la Corona Española. Mañana, pasaré por allí para ver que legado dejó el ancestro familiar. Por lo menos, un vinillo nos tomaremos en honor del Gobernador. Jaja. Es lo mínimo.
Una vez instalados en el hotel, nos fuimos rápido, no nos fuera a pasar lo de ayer. Pues no. Esta es una buena ciudad. De unos cien mil habitantes. Hay Centros Comerciales y restaurantes, para todos los gustos. Nosotros a uno llamado “BJ’s”. Hoy no habíamos comido nada. Bastante bueno todo. Pedimos unos calamares crujientes. Muy bien fritos. Y después una carne a la brasa. Blanda y buena. Con dos vinos Merloc de Argentina. Bastante potable. Todo bien y para el hotel.
Mañana acabaremos en San Francisco. Antes, visita vinícola por los valles familiares.
31º Día - de Solano County a San Francisco
09.06.2016
Salimos del hotel camino de las zonas vinícolas de California. Esa en si, era la idea. Antes que nada, decir que Vacaville ya pertenece al Condado Solano. Era una de las zonas que quería ver. Saber como hacen los caldos, estos californianos. Al final no pudo ser. Pasamos por la zona. Llegamos a Napa y seguimos viaje. No interesaba.
Al acercarnos a San Francisco, vimos que había un atasco gigantesco. Decidí desviarnos a ver la Universidad de Berkeley. El campus de esta Universidad es una maravilla. Quien hubiera podido hace un master aquí, en aquellos famosos años sesenta. Se respira tranquilidad y enseñanza. Da pié a estudiar. Si o si. Los edificios, los jardines. Todo respira ambiente universitario.
De allí y como seguía el atasco, fuimos a la zona de Berkeley Marina. Desde allí, se divisa al fondo San Francisco y sus dos puentes de entrada. El Golden Gate y el Puente de La Bahía. Aquí ocurrió una de esas anécdotas de cualquier viaje largo. Fue algo que no me podía esperar.
Salimos a hacer unas fotos. Hacía bastante frío. Dieciseis grados pero con viento de cara del agua de la Bahía. Cuando andábamos en ello, me entró frío. No llevaba jersey. Fui al coche a coger una zamarra. Cuando cerré el portón trasero, después de cogerlo, sonó el cierre automático. Justo, cuando me buscaba en el bolsillo, la llave para cerrar. De pronto, me doy cuenta que no llevaba las llaves encima. Se habían quedado en el maletero. Pardiez ¡¡. Llamé a Chema, para saber si llevaba la suya encima. Pues no. La había dejado en el coche. No puede ser, me dije.
Como era posible, que se cerrara el coche con las llaves dentro. Aquí empieza la aventura. Menos mal que en el móvil llevábamos copia del contrato del Rent a Car Alamo. Buscamos el de San Francisco y llamé. El que cogió el teléfono era un patoso. Siempre ocurre. Es la Ley de Murphy. No paraba de preguntarme cosas. Le dije que buscara a laguien que viniera a socorrernos y solucionar el tema. Me dijo que sin problemas. Estábamos en un sitio que en principio, no parecía tener problemas de localización. Les dí la calle el numero y el teléfono del único restaurante que había al lado del coche. Medijo que cuando localizara a alguien me llamaría.
Pasamos al restaurante. Aprovechamos para comer. Eran las tres de la tarde. De pronto suena el teléfono, pero se corta al momento. Vuelve y lo mismo. Llamamos nosotros a ese teléfono y nos sale un contestador. Intentamos con los del restaurante y nada. Al final, Chema llama a su hermana que vive en Miami y desde allí nos lo arregla. Pasaba una hora y nadie venía. Vovemos a llamar y nos dicen que el que habían mandado se equivocó de dirección.(?).
Después de otra hora, aparece un colombiano con pinta de mafioso en un coche grúa. Pensábamos traerían algún sistema de última generación para abrir la cerradura. Algo, como un lector de códigos de cerraduras. Nada mas lejos de la realidad. Palanqueta, cuña de plástico, dos varillas de hierro deformadas y una bolsita con perilla para inflarla. Vamos. De típico ladrón de coche. Allí que el tío, fuerza con un destornillador primero. Luego abre algo la puerta, con la palanca. Introduce la bolsa y la infla. Lo mantiene así. Mete la varilla gorda deformada y abre la cerradura desde la manilla de apertura. Un chorizo en toda regla. El seguro paga. El colombiano se lleva una propina de 20 dólares. Encima, nos ofrece un objetivo Canon al ver mi cámara. De donde lo habrá sacado, es su problema. No lo compramos.
Después de otra hora, aparece un colombiano con pinta de mafioso en un coche grúa. Pensábamos traerían algún sistema de última generación para abrir la cerradura. Algo, como un lector de códigos de cerraduras. Nada mas lejos de la realidad. Palanqueta, cuña de plástico, dos varillas de hierro deformadas y una bolsita con perilla para inflarla. Vamos. De típico ladrón de coche. Allí que el tío, fuerza con un destornillador primero. Luego abre algo la puerta, con la palanca. Introduce la bolsa y la infla. Lo mantiene así. Mete la varilla gorda deformada y abre la cerradura desde la manilla de apertura. Un chorizo en toda regla. El seguro paga. El colombiano se lleva una propina de 20 dólares. Encima, nos ofrece un objetivo Canon al ver mi cámara. De donde lo habrá sacado, es su problema. No lo compramos.
Por fin. Logramos salir del problemón en el que me había metido. Son las anécdotas que de vez en cuando surgen. Lo mejor, que se solucionó. Todo en esta vida es solucionable, A excepción de las muerte, claro está. De allí al hotel. Está en plena Lombard Street. La calle mas famosa de San Francisco. La de los cuestas de las películas de coches. Descansamos un rato y nos fuimos a dar una vuelta. Dimos un rodeo y bajamos hasta la playa donde está el Museo Marítimo. Estuvimos por ahí y llegamos hasta el Fisherman Warf donde están los “pier” o muelles de donde salen los barcos que recorren la bahía. Lleno de tiendas y restaurantes. Paseamos hasta el Embarcadero y nos dimos la vuelta.
Paramos en un italiano. Se llama “Cioppinos”. Pedimos una “bruscetta” y un surtido de mariscos fríos. Éstos, sin una gota de sal. Según nos dijo la encantadora y simpática camarera de Singapur, aquí no se le echa nada de sal al marisco. Ya me dirás. Insípido a mas no poder. Bueno, volvemos a lo de siempre. Es lo que hay. De allí al hotel y se acabó la jornada
32º Día - San Francisco
10.06.2016
Lo primero del día de hoy, un recuerdo a mi Rosa. Hoy hace seis años que nos dejó. Vaya, para ella, un inmenso beso y este ramito de rosas rojas que había en la mesa del restaurante. Siempre estarás en mi corazón.
Hoy teníamos todo el día para San Francisco. La ciudad mas europea de Estados Unidos. Si no fuera por las continuas cuestas, sería una ciudad ideal. Hoy un poco de frío a primera hora. Hay mucho viento. Parece que normalmente. Me dicen que aquí se baña muy poca gente. El agua del mar está heladora. Si además, hay viento, ni te cuento.
Como íbamos a coger un barco para ir a Sausalito, cogimos jersey y cazadora. No nos equivocamos. Al salir después de desayunar, ya pegaba el frío. Como dije, estamos hospedados en Lombard Street. Una de las famosas por sus cuestas. Empezamos trepando tres manzanas. Digo trepando, pues esto no son calles. Son paredes para trecking. Que barbaridad. Mas del cuarenta por ciento de desnivel. Una vez arriba, cogimos el famoso “cable car” (tranvía abierto), para bajar hacia el puerto. Merece la pena el esfuerzo, pues la bajada en el tranvía, es una pasada. No solo por la pendiente. Como frenan y se cruzan los coches y el tranvía, es digno de verse.
Abajo, ya en el puerto dimos una vuelta. A las doce, había quedado con Victoria, la hija de mi prima hermana Ana. Un encanto. Allí llegó y tomamos un café juntos en el “Jack’s Canary Bar”. Un clásico local del Fisherman Warf. Está aquí porque a su marido le trasladaron de ginebra a San Francisco. Ella tenía trabajo en el mismo banco en Suizas, pero aquí anda loca buscando. Su problema, como el de todos. Aquí, la burocracia para asentarte parece que es de locos. Anda desesperada, para poder tener un permiso de trabajo. Y luego hablamos de la burocracia española. Aquí, parece se multiplica. Una vez tienes arreglado el papeleo, todo va como la seda.
De allí nos fuimos a coger uno de los barcos que llevan a Sausalito. Está al otro lado de la bahía. Pasas por delante, de la no menos famosa y ya sin uso, Cárcel de Alcatraz. Ahora, visita turística, que no me interesa. El Golden Gate lo tienes mas cerca y la ciudad es muy tranquila y con buenos restaurantes. Éste, fue el motivo del viaje. Había capricho de un bogavante. Son canadienses y en nada se parecen a los nuestros nacionales. Mas insípidos y sobretodo, mas baratos. Pasó lo de siempre. Lo pedimos poco hecho a la parrilla y “con sal”. Llegó bien sazonado, pero pasado de punto. Una pena. Antes una gambas al ajillo. Cuatro para ser exactos, pero muy gordas (langostinos). También, unas almejas. Muy llenas, gordas y bien hechas.
Hubo otra cosa negativa. En plena comida y por una tostada dura como ella sola, se me rompió un diente. Así que volveré desdentado. Al quejarnos del punto de parrilla del bogavante, el Maître, nos ofreció postres gratis. Un tiramisú espléndido. De precio, no hablo. Caro y un poco mas. Un día es un día y es la primera comida como dios manda. Ya queda menos para tomarme un buen gazpacho en Midas. Jaja.
Dimos una vuelta por Sausalito, nos tomamos un café y al barco. No nos dimos cuenta y cogimos el de otra compañía. Que pasó entonces. Que nos dejaron en otro Muelle, lejísimos del que habíamos partido. Cogimos otro tranvía y volvimos a nuestro muelle. Allí, decidimos volver a coger el “Cable Car”. Esta vez para arriba. Casi una hora de espera en la cola. Intenté devolver los billetes, pero no lo admiten. Sale uno, cada 15 minutos. No lo entiendo. Había, como cinco esperando. Pues nada, son así. Como nos costó 7,50 $ a cada, decidimos seguir hasta casi el final, para ir a “China Town”. Por cierto, muy cutre. Nada que ver con la de New York. Las bajadas y subidas del tranvía, volvieron a ser un espectáculo. Acabamos casi al lado del puerto de nuevo. Así que taxi y para el hotel a descansar un rato, antes de cenar.
Y salimos a cenar. Y nos ocurrió lo mismo de otros días. A las 9,45 no nos dieron de cenar. En nuestra zona, hay tres o cuatro buenos restaurantes. Es viernes y fin de semana. Pues nada, a las 9,30 cierran cocina y para casita. No lo entiendo. Había mucha gente por la calle y los sitios estaban llenos. Pero aquí, son cuadriculados.
Al hotel y a pedir una pizza por teléfono. Es lo que nos tocaba por salir "tan tarde". Mañana , ya veremos que hacemos. Ni siquiera hemos decidido.
33º Día - De San Francisco a Atascadero
11.06.2016
Hoy nos tomamos el dia con mucha tranquilidad. Mejor dicho, la mañana. Por la tarde, seguiríamos ruta hacia el sur de California. Me levanté temprano, como siempre. Me fui a desayunar tranquilamente y a ver un poco de correo. Cuando volvía, Chema ya se había levantado y después de un rato, cogimos el coche.
Quería hacer las famosas curvas de bajada de Lombard Street. Ayer, hicimos los desniveles. Hoy las curvas mas fotografiadas del mundo. Aquí se apiña una cantidad de gente exagerada. Todos quieren hacer fotos a los coches que bajan. La verdad, no se aprecia tanto en las fotos como en vivo. La pendiente es tremenda y una curva enlaza a la otra. No conté cuantas habría en ese tramos de calle. Lo cierto, es que todos los coches quieren hacerlas. Se llegan a formar colas, para bajarlas. Yo lo hice a pié, para poder fotografiar el jeep en el que Chema bajaba.Ya había bajado en coche la vez anterior.
De allí, bajamos de nuevo al puerto para hacer las últimas compras de detalles de San Francisco. Lo típico. Camisetas, gorras e imanes de neveras. Después de eso fuimos a ver un sitio que nos recomendaron. Fort Mason. Realmente en un parque de recreo. Hace años, debió ser un cuartel militar. Dominaba el puerto y la bahía. Hoy debe ser residencia de algunos oficiales y parque de recreo de familias. Ayer acabaron los colegios aquí. Hoy, había celebraciones por todas partes.
Después de esta breve visita, nos fuimos a ver Baker Beach. Una de las playas de San Francisco mas bonitas. Lo especial, es que tienes de fondo el puente del Golden Gate. No hacía un dia muy claro que se diga. Aún así, bastante gente en la playa, para la hora y el fresco (18º) que hacía. El entorno, con un bosque, precioso. Al rato, tocaba subir un poco esta ciudadela y llegar al Palacio de La Legión de Honor, donde está un Museo que expone una colección de estatuas, momias y pinturas que denominan “The Future of the past”.
Una vez hecho este recorrido por la ciudad, emprendimos la marcha. Nos fuimos para el sur de California. A las célebres playas. De entrada, había que buscar un punto intermedio entre San Francisco y Los Angeles, para hacer noche. La salida de la ciudad, fue caótica. Atascos por todos lados. Sábado y primer día de vacaciones. No digo mas. Retenciones, incluso a 50 kms de la salida. Antes, una hora para coger carretera.
Ya en el coche, queríamos ir por la Highway 1, la que va bordeando la costa todo California. Empezar, la empezamos, pero había tantísimo tráfico que decidimos ir por el interior. Ya veremos playas y costa, mas adelante. Además, desde el coche, Chema empezó a buscar un hotel para hacer noche y el mas barato rondaba los 300 dólares. De ahí hasta 1500. No es el caso, pillar uno de estos. Es la zona mas cara de California. Encontramos uno en una ciudad del interior, llamada Atascadero que al menos era algo mas barato. Aún así carete. Ciento ochenta y nueve. A partir de ahora, eso de pagar 80 o 90 dólares por una habitación, será cosa de otro tiempo. Nos tocará subir la cuota del hotel. Por aquí, todo son nombres españoles. Ciudades y calles, tienen una mayoría de nombres que nos son familiares.
En el camino, paramos a comer. Como casi siempre en carretera, en un área comercial. Hay muchas en las entradas de las autopistas a cualquier ciudad. Bueno igual que en todo el mundo ya. Tomamos unas muy buenas hamburguesas. Hechas al carbón. Incluso el pan salido del horno. Las pedí dobles. Por el precio, me parecía iban a ser pequeñas. Luego eran gigantes. Buenas y baratas. Que gusto. Después de San Francisco, donde todo es carísimo, da gusto pagar menos.
Ya hemos reservado para los tres próximos días, hotel al lado de la costa. Pasado Los Angeles camino de San Diego. El lugar, se llama Oceanside y está a 60 kms de San Diego. Los Angeles, lo haremos a la vuelta. Final del viaje. También dicen, es una ciudad que no ofrece nada. Bueno, algo dará, aunque sea cine. Digo yo.
34º Día - de Atascadero a Oceanside (San Diego)
12.06.2016
Entramos en una fase del viaje que va ser mucho mas relajada. Para mi gusto, hemos acelerado en exceso el recorrido. Podíamos haber estado mas tiempo en alguna ciudad. Pateándolas un poco. Visitando algún museo o viendo sus centros de ciudad. Había ansia, por llegar a California. Sus playas y su clima, nos han hecho adelantarnos en unos cinco días. Ya estamos aquí.
El problema, puede ser otro. Las previsiones meteorológicas, no son halagüeñas. Parece estará nublado bastantes días. Desde Los Angeles a San Diego, estará nublado. Las prisas, pueden convertirse en aburrimiento. De hecho, Chema incluso ha llegado a pensar en adelantar la vuelta. Pero no. Los billetes son cerrados. No hay posibilidad de cambio de fechas.
Salimos de Atascadero en dirección a Santa Bárbara. Quería ver esta ciudad. Al llegar, te das cuenta, que son ciudades extensísimas. Ya lo dije, aquí hay un “town center” y luego una extensión enorme de chalets con sus miles de centros comerciales. No hay esa parte de la ciudad, con sus baretos y tiendas de todo tipo. Aquí, es igual que estés en Wyoming que en California, la estructura de la ciudad, es idéntica. Ah. Y con las mismas tiendas y los mismos restaurantes. Esta, es la generalidad.
Hay excepciones, como en Ventura. Paramos a comer aquí, después del fiasco de Santa Bárbara. Solo tomamos un café y vimos la playa. Seguro que tiene otras partes fantásticas, pero no queríamos perder mucho tiempo. Quedaban muchas millas. No se si por el nombre o porqué, pero Ventura parecía mas de nuestro tipo. Varios restaurantes por el centro. Muchas tiendas. Elegimos un italiano. No estuvo mal. Sí, muy lento. La ciudad, con muchos toques españoles. Desde la misión , hasta el propio patio del restaurante
.
.
Seguimos camino y cada vez el tráfico era mas asfixiante. Se notaba que nos acercábamos a Los Ángeles. Encima, era domingo. Ida y vuelta de miles de personas. California tiene 40 millones de habitantes. Casi como España. Los Ángeles tiene 4 millones en el centro urbano y casi 20 en el área metropolitana. Y si se le une Long Beach-Santa Ana, llega a los 30. Ya os podréis imaginar la extensión de la ciudad. Y los miles de coches circulando por sus carreteras. La “Highway 101”, tiene hasta 8 carriles y todos iban abarrotados, en ambos sentidos.
Fuimos al aeropuerto. Queríamos controlar, el lugar donde debemos devolver el coche de alquiler. No era tan complicado, como temíamos. Además, una vez entregas el coche, autobuses de los “Rent a Car” te acercan al aeropuerto. De paso, vimos al lado un hotelito y ya hicimos la reserva para la noche anterior a la partida. Así, no nos complicamos la salida. Dicen que de punta a punta, la ciudad, llega a los 70 kms de longitud. Una auténtica locura.
Por fin llegamos a Oceanside. La verdad, nos sorprendió. Aquí al menos y ya con tranquilidad, estaremos unos tres días de playa y relax. Nos bañaremos , si el tiempo lo permite. Es una ciudad grande. Casi ciento setenta mil habitantes. Extensa. Con una magnífica playa que nada mas llegar visitamos. Estaba, a pesar de la hora, muy concurrida. Atardecía. Cientos de pescadores en un muelle larguísimo, que tiene en la playa. Todo muy animado. La policía controlaba, suponemos, los permisos de pesca. Cayó el día. La puesta de sol espléndida. Paseamos a lo largo del alto muelle. Vimos sacar algún pececillo que otro. En el centro, un tablón, lleno de fotos de antiguos pescadores con sus grandes presas. Algunos con meros de mas de 40 kgs. Eran otros tiempos. Hoy, de aquellos, ya no queda ni uno. A su vez y a pesar de la casi falta de luz, varios surfistas, jugaban con las olas.
Nos fuimos a cenar un poco y para el hotel. Ahora empieza el descanso, antes de volver a casa. Al menos, eso creemos. La realidad, puede llegar a ser bien distinta.
35º Día - de Atascadero a Oceanside (San Diego)
13.06.2016
Ya estamos tranquilos. Los kilometrajes exagerados, se han acabado. Ahora, distancias de andar por casa. Quizás en unos tres o cuatro días, hagamos una incursión por México en su California Baja. Dependerá de lo que nos diga el Renta a Car. Por cierto, estos puñeteros nos han hecho un cargo de 834,16€ que no tenemos ni idea de lo que es. Ya hemos reclamado por mail y ya nos dirán. Debe haber un error, pues ya estaba pagado todo. Que sepamos, salvo susto.
Bueno, lo dicho. Mas tranquilidad. Nos levantamos, como si de vacaciones estuviéramos. Claro que lo estamos, pero no de esta forma. Sobre las 12 nos fuimos a dar una vuelta por el puerto de algunas tiendas. Al menos, han tenido gusto al hacer los comercios. Mantiene una línea seudo antigua que me gusta. Vimos un restaurante de pescado que nos gustó y lo anotamos para mas tarde. Vimos una playa al lado y también nos gustó. Así que, mas tarde volvimos.
Nos pusimos bañatas, como cualquier turista. Una toalla. La crema, que el sol quema. Y para la playa. A tumbarse tocaba. Yo no soy nada de playas. Creo que tumbado en la arena mas de una hora, no había estado en los últimos 35 años. Desde que vivía en Menorca, que recuerde. Aquellos tiempos de playa nudista en Son Bou. Ha llovido ya. Y el maltrecho cuerpo, no permite esos alardes. La edad no perdona. El coco aguanta. El body, ni “pa atrás”. Esta era buena playa.
Buen baño en las frías aguas del Pacífico. A mi no me parecen tanto. Todo es cuestión de entrar decidido. Prefiero esto, al caldo de algunas playas del Mediterráneo. Después de secarnos, nos fuimos a comer ese “Fish & chips” que habíamos visto antes. Estaba bastante decente. Soso como casi siempre. Eso, tiene arreglo. Un salerito y “pa alante”. Nos volvimos al hotel.
Yo quería ver la “Misión de San Luis Rey de Francia” y cogí el coche para acercarme. No estaba lejos. Alrededor de once kilómetros. A Chema, no le van estas visitas. Ni monumentos, ni iglesias, ni museos. Si los tienes al lado. Además con tiempo de sobra. Porqué no verlos, aunque sean iglesias o piedras.
El edificio de la misión, con su Iglesia, es la segunda mas grande con planta cruciforme de las misiones en USA. Antes , se encuentra la de San Juan de Capistrano. Al menos, tienen algo de la poca historia de este país. Y aunque ésta, va en honor del Rey de Francia, no dejan de ser Misioneros Españoles los que llevaron todo este adoctrinamiento católico en California. De hecho, su museo, que estaba ya cerrado, alberga las mayores colecciones de vestiduras españolas. Fue fundada en 1798. Además tiene unos árboles espectaculares alrededor. También pude ver la entrada de los curas que iban acelerar la misa. Mucha gente había ya dentro de la Iglesia. Por acá, son muy católicos.
Si mañana vamos hacia Newport, intentaré ver esa también. Está a mitad de camino. Además, no hay que desviarse nada. En esta ciudad, está una de la mejores y mas famosas playas de surfing. Ya dije, que esta costa hasta San Diego, es la Costa del Surf californiano. Donde mejores olas se cogen. Donde practican los mejores surfistas. Y por ende, donde se supone, chicas mas guapas se pasean. Ya veremos la realidad. También vi un rescate de los “Vigilantes de la playa”. Mucho ruido en la llegada con el 4x4. Un chaval salió corriendo con el típico flotador. No parecía importante lo que había pasado. Los dos socorridos ya salían del agua.
Hasta ahora, se nos ha caído bastante el mito de las chicas californianas. No se, si es que no han acabado la universidad. Por aquí, se ve poca gente guapa. Lo que se dice guapa, de verdad. Las de las pelis. Claro, que con nosotros por aquí, igual se han escondido. En Newport tienen fama. Ya contaré si es o no cierto el mito. Poco mas que contar por hoy.
36º Día - Oceanside y Newport
14.06.2016
Como adelantaba ayer, después de desayunar cogimos carretera hacia Newport. Aproximadamente, sesenta kilómetros. Antes, debíamos hacer una parada en la Misión de San Juan de Capistrano. No hubo problemas. Esta vez, si que era obligado. No había que desviarse nada. La verdad, mereció la pena.
Es verdaderamente importante todo el complejo. No me extraña que estos americanos lo tengan como una de las muestras mas antiguas de su cultura. Aquí, los españoles hicimos una grandísima labor. Bueno, la iglesia o los misioneros. Al Cesar lo que es del Cesar.
He de decir, que el nombre de mi familia (Solano), sale por todos sitios en California. No solo el Condado Solano, al lado de Napa, como ya dije. Tuvimos de todo. Desde Gobernador hasta un Santo. Por cierto, yo ni lo sabía. San Francisco Solano. Dejo por tanto aquí, constancia de ello.Hasta en la campana figura nuestro apellido. No sé el motivo
La Misión, es realmente grande. Con un patio central inmenso, que hoy, hace las veces de precioso jardín. En su día, fue huerto. Posee, la iglesia en pié, mas antigua que existe en California. Y casi diría en Norteamérica. Data de 1775. Aún hoy día, se siguen practicando oficios.
Al lado del complejo de la antigua misión, se construyó en 1980 un nuevo templo. El original fue destruido por el tiempo, los saqueos y las luchas entre los indios originarios y México. Éste, fue consagrado por el Papa Juan Pablo-II en 1987 y nombrado “Basílica” en el año 2000. Es uno de los templos con mas devotos de Estados Unidos. Existe una Fundación para el mantenimiento del mismo. Aparte, de tener un buen Museo y un gran colegio entre sus dominios. Después de una amplia visita, partimos hacia Newport.
Antes de llegar a esta ciudad y al ir por la “Pacific Highway” pasamos por Laguna Beach, una de las zonas mas elitistas de esta costa oeste. Se nota en las urbanizaciones, los chalets y el cuidado del entorno. Sin llegar al centro de Newport, nos fuimos a una playa. El día no estaba bien. Viento, nublado, 18º y sensación térmica mucho mas baja. Así que de bañarse nada. Estuvimos un buen rato. Nos sentamos en la playa y pasamos el rato viendo un partido de voleibol. Bastante malucho, por cierto. Tras esto, seguimos hacia el centro.
Entramos en la isla Balboa. Toda esta parte, vive con el mar. Miles de embarcaciones. Casa con sus pantalones delante. Cruzas un pequeño puente y ya estás. Turístico, como toda esta parte. Es zona de veraneo. Muchas tiendas, restaurantes y oficinas de servicios a lo largo de la calle principal, “Balboa Blvd”. Decidimos comer allí. Como no, en un italiano. Es de lo poco que Chema pasa por su estómago. Sobretodo, por lo del picante en el resto de restaurantes. Por estos lares, hasta las patatas fritas son salpimentadas. Yo, tomé una Calzone de Salchichas. Hacía años que no tomaba una de estas. Buena, pero con exceso de salsa de tomate.
Entramos en la isla Balboa. Toda esta parte, vive con el mar. Miles de embarcaciones. Casa con sus pantalones delante. Cruzas un pequeño puente y ya estás. Turístico, como toda esta parte. Es zona de veraneo. Muchas tiendas, restaurantes y oficinas de servicios a lo largo de la calle principal, “Balboa Blvd”. Decidimos comer allí. Como no, en un italiano. Es de lo poco que Chema pasa por su estómago. Sobretodo, por lo del picante en el resto de restaurantes. Por estos lares, hasta las patatas fritas son salpimentadas. Yo, tomé una Calzone de Salchichas. Hacía años que no tomaba una de estas. Buena, pero con exceso de salsa de tomate.
Dimos una pequeña vuelta por el entorno de Newport y regresamos a nuestro hotel en Oceanside. Chema se quedó y yo me fui a la playa, parecía empezaba a despejarse. No fue así. Volví, agarré un jersey y la cámara de fotos y volví para hacer alguna a los surferos.
No pude hacer mas que tres o cuatro fotos. Se acabó la batería de la cámara. Me quedé un rato y con el móvil hice alguna mas y un pequeño video. La tarde, estaba desapacible. Seguía nublado, fresco y viento. Estamos teniendo mala suerte en California. Tanto adelantar para ir a playas y pasa esto.
Mañana, iremos rumbo San Diego. Es lo mas al sur de California. Hablaremos con el Rent a Car “Alamo”, para ver si podemos pasar a México con el coche. Si es así, estaremos tres días allí. En California Baja. Claro, si encontramos hotel. De entrada, todo lo buscado decente, está ocupado. El sábado, volveremos a San Diego. Hemos quedado ya con Angelines, hermana de Mariana O’Donnell. Lleva viviendo en este país, un porrón de años. Pasaremos a saludarla.
37º Día - de Oceanside a San Diego
15.06.2016
Hoy ha sido el día tonto. Salimos a las 10 de Oceanside. Teníamos que arreglar en San Diego, el tema si podíamos ir o no a México con el coche. Al hotel, no podíamos llegar antes de las 12. Salimos de Oceanside por la carretera de la playa. La verdad, lentos los 63 kms que les separan. Pero merecen la pena. La costa es una maravilla. Playas interminables. Siempre con viento. También fresco. Paramos un par de veces para observar las playas.
Todas, tiene buenas olas pata surfear. De hecho, los pueblos que vas pasando, tiene montones de tiendas especializadas en surf. Llegamos a San Diego sobre las 12. Directamente, nos fuimos al aeropuerto. En la zona de “Rent a Car”, teníamos que hablar del tema. Perdimos mucho tiempo. El Jeep Cherokee no podía ir a México. Nos ofrecieron con un descuento otro coche mas normal. Ellos, Álamo, se quedan con el Cherokee los tres días que nos vamos y lo pueden alquilar. Cuando volvamos, nos dan el mismo u otro igual. Un rollo. Si queremos ir a México no hay otra.
Después de no sé cuanto tiempo, se arregló el tema del coche. Nos fuimos al hotel y nuevo problema. Nos daban una segunda planta. No hay ascensores. Las maletas pesan tanto que siempre pedimos planta baja. Para ello, teníamos que esperar dos horas para que nos lo confirmaran.
Después de no sé cuanto tiempo, se arregló el tema del coche. Nos fuimos al hotel y nuevo problema. Nos daban una segunda planta. No hay ascensores. Las maletas pesan tanto que siempre pedimos planta baja. Para ello, teníamos que esperar dos horas para que nos lo confirmaran.
Mientras y ya coche nuevo. Nos pusimos a buscar hoteles por Rosarito o Ensenada en México. Difícil no, lo siguiente. Todos completos. Los buenos y en playa, carísimos. Total, uno de los maluchos y nada de al lado de la playa. Lo cogimos, pues después del lío del coche, como para no ir a México. Después de arreglar estos temas, eran ya las 4,30 de la tarde. Sin comer todavía.
Nos fuimos a una de las playas famosas de San Diego. “Pacific Beach”. Nos dijeron, era bonita y con muchos restaurantes. Fuimos directos a la playa. Apetecía. En menos de media hora allí, se empezó a nublar. Hacía ya bastante frío. Aún así, la playa bastante animada. Muchas chicas. Aquí hay mas nivel. Por cierto, les priva el volei-playa. Total, a buscar restaurante. Encontramos uno, después de patearnos bastantes manzanas. Animado. Pero como casi todos. Aquí tienen los menús mas o menos iguales en todas partes.
De allí fuimos a un grandísimo Centro Comercial a buscar una maleta. Enorme. Con todas las marcas de renombre. Desde Prada a Gucci, pasando por el resto. Allí, claro está, de maletita ni hablar. Por el precio mas que nada. Cerca, encontramos uno con maletas y allí la compramos. Las que llevamos pesan mucho y con las compras mas. Tendremos que facturar una mas.
Nos fuimos para el hotel a organizar maletas. A México no llevamos nada mas que unas bolsas. Los maletones, los dejamos en consigna del hotel, pues volveremos a dormir el domingo. Lo dicho, el día tonto. No hemos hecho nada. De turismo, me refiero. Y ha sido el día de gestiones y tonterías. Solo cuatro o cinco fotos esta mañana en la costa. No hay mas. Mañana a México
38º Día - de San Diego (USA) a Rosarito (México)
16.06.2016
Poco hemos visto en San Diego. Lo dejamos para la vuelta. Será el domingo. Además, iremos con Angelines O’Donnell. Así, veremos mas cosas interesantes y nos podrá recomendar mejor. Hoy tocaba irse para México. Al final, nos vamos allá tres días.
En la frontera, esperábamos algo mas de vigilancia o control. Nada de nada. Pasa y ni te enteras. Nadie te para, en ninguna de las aduanas. Otra cosa, será la vuelta. Al menos, eso me imagino. No creo que los yankees, dejen de controlar la inmigración. Nada mas cruzar la frontera, entras en otro mundo. Tijuana, está nada mas cruzarla.
Esta ciudad fronteriza, tiene mala prensa en todas partes. Incluso, en el propio México. Es muy grande. Mas de un millón setecientos mil habitantes. Fea y destartalada. Dicen que lo mejor es su Catedral. No opino lo mismo. Si es así, el resto que no hemos visto, debe ser feísimo. Caótica en su tráfico. De día se puede estar. De noche, mejor ni salir. Esa es la recomendación. Nosotros no nos íbamos a quedar de cualquier forma. Dimos una vuelta por el centro. Vimos la Catedral y andamos un poco. Salimos rápido.
Cogimos el coche y nos fuimos para Rosarito. En la llamada Costa Dorada de México. Estamos en la Baja California. Ésta, no pertenece a Estados Unidos. Toda California, fue parte obligada de cesión por parte de México. Después de la independencia de México, tras tres siglos de pertenecer a España, Estados Unidos quiso comprar California, por 30 millones de dólares. No vendieron y años después entraron en guerra. Cuando Estados Unidos llegó a ocupar México capital, los mexicanos se rindieron y aceptaron vender California por la mitad. Así, la vendieron por 15 millones de dólares en 1848. Vaya chollo pillaron los Estados Unidos.
Llegamos a Rosarito. Evidentemente es otro nivel al de Tijuana. Es mas costa, mas playa, mas hoteles, mas turismo. Pero es México, en estado puro. El GPS nos gasto una broma. Nos dejó en otro hotel. No tenían lógicamente la reserva. Al final saqué el ordenador y se deswveló el entuerto. Era otro, al lado de este. Nos trasladamos y tampoco tenían la reserva. Volví a sacar el ordenador y comprobaron que era cierto. No habían actaulizado las reservas por Booking del día anterior. Menos mal que había habitaciones.
Mientras se arreglaba este nuevo entuerto, vimos que había un cartel con los precios. Booking nos había dicho que el precio era por los tres días, 341 dólares USA. Aquí en el hotel 170 los tres días. Increíble. Logramos anular la reserva con Booking aunque decía deberíamos pagar 89 dólares. Éstos, lo cobraría el hotel. Aquí nos dijeron que no y alucinaron también con Booking. Vamos a escribir una carta de protesta a esta compañía de internet. La verdad, es la primera vez que nos pasa. Hasta hoy, habíamos reservado los hoteles con ellos muchos días. Siempre buscando los descuentos. Hoy, era al revés. Nos iban a dar un buen palo.
Después de esta azarosa llegada, decidimos irnos a comer. Fuimos a Popotla. A unos diez kilómetros de Rosarito. Esto si que es México auténtico. Hacía mucho que no veía un sitio tan auténtico. Tan bueno y desastroso a la vez. Tan pobre y tan próspero. A su aire. Chiringuitos-restaurantes que están que se caen. Pescado fresco por todos lados. Cada casa, un restaurante. A cual mas cutre y auténtico. Siempre alguien reclamando la atención de su casa. Ofreciéndote de todo. Explicando su carta o sus productos. Un caos fantástico.
Un manito, nos convenció y nos llevó al que le dan una comisión. La verdad no estaba mal. No obstante, luego vimos otros con mejores productos. Los sitios no son limpios. Da igual. Aquí son así. No pidas cosas que no pueden ser. De entrada dos “Margaritas” fantásticas. Luego, una sopa de pescado cada uno, bastante decente. Unas gambas fritas crujientes, buenas y una langosta de medio kilo para los dos a la brasa. Una Coronita y acabamos con dos cafés. Éstos, bastante mejor que los de USA. Todo por 750 pesos. Al cambio, 35 euros. Increíble.
Nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo. Es una zona de pescadores. Tiene sus barcas en la playa. Ésta, es como un mercadillo. Barcas. Puestos de venta de pescado. Mesas con sillas en lugares que te fríen o asan el pescado por un mísero precio. Coches en la arena. Bañistas. Esto es una playa, aunque no lo parezca. Por ver cosas raras, hasta un cerdo vimos en la playa. Descansaba. No se si esperando su sacrificio. Quizás, es la mascota de un paisano. Allí estaba, tranquilamente durmiendo. O quizás tomaba el sol. Quien sabe.
Después de este enorme espectáculo, nos quisimos dar una baño. Cambiamos de playa. Nos fuimos a la oficial de Rosarillo. Otra locura. Aquí, bares, discotecas, masajistas playeras, gente ofreciéndote cocteles, surfistas en las olas al fondo. Pero, mucho frío. Aquí siempre hace viento y si no sube la temperatura, no hay quien se bañe. Helador. Nos tomamos dos piñas coladas. Intentamos aguantar, pero nada. El frio nos pudo.
En esta zona, los chiringuitos copan las playas. Dimensiones gigantescas. Llegan casi a la orilla. No casi. La pleamar los invade. En la zona alta, discotecas cerradas, pegadas al paseo marítimo. Pero todo es un único local en cada caso. Eso sí, hay muchísimos. Uno al lado del otro. No sabes en cual estás. Ni que camarero pertenece al que estás. En verano o fines de semana, nos han dicho están abarrotados hasta el amanecer. De hecho no cierran. Cuando abren en la playa, cierran arriba. La gente, se traslada con la “papalina” a la arena o al agua. Supongo a espabilarse. No lo veremos, claro está. Aunque el viernes podremos ver algo mas. Seguimos aquí hasta el sábado por la mañana.
En esta zona, los chiringuitos copan las playas. Dimensiones gigantescas. Llegan casi a la orilla. No casi. La pleamar los invade. En la zona alta, discotecas cerradas, pegadas al paseo marítimo. Pero todo es un único local en cada caso. Eso sí, hay muchísimos. Uno al lado del otro. No sabes en cual estás. Ni que camarero pertenece al que estás. En verano o fines de semana, nos han dicho están abarrotados hasta el amanecer. De hecho no cierran. Cuando abren en la playa, cierran arriba. La gente, se traslada con la “papalina” a la arena o al agua. Supongo a espabilarse. No lo veremos, claro está. Aunque el viernes podremos ver algo mas. Seguimos aquí hasta el sábado por la mañana.
Volvimos y salimos mas tarde a cenar en un bistro francés al lado del hotel. Agradable y bueno. Muy atentos y simpáticos. En todos sitios son así. La cena, veintiocho euros al cambio. Lo mas caro los dos vinos. De ahí volvimos al hotel.
Posdata: Nos enteramos que el famosos cerdo es un personaje en esa playa. Llegó un día allí sin nadie saber de quien era. Lo adoptaron y entre todos lo cuidan y le dan de comer. Así está el cochino. También hay un oso marino. Apareció y hace la competencia al cerdo. Todos los cuidan y ambos animales, encantados de la vida, encontraron su paraíso. Que grandes.
39º Día - de San Diego (USA) a Rosarito (México)
17.06.2016
Queríamos conocer la zona e ir a Ensenada. Al tiempo, como dicen acá, intentábamos ver el España- Turquía de la Eurocopa. Ambos fueron, sendos fiascos. Ensenada, no nos gustó nada. La gente de acá, dice es bello. Ni hablar. Nada de nada. Mas moderno. Mas hoteles. Mas tiendas. Pero de ahí a bello o bonito, como decimos nosotros, nada de nada. El entorno, la bahía, la ensenada, sí. Desde lejos se ver “linda”. De cerca, mas de lo mismo. Eso sí. La costa preciosa. Hostil. Mucho viento. Pocas playas y mucho acantilado. Algún loco haciendo kitesurf.
Además, nada de futbol. Buscábamos un “Sport Café” y nada. No vimos ni uno. De casualidad, escuchamos en la radio “que ahorita” España ganaba 3-0 y llevaban ya quince minutos del segundo tiempo. Decisión. No buscar mas. Para qué perder tiempo. Nos fuimos a buscar la “Ruta del Vino”. Estaba a unos 25 kms de Ensenada, camino de Rosarito. Allá que nos fuimos.
Después de entrar en la zona vinícola, encontramos una bodega, llamada “Viña de Liceaga”. Entramos y nos ofrecieron una degustación. Era una cata de cinco vinos diferentes. Un rosado y cinco tinto. Poca cantidad de cada uno. Lógico. Te ponen un poco de queso y unos palitos y galletitas saladas. Cada uno 180 pesos. Unos 8,50 euros por persona. Quizás los dos últimos pasarían el corte en España. Aquí les han dado muchos premios. Después de esto, no seguimos mas por la ruta del vino, pues podíamos acabar fatal. Además Chema no quería hacer mas kilómetros. Está harto.
En vista de lo cual, volvimos a Popotla. Fuimos a comer en uno de los sitios que ayer nos ofrecieron buen pescado. En cuanto nos vieron se lanzaron a por nosotros. Elegimos una especie de “pargo” muy fresco. Le explicamos al parrillero como lo queríamos Paso a paso, le dije como hacerlo. Primero una buena brasa. Después, entero y sin desestimar en la rejilla y a la brasa. Era de 1,300 kg. Le dije 20 minutos por una cara y luego la vuelta con otros 15 minutos mas. Después lo abriríamos y le echaríamos una fritada de ajos. Nunca lo habían hecho así.
Nos fuimos mientras a dar una vuelta. Cuando volvimos, antes del tiempo, vimos que lo había sacado de la brasa. Me acerqué. Estaba quemada la piel y escamas. Allí mismo, lo abrí. Estaba crudo por dentro. Le pedí papel de aluminio. Lo cubrí. Y lo volví a poner a la brasa. Cinco minutos por cada lado. Mientras comimos unos langostino a la plancha. Saqué el pescado, lo abrí y le eché la fritada por encima. Estaba delicioso. Le dí un poquito a la dueña, a la camarera y al parrillero, para que lo probaran. Se quedaron encantados. Nunca habían comido un pescado tan jugoso, me dijeron. Unos cafés con un chupito de tequila, aparte de las dos cervezas Coronitas. Todo 38 euros al cambio. Muy bien.
Este pueblo, Popotla, me encanta. Hay un continuo movimiento. Todos quieren vender algo. Pocos lo hacen. Pero ahí están ofreciendo sus productos, o lo que sea. Las gaviotas son las reinas. Los pescados, las víctimas. No se puede vender tanta cantidad. No se que harán con los muchos que deben sobrar. El pueblo, hace lo que puede. Ambiente, hay y mucho. Es muy colorido todo. Algunas frases en los destartalados edificios, fantásticas. Un lugar muy peculiar. Mexico lindo. Bandas de mariachis por doquier. Al menos, parece hay felicidad.
Nos volvimos al hotel, después de otro paseo por el originalísimo lugar en el que estábamos. Cantidad de escenas para fotografiar. Aunque como suele ocurrir a la gente no le gusta ver una cámara. Algo hice, de todas formas. Nos volvimos al hotel. Chema anda con dolor de cabeza. Yo, saldré luego a dar una vuelta. Es viernes y habrá que ver como se mueve la noche por aquí. No se deben perder las buenas costumbres.
40 Día - Rosarito (México)
18.06.2016
Anoche salí a tomar una copa. Hay unos locales gigantescos en los alrededores. Estamos en pleno cogollo de la ciudad. Fui a uno que se llama “Papas & Beer”. Es tan gigantesco, que habiendo muchísima gente, parecía medio vacío. En verano, debe ser una auténtica locura. Muy de pueblo. Un locutor, no paraba de hablar, aparte de la música al mismo tiempo. Su misión, hacer participar a la gente. Preguntaba por cumpleaños, procedencia, etc… Es dfificil entrar en ambiente así. Aún así me integré en un grupo de San Diego. Tres chicas y cuatro chicos. Al menos, pude bailar algo.
Seguimos en México y no salimos de Rosarito. Hoy día tranquilo por la zona. El hotel no daba desayunos y fuimos a un local al lado del mismo. No estaba mal. Tomamos, lo típico de nosotros. Aquí desayunan enchiladas y todo ese tipo de cosas, como tacos, torta y demás.
Era el día de playa elegido. Mala elección. Día súper nublado y con viento. A veces salía el sol. Solo un poquito. Nos fuimos a una playita cercana en Rosarito. Poquísima gente. Lógico. Nos parapetamos al lado de un pequeño acantilado. Se soportaba, mientras hubo sol y sombra. Se nubló del todo y nos fuimos. Era absurdo estar allí. En la playa no mas de quince personas. Aquí, casi todas las playas son privadas. La arena y el mar, no. Pero para acceder hay que cotizar. El negocio, es montar un parking en tu parcela. De ahí, das acceso a la playa. Te cobran seis dólares y ya tienes playa. Algo increíble, que no haya accesos públicos, casi por ningún sitio.
Aprovechamos para ir a comer. Estuvimos en Rosarito otra vez en el Bistro al lado del hotel. Una sopa de cebolla gratinada. Me sentó fatal. Después una crêpe de mariscos, bastante buena pero muy grande. Después nos fuimos a echar una siesta. La primera de todo el viaje. Me desperté a los 40 minutos y me fui a ver de nuevo la locura de playa. Hoy todavía mas ajetreada. Claro, es sábado. Gente por todos lados. Música, hasta decir basta. Venta de todo lo imaginable. Y ambiente, mucho ambiente. De pueblo, pero auténtico. Música de mariachis y al lado música cañera a todo volumen. Una locura.
Subí a buscar a Chema y bajamos a uno de los chiringuitos a tomar una copa. La tarde, aunque fresca espectacular. A mi me encanta ese movimiento de gentes. Familias enteras. Puestos ambulantes. Gente bailando.Mariachis La tarde, era para quedarse mucho mas tiempo allí. Las puestas de sol sin increíbles, entre tanto movimiento de gente y animales.
Pero nos fuimos. A cenar a una terracita en la que tienen diferentes puestos con todo tipo de comida. Al estilo de los “food tracks”. Mexicano, italiano,argentino, de pescado,…. Allí se acabó el día.
Esta noche, quizás vuelva al ambiente. Mañana, salimos de México. Nos volvemos a San Diego. El viaje está tocando a su fin. El miércoles cogemos avión en Los Ángeles para Madrid y llegaremos el jueves. Las horas de vuelo mas las nueve de diferencia horaria, hacen ese maratón de tiempo. Casi un día perderemos.
41º Día - Rosarito (México) a San Diego (USA)
19.06.2016
Hoy nos volvimos a Estados Unidos. La experiencia mexicana ha estado bastante bien. Ma ha gustado. Pena del mal tiempo y el no haber podido ir mas a la playa. Esta, era una de las cosas que nos llevó allí. Para otra ocasión. Playas hay por todos lados. Hay que quedarse con lo positivo. Sus gentes. Su colorido. Su ambiente. Y también porqué no, su pobreza. Todo en conjunto, hace que sea tan peculiar.
Después de salir de Rosarito no nos íbamos a ir de “rositas” de allí. Las colas para entrar a Estados Unidos interminables. Encima era pronto. Estuvimos casi tres horas entre la cola y el registro en la aduana de USA. Aquello es un mercadillo ambulante. Mientras vas haciendo cola, miles de personas te ofrecen de todo. Te pueden limpiar el coche entero. Solo los limpiaparabrisas. Helados, comidas y todo tipo de refrescos. Camisetas de Cristiano Ronaldo , Messi o cualquier selección. Y lo mas chic. Miles de grabados, cuadros, esculturas i figuras de la Virgen o Jesucristo. Un descontrol tercermundista total. Mientras los yankees revisando hasta el límite. No quieren que se les cuele nadie. Ni nada.
Después del atasco, llegamos a San Diego. Eran ya las 12,30. En el hotel no tenían lista la habitación. Nos dijeron de hora y media a dos. Antes, habíamos quedado. Angelines O’Donnell, nos recogió a las 14,30 y seguíamos sin la habitación. Nos fuimos entonces.
Vimos un San Diego, como se debe ver. Con una perfecta anfitriona. Angelines es vice-consul de España aquí y lleva mas de cuarenta años viviendo en San Diego. Con eso digo todo. Es un encanto y una lanzada conductora a pesar de sus setenta y tantos. Una perfecta super-abuela. Vino a recogernos con Quentin, su marido y David, un nieto. Quentin de origen sueco de tres generaciones, fue militar americano. Está jubilado, ya ronda los ochenta y tantos. David, se ha pasado un año estudiando aquí. Se vuelve a Madrid en siete días.
Lo primero que vimos, la zona de la antigua y ya perdida antigua Misión. Hoy han hecho una zona de esparcimiento. Parece ser que al principio tenía reminiscencias mexicanas. Era por su dominio en la zona, después de los españoles. Hoy, ya con influencia del viejo oeste. Tiene que buscar su historia, claro está.
Fuimos luego, al Parque Balboa. Un área fuera de la ciudad, impresionante. Es como la Casa de Campo de Madrid. Mucho parque, mucho jardín y muchos museos. Fue la zona de una Exposición Mundial y sus construcciones se han quedado para distintos usos. Hay una pequeña casa para cada país del mundo. Curiosamente, la de España fue de las tres últimas en hacerse. Con Franco no había acceso a este espacio. Países con otros dictadores no tuvieron ese obstáculo. Gracias a la aportación de Angelines y muchos otros que conocen bien la historia de San Diego, lograron con su dinero edificarla. Curiosamente es obligatorio cederla al Ayuntamiento. Ah, pero el mantenimiento, también lo hace esa asociación creada al efecto. Vaya jeta los del ayuntamiento. Según el Cónsul General, se mantiene por los granos de arroz. Dos meses al mes hacen unas paellas gigantes en la que los comensales aportan un donativo. Con eso se mantienen.
El Parque Balboa, tiene también un Jardín Botánico con una curiosa edificación de madera. Pequeño pero francamente bonito. Los jardines de alrededor muy bonitos, con sus estanques. Éstos, con una valla protectora. Hace poco, unos graciosos echaron lejía y destrozaron todas las plantas acuáticas que allí había. Los edificios del entorno, recuerdan y mucho a Sevilla. Una especie de Giralda. Las construcciones de los propios museos. Es un guiño a nuestra cultura. Está todo muy bien cuidado y conservado.
Angelines, agarró el coche y nos llevó a toda velocidad cruzando San Diego. Fuimos a ver el Monumento a Cabrillo. Aquí, otra de las muchas cosas que lo españoles debemos echarnos en cara. Cabrillo, se lo adjudicaron los portugueses y ya por fin se ha demostrado que era español. Una historiadora canadiense ha encontrado hasta la partida de nacimiento. No importa, aquí no tenemos fuerza para cambiar estas cosas. Una pena. España sigue no siendo casi nada en la historia de Estados Unidos. Y fuimos importantísimos. Diferente sería este país, si los ingleses no hubieran sido derrotados por Gálvez y los indios nativos que le acompañaron en la batalla. No cambiaremos nunca. Una pena.
Desde el Monumento a Cabrillo, se divisa toda la bahía y confines de San Diego. Desde hace bastante tiempo, es zona militar. Es una península en la que aparte de barracones y edificios militares, tiene un gigantesco cementerio. Impresiona. Sus lápidas, todas blancas y en formación militar, llegan desde lo alto casi hasta el mar.
Bajamos de nuevo y nos llevó a ver La Jolla. Es la zona de lujo de San Diego. Aquí viven en buenos chalets al lado del mar, la gente de dinero de la ciudad. Antes de llegar, una zona de bares y restaurantes, a cual mas lleno. Es la zona donde los jóvenes disfrutan y se divierten durante toda la semana. La costa de la zona, con acantilados y calas de arena fina. Mucha gente paseando o bañándose en la pequeñas calitas. Todas, con acceso público. Distinto de México. Al final una zona, donde las focas han invadido la costa y la playa. Allí se han instalado. De allí, ya no hay quien las mueva. La peste, horrorosa. Pero hay que proteger la especie.
Acabamos la jornada con Angelines en su casa. A unos 20 kms de allí vive en una zona llamada Lakeside. Allí, nos ofreció un “cubata” con un poco de queso y fruta. Después de esta jornada tan completa, nos acercó al hotel. Cogimos el coche y nos tuvimos que ir al aeropuerto a hacer el cambio de coche. Cerraban a las 23,30. Llegamos y nos tuvieron una hora con el papeleo. No se aclaran, ni nos aclaramos con sus cuentas. Esperaremos a Los Ángeles para ver el importe final.
42º Día - de San Diego a Santa Mónica y Venice
20.06.2016
Hoy ha sido día de viaje y playa. El trayecto no era muy largo. Unos 230 kms. Llegamos a Santa Mónica por la costa. Íbamos buscando un hotel. Llegamos al final de la ciudad y al pasar por delante de la playa nos quedamos en ella.
El día era perfecto. Casi nada de viento. El mar como un plato. Una playa larguísima de arena fina. Y muy poca gente en esta parte final. Esta zona se lla Will Rogers y está mas dedicada a deportes. Sobretodo voleybol. También surf como es lógico. El día era tan bueno que hasta delfines vimos muy cerca de la orilla.
Buscamos hotel y nos quedamos cerca de Santa Mónica. Está en Marina del Rey. En Venice, justo al lado. De hecho, es una continuación. El hotel está francamente bien. Hemos decidido pagar hoy un poco mas y estar mas a gusto. Habitación muy amplia. Da a la Marina y tiene de todo. Con una preciosa vista desde la habitación.
Nos dimos una ducha y salimos a tomar algo. Solo había tomado una ensalada de quinua con verduras en la playa. Vimos un local cerca del hotel. Se llamaba “Killer Shrimp”. Tremendo nombre. “Camarón asesino”. A pesar de eso, estaba abarrotado. Se ve que no deben matar a nadie. No había mesa y nos dijeron que esperáramos unos 20 minutos. No quisimos esperar.
Nos fuimos al restaurante que tiene el hotel. Espléndido. Además, luna llena y con una vista nocturna excepcional. Pedí unas vieiras con arroz, salsa teriyaki y shiitake (setas japonesas). Realmente bueno el plato. La noche, súper agradable de temperatura. Saltó al final, un poco de viento.
Mañana será nuestro último día. Pasado mañana, no lo cuento. Entre entrega del coche y “check in” de billetes y maletas, no tendremos mucho mas que hacer. Aún así, mañana debemos ver algo de Los Angeles, aunque no merezca la pena, como dicen. Que menos que pisar Hollywood Blvd y ver algo de Beverly Hills. Digo yo.
43º Día - Los Angeles
20.06.2016
Hoy, acaba realmente este periplo por tierras americanas. Mañana, saldremos en vuelo Los Ángeles- Madrid a las 18,20 de la tarde. Será día de hacer las cosas despacio. Levantarnos y desayunar. Ir al aeropuerto a facturar. Volver a devolver el coche de alquiler. Y de nuevo ir al aeropuerto ya para pasar aduanas y demás. Comeremos allí y nos echaremos una siestita también. Si se puede, claro.
Hoy, después de desayunar fuimos de nuevo a buscar playa. Esta vez, tocaba Malibú. Antes, nos paramos enfrente de la playa, en un sitio para ver algo del partido de España de la Eurocopa. Que mal. Mejor, ni comentarlo. Esperaremos al siguiente. Ya en España, seguro lo veremos de otra forma.
Después del desencanto, a la playa. No es que hiciera un día perfecto, pero era el plan. Estaba algo nublado. Al parecer en estas playas ocurre bastante. Además, nos dijeron que hoy hacía calor para lo corriente aquí. No entiendo entonces la fama. Después de una hora mas o menos y ya bastante nublado, fuimos a ver Zuma Beach. Es la famosa playa de Malibú donde se rodaron los capítulos de “Los vigilantes de la playa”. Muy del estilo de la otra. Casi todas por aquí son así. Largas, arena fina y por ahora poca gente. Muchas campos de vóley y algunos surfistas.
Después, ya tocaba visitar Los Angeles. Que menos que ver el Paseo de La Fama y cuatro teatros de Hollywood. A decir verdad, un poco decepcionante. Mucho turisteo, claro. Pero así venden los tios las películas. Encima Hollywood Boulevard estaba en parte cerrado. Había dos presentaciones de películas. Una la nueva de Disney. Aquello era como si estuvieran dando los oscars. Como se lo montan. Con alfombra roja y todo. Los actores y gente de la peli, en un lado. Los invitados ven la cinta y luego salen a saludar a los otros. Un montaje. Seguro que venden tela.
Antes habíamos pasado por Beverly Hills. Dimos una vuelta. Realmente en casi como si entraras en Sotogrande. Debe haber casas gigantescas y preciosas. También horteradas varias. Simplemente pasamos dos calles y no nos entusiasma la idea de ver mas casa. Además, no teníamos el morbo de saber de quien eran. Para eso están los tours turísticos. E ir en plan rebaño.
Antes habíamos pasado por Beverly Hills. Dimos una vuelta. Realmente en casi como si entraras en Sotogrande. Debe haber casas gigantescas y preciosas. También horteradas varias. Simplemente pasamos dos calles y no nos entusiasma la idea de ver mas casa. Además, no teníamos el morbo de saber de quien eran. Para eso están los tours turísticos. E ir en plan rebaño.
Por lo demás, tanto Sunset Boulevard como Hollywood Boulevard no dan para mucho mas. Mucha gente y hacerse unas fotos. Claro, e ir mirando al suelo. Hay que ver las estrellas grabadas con el nombre de los diferentes actores. Pongo una clásica y otro de ahora. Aquí están, todos aquellos que han hecho algo para el negocio del cine. Son cerca de tres mil. Con que te fijen en unos cuantos, vale. No vaya a ser que te dé una tortículis de tanto bajar la vista.
Fuimos a una de las múltiple tiendas de recuerdos para comprar las últimas camisetas o pegatinas de Los Ángeles. Espero que con esto haya acabado. Hablo, del tema compras. De allí y después de andar un rato por esas famosas calles, nos fuimos para el hotel que ya habíamos contratado hacía días.
Llegamos y nos pareció una tomadura de pelo. El parking estaba en la calle. Era el de un restaurante. Nos querían cobrar 11 dólares por dejar el coche al alcance de cualquiera. Además el cuarto que nos asignaron había que recorrer una distancia increíble. De difícil que era, casi nos perdemos en encontrar la habitación. Total, decidimos anular la reserva. Ya habían cargado el importe, pero me hicieron el abono. En menos de un kilómetro encontramos otro, mucho mejor y al mismo precio. Por la zona hay montones. Estamos al lado del aeropuerto y eso atrae hoteles por doquier. Y así acaba el periplo.
No creo que mañana vuelva a escribir algo. Daré así por finalizado este blog. Eso sí, si mañana ocurriera algo reseñable, si que lo haría. Lo que si haré es un resumen del viaje. Para ello, me tengo que centrar y recordar. Quizás, el avión sea un buen punto para hacerlo. Son once horas de vuelo. Que horror. Habrá que dormir. No sé cuando. Me gustaría ganar alguna hora al jet.lag. Son nueve horas de diferencia.
Pues esto se acabó. Viaje de vuelta fantástico en business con esa fenomenal oferta de Iberia. Cansado pero feliz de haber hecho este viaje tan espectacular. Increíble naturales en los Estados Unidos de America. Hasta el próximo
No hay comentarios:
Publicar un comentario