1º Día de Málaga a Hanoi www.nesolanofotos.com
Un nuevo viaje para este año 2017. Después de Londres, Irlanda e Islandia, me lanzo a la aventura de Oriente. Salimos en vuelo de Air Europa a las 9,30 de la mañana con dirección a París. Antes, había quedado con los otros cinco compañeros de viaje en casa de Carmen y Miguel. Desde allí, saldríamos todos en un solo coche. El equipo, el mismo que fuimos a Perú. Miguel y Carmen, Javier y Olga y Maria y yo. El vuelo salió con retraso, pero aún así, no tuvimos problemas con el enlace de Paris a Hanoi.
Lo que sí ocurrió, fue que no fuimos a Hanoi, si no que nos cambiaron antes de la salida. No fuimos directos a Hanoi, si no que nos llevaban en un vuelo hasta Saigón, para luego enlazar de nuevo a Hanoi. Una faena , porque eso supuso tres horas mas de viaje, como mínimo. Además, el avión salió con bastante retraso, así que no nos iba a dar tiempo a coger el enlace. A la postre, no hubo problemas, pues aparte de llamar a la Agencia para que alguien nos esperara en Saigón (actualmente Ho Chi Minh), los de Vietnam Airlines ya lo tenían todo arreglado. El agente llegó, pero Vietnam Airlines lo que hizo fue cambiar los billetes a otro vuelo media hora mas tarde. Así, que ya lo tenían todo bien organizado para llevarnos al avión de enlace. Da gusto. Eso no creo que Iberia lo hubiera hecho.
Una azafata nos esperaba en el aeropuerto. Luego nos adelantó en la cola de aduanas y por último nos llevó a la otra terminal desde donde salía el vuelo domestico. Un poco mas tarde de lo previsto, eso sí, pero todo muy perfectamente organizado. El aeropuerto de Hanoi super moderno y con murales de plantas decorando las paredes.
Desde la llegada a Hanoi, lo que mas te llama la atención, es la locura del tráfico de la ciudad. Según te vas adentrando hacia el centro, vas viendo cada vez mas y mas motos que se cruzan sin parar y salen de todas partes. Hanoi, es una ciudad de ocho millones de habitantes que tiene siete millones de motos. Una auténtica locura. Todos tienen clarísimo por donde pasar, adelantar o cuzarse. Es una pasada de frenazos , acelerones y pitidos por todos lados, pero no ves ningún choque o accidente, ni ningún grito . no mala cara. No te lo explicas, pero es así.
Hanoi centro, es una urbe llena de tiendas pequeñas. Son como zocos árabes. Se vende de todo. Desde textiles hasta un simple huevo o zanahoria. Por todas partes, hay tiendecitas. Los mini locales cocinan en la misma calle. Las aceras ocupadas por las motos aparcadas o por ollas guisando cosas o parrillas asando carne o pescado. Aquí puedes comprar o comer todo lo que te puedas imaginar. Al mismo tiempo, la calle está repleta de gente y como no, otra vez por todas partes ves miles de motos cruzando o adelantando con su molesto claxon y los peatones esquivando. Hay una máxima que te explican al llegar, nunca des un paso atrás. Siempre para adelante. Ya te esquivarán o frenarán ellos, pero nunca retrocedas. Solo, levanta una mano para que sepan que sigues cruzando la calle.
Después de esta primera experiencia, nos fuimos al hotel. Nos duchamos y quedamos a cenar en un restaurante al lado del hotel , en el que cenamos esplendidamente. Se llama "Madam Yen" y nos sorprendió gratamente. Raúl nuestro guía nos lo había recomendado. Cocina típica vietnamita con influencia francesa. Una sopa de verduras y pescado exquisita. Está en la misma Calle Hang Gai del hotel Golden Silk donde nos alojamos. Todos cenamos muy bien, cosa rara, dado lo tikis-mikis que son algunos.
De allí al hotel. Todos andaban cansados y me fuí solo con María a dar un paseo por el Lago Hoan Kiem, centro neurálgico de los fines de semana para los habitantes de Hanoi. Aquello fue una auténtica pasada. Que forma de participar la gente y los niños en todo. Juegos de todo tipo. La comba, simple o doble. Juegos en el suelo pintados con tizas y piedras, sobretodo los niños. Música de todo tipo. Karaokes. Bailes en grupo. En fin, algo que ya perdimos los europeos hace mucho tiempo. La vida sana y animada de la calle y sin ningún problema de peleas, robos y malhumor. Puedes participar en lo que quieras. La gente pasea y de pronto de unen a un grupo de comba. Te ven y te animan a saltar o a participar en su juego. Fantástico.
Música de todo tipo. Desde una cantante, de esa especie de ópera china un poco estridente para nuestro gusto, hasta todo tipo de karaoke con tipos con su equipo de bailes y micrófonos en la calle. Los viernes y sábados a partir de las seis de la tarde no se circula por los alrededores del Lago. Solo, miles de personas divirtiendose y participando en la calle.
Ya llevábamos mas de 24 horas sin dormir y nos fuimos al hotel. Eran solo las diez y media de la noche, pero por el cambio de horario, es como si fueran las cuatro y media española. Claro, nos iremos acostumbrando. Para remate un gin tonic en el hotel.
2 Día - Hanoi
Hoy nos tocaba día completo en Hanoi. A las ocho de la mañana, nos recogían en el hotel. Dormí poco. El "Jet lag" te desubica. Desayunamos pronto y a recorrer la ciudad. Lo primero que nos llevaron fue al Mausoleo de Ho Chi Minh. Al ser sábado, había miles de personas y niños de colegios esperando. La cola, inmensa. Daba la vuelta a la calle y mira que son largas las instalaciones. Decidimos no visitar el interior, pues el cálculo era de unas dos horas y media para entrar. Lo vimos desde fuera y si vimos su pequeña casa y el Palacio Presidencial. En el Mausoleo además, no dejan entrar ni en pantalón corto ni a las mujeres con falda que enseñen incluso solo las rodillas.
El causante de la revolución vietnamita y enemigo número uno de los yankees nunca quiso usar el palacio y vivía en una casita bastante normal que se construyó al lado. Hoy todo es un gran parque en el que se encuentran todos los edificios que se crearon. El Palacio Presidencial, la casa de Ho Chi Minh, el Mausoleo y la Pagoda del Pilar Único. Como dice su nombre solo se apoya en un solo pilar. Tiene forma de flor de loto. Aún aquí, las colas eran enormes y todo fue bastante poco lento.
Despues de esta visita fuimos a la Pagoda de "Tran Quoc" situada entre el Lago del Oeste y el Lago "Truc Bach". Este es el Templo Budista mas antiguo de Hanoi y data del Siglo VI. Saliendo de allí fuimos a la Antigua Ciudadela de Hanoi. Aquí estuvo el Centro de Operaciones de los "vietcoms" en la guerra contra los americanos y en el se encuentra mucha de la historia del Vietnam.
Este era un país históricamente enormemente machista. Las mujeres no podían entrar en ningún sitio con los hombres. Ellas estaban al servicio de los hombres. En la Ciudadela, por ejemplo. En su entrada principal existen cinco arcos. El central y mas grande, solo era para el acceso del Emperador. Los dos mas pequeños, a derecha e izquierda del principal, eran para los Ministros. Y los dos mas alejados a derecha e izquierda, para los soldados y elefantes. Ninguna mujer podía entrar.
Ya tocaba y nos fuimos a comer. Teníamos una reserva en la parte vieja de la ciudad. En el restaurante "Blue Butterfly". Nos tenían preparado un menú al centro que venía incluido en el paquete. Una sopa de fideos de arroz y cangrejo bastante sosa. unas ensaladas con varias lechugas, brotes de soja y mucho gengibre, bastante buena. Unos calamares fritos decentes y una carne de cerdo en salsa agridulce aceptable. Todo claro está, con el consabido arroz pegajoso de los de aquí. Al mojarlo con soja es pasable. si no, es una pasta incomible. De postre una piña muy sabrosa. Además, por aquí, no ponen ni sal ni azúcar a ninguna comida. Muy sanos. Así están . Esbeltos y delgaditos. Es raro ver un gordo por estas tierras.
De allí, nos fuimos al "Palacio de la Literatura" que con el tiempo se convirtió en la primera Universidad de Vietnam allá por 1.779. En un amplio recinto con muchas dependencias y forma parte de la principal Universidad del pais. Aquí, nos encontramos con grupos de estudiantes, todos bien vestidos que van a hacerse la foto de entrada al curso para su álbum de recuerdos de estudiante. En su primera época, era totalmente elitista. Solo para la mas alta aristocracia vietnamita.Las niñas casi todas monisimas, delgadísimas y blanquísimas. Éste, es el canon de la belleza vietnamita. Por cierto, les encanta que les hagas fotos.
Seguimos ruta y nos fuimos al centro, hacia el Lago Hoan Kiem para dar otra vuelta por allí. Esta vez, con todo el grupo. Pasamos por delante del Teatro de Las Marionetas, al que no pudimos entrar porque no teníamos reservadas las entradas. La zona del lago, incluso mas animada que ayer. Decidimos volver ya al hotel, cambiarnos y salir a cenar a otro restaurante recomendado. En el camino, lo de siempre, motos y mas motos. Y cables por todas partes. No se como se aclaran los de la compañía eléctrica.
Nos fuimos a uno muy conocido por lo oído, el "Old Hanoi". Por lo menos eso pensamos. Su creador fue el archiconocido Chef británico, Gordon Ramsey. Pues que voy a decir. que fue todo un auténtico desastre. El servicio pésimo. La comida, no mala, lo siguiente. De todos los platos, solo uno, de los que tomó María, unos rollitos de cangrejo y mis gambas fritas, merecía la pena. Del resto, casi todo se quedó allí. Una desilusión. Solo el precio merecía la pena, pues salimos a 18 euros al cambio. Pero claro, todo es relativo. Estamos en Vietnam, no tomamos nunca vino, tampoco postres ni cafés. así que ya me dirás.
Volvimos andando de nuevo al hotel. Estaba a kilometro y medio mas o menos y nos fuimos al bar a tomar una copita para quitarnos el mas gusto de la comentada cena.
3º Día - de Hanoi al Valle de Mai Chau
De nuevo salimos del hotel a las 8 de la mañana. Después de un buen y copioso desayuno que el guía nos recomendó que hiciéramos. La excursión de hoy, iba a ser larga. En la furgoneta y estaríamos unas cuatro o cinco horas de paseo. El destino el Valle de Mai Chau, con sus preciosos arrozales. Al salir de la ciudad, ves el desarrollo inmobiliario que se está produciendo en Vietnam. Grandes edificios, empiezan a florecer. Como en todas las ciudades, los arquitectos luchan por su proyecto de vanguardia.
La carretera, como es de suponer, regular. Aunque a decir verdad, bastante mejor de lo esperado. Solo un trozo de unos dos kilómetros malisimos. Llenos de baches y de tierra. El resto, bastante bien. Estrecha, como es habitual, pero buena y solo con algún que otro bache que te hace saltar de golpe en la furgo. A nuestro conductor, le tuvimos que dar un toque, pues iba como una moto e íbamos por carreteras de montañas. No era cuestión de tener un percance.
Las vistas espectaculares. A pesar de no tener buena visibilidad en el horizonte. la bruma, nos impedía ver los cortes de las montañas. Éstas, deben ser preciosas con claridad y cielo azul. Pero es lo que hay. Estamos en otoño y los cielos suelen estar cubiertos. De vez en cuando una ligera lluvia muy fina. De cualquier forma los campos de arroz, los tiene que parecen campos de golf, por lo verdes que están. Una maravilla. Todos muy cuidados. Siempre, por expertas manos femeninas.
Fuimos subiendo montañas y vas viendo una preciosa cordillera al fondo. No es que te eleves mucho sobre el nivel del mar. Solo son unos mil metros como mucho, calculo. Pero el espectáculo, precioso. La pena, lo dicho. Falta de claridad. e imposibilidad de pararte en los sitios que te gustaría hacer fotos. Que le vamos a hacer. Solo llevamos tres dias en Vietnam y ya puedo decir que esta zona, es una auténtica maravilla de la naturaleza. Y lo que nos queda por. ver. Paramos en las alto del camino, en un mercadillo en el que vendían carne a la brasa, pero sobre todo orquídeas de todo tipo. Unas fotos desde lo alto y del mercadillo y a seguir.
Te cruzas con bicicletas, a veces con tres personas encima. Otras, van la madre o padre en la moto y llevan hasta cuatro hijos montados. Todos, ten saludan y te dicen hola, con una sonrisa de boca a boca. La mayoría, guapísimos. Todos delgados, pero no por desnutrición, si no por su alimentación y este ejercicio físico constante. Todos se desplazan kilómetros desde sus casas para ir a la escuela. Aquí no hay pueblos por esta zona. Solo ves pequeños grupos de casas o aldeas minúsculas. Por aquí, todos son personas de la etnia "Thai"
En una de estas aldeas, paramos para hacer un descanso. Ya llevábamos dos horas de viaje. Se llama "Duong Lam". Dimos un largo paseo por el pueblo. Solo tiene una calle prácticamente. Ésta, es muy larga. Para ser aldea, tiene unas casas muy antiguas y bonitas. En una de ellas, entramos. Las señoras, dueñas de la casa, hacen dulce y venden cacahuetes y recuerdos. Te dejan visitar su casa. Los cacahuetes riquísimos y la casa muy bien conservada y con buenos y bonitos muebles. Por otra parte. venden los dulces y frutos secos. Es una forma de mantener sus pertenencias. Antes, en el río del pueblo, un concurso de pesca, estaba en plena actividad.
Seguimos y como decía, las vistas maravillosas. Mas arriba del monte, llegas a esa selva tan temida por los marines americianos. Espesa y de un colorido otoñal precioso. En la distancia, ves árboles en flor , mezclados.con el resto. El blanco de aquellos destaca sobre el verde de estos y el contraste hace un increíble contraste en el paisaje. Por las partes bajas, grandes campos cultivados con arroz, tapioca y caña de azúcar.
De allí, nos fuimos al restaurante, mejor dicho, a una casa de comidas, donde teníamos concertada un almuerzo. A este tipo de restaurantes no se le pueden llamar así, porque realmente, no lo son. Son casas que en su parte baja, diáfana como en Galicia o Asturias, tienen una mesas alargadas donde el que llega, pide y le sirven una comida, casi siempre la misma. Sopa de verduras, algo de pollo con slasa agridulce, algo de ternera con parecida preparación y arroz como siempre con su soja al lado. Esta vez, me gustó menos. No importa. A ver si adelgazo pues me estoy poniendo un poquito ceboncete. Esto me vendrá bien. Nunca comes pan, a excepción del desayuno y todo muy natural sano. La señora propietaria se llama Swan y es un auténtico encanto. La verdad, comimos poco. No teníamos mucha hambre.
Desde esta casa de comidas, ya nos fuimos al resort. "Mai Chau Ecologe", que estaba prácticamente al lado. Muy bien montado y en un lugar precioso, rodeado de campos de arroz. Nos instalamos y fuimos a cenar al restaurante donde teníamos incluida la cena. No estuvo mal, aunque el servicio dejó bastante que desear. Este es un mal general en todo Vietnam. Todo no se puede tener. Supongo que pronto empezarán a tener Escuelas de Hostelería que mejoren esta faceta, pues el Turismo empieza a ser su principal fuente de ingresos.
4º Día - de Mai Chau a Pu Luong y Mai Chau de nuevo
Nos levantamos como casi siempre para salir a las 8 del resort. Cogimos el bus y nos trasladamos hacia Pu Luong. De nuevo y primero, las vistas de los arrozales de abajo del hotel. Las vistas de estos campos de arroz, son realmente espectaculares. Una autentica preciosidad. Después, coges una mala carretera durante unos kilómetros y empiezas a subir montañas por otra un poco mejor que la anterior.
Como es reglamentaria para los conductores, a las dos horas mas o menos, parada obligatoria. La hicimos en la aldea Doc. Aquí, teníamos programado un "trekking" de unas dos horas, caminando por un sendero y viendo la forma de vivir de las gentes del lugar. Además, e insisto, una vez mas, aquí, la gente es encantadora. Cuando te cruzas todo el mundo te dice "bello". Pasamos por la puerta de un colegio y todos los niños se lanzaron para que les hiciéramos fotos. Todos simpatiquisimos. Apareció la maestra y también se apuntó a las fotos.
Acabamos el trekking y nos fuimos de nuevo hacia Mai Chau. En el camino, mas de lo mismo. Bonitos paisajes. Salida de colegios. Cientos de niños en bici. Padres y madres en moto con hasta tres mas encima. Bajando el monte, vuelves a ver la espesa selva. Pasamos por otra aldea llamada Du. Aquí es donde comimos. Mas de lo mismo. Cuando tienes comida programada, parece que todos te sirven lo mismo.
Después de una parada forzosa de unos 20 minutos, pues estaban arreglando la carretera., dejamos a las chicas del grupo en la aldea al lado del resort, para que hicieran sus deseadas compras de fulares de seda y algo mas. Nosotros volvimos a pasar por los arrozales al lado del hotel y nos quedamos en una tarde tranquila en el resort.
Cena en el hotel, esta vez ni concertada ni incluida. Yo, con muy poca hambre, me tomé un Club Sandwich. Olga comió poco también y el resto cenaron normalmente. Antes de irnos a nuestras habitaciones, b ajamos a ver al grupo folklórico que actúa todos los días. en el hotel. Estaban acabando prácticamente su actuación. Así, que los oímos ls cinco últimos minutos y nos fuimos dormir
5º Día - de Mai Chau a Ninh Binh y Hanoi
Hoy tocaba ir a Ninh Binh como punto clave de la visita del día. No obstante, la primera parada programada era en Hoa Binh, a unos 140 kms. Ésta, fue la antigua capital de Vietnam y a decir verdad no lo parece una vez que la ves. Lo mas interesante, son los templos de Dinh en los que se representan a todas las dinastias del país. Son increíblemente veneradas, a modo de vírgenes o santos de nuestra religión. La gente reza y trae recuerdos, sobretodo en forma de alimentos, a sus venerados santones y jefes de dinastías. En la carretera y como siempre unas vistas fantásticas
Desde allí, nos fuimos a otro restaurante que teníamos concertada la comida. Era, otra casa de comidas. Desde esta casa de comidas, situada al lado de un hotelito resort precioso, tienes unas vistas impresionantes a los campos de arroz. Plantados en bancadas en la ladera de los montes, el efecto es realmente increíble y fantástico por lo bello y bien diseñado. Está situado a la mitad de una ladera y por debajo, ves como descienden esos campos de cultivos de arroz, que te dejan atónito y que son increíblemente verdes y bien cuidados. Una maravilla para la vista y el relajo. En el resort de al lado, nos tomamos unos cafetitos y alguno su copita antes de seguir camino.
De allí, nos fuimos a ver la Pagoda de Bich Dong. Para ir a verla, alquilamos unas bicicletas en el pueblo. Hicimos un recorrido de unos 30 minutos hasta llegar a la Pagoda. Al llegar, dejamos las bicis y tuvimos que ascender unos cuantos e impinados escalones, hasta llegar a una pequeña ermita, punto álgido de la pagoda. Es un recinto, dirigido según parece por una mujer No sé si monje o qué. Solo sé, que es muy estricta a la hora de exigir un vestuario adecuado al templo. Nada de faldas cortas, ni shorts de hombres. A decir verdad, este lugar, no me ha llamado, nada la atención.
Al acabar esta visita y con las bicis, fuimos a "Trang An" a hacer una excursión en canoa con un recorrido de hora y media aproximadamente. Lo haces a través de un río tranquilo. En tres puntos del trayecto, pasas bajo cuevas bastante largas. Éstas, llenas de estalactitas y estalagmitas y de vez en cuando, alguna colonia de murciélagos colgados del techo, esperando su noche para devorar insectos. Bonito y muy agradable, el entorno y el paseo.
Acabamos las visitas del día y nos fuimos de nuevo a Hanoi, punto final de la jornada. Llegamos sobre las 6,30. Me dejaron en "Media Mart", pues necesitaba ver la posibilidad de comprar un Mac Book pequeño. No he traido y tengo muchos problemas para poner el blog. No me equivoqué al poner el nombre de la tienda. No es "Media Mark", aquí todo es copia e incluso letras y anagrama son prácticamente iguales a la original. Bastante timo y aún siendo casi cuatrocientos euros menos, no me atreví a comprarlo. Veremos como resuelvo el problema con mi Ipad 3 antiguo.
Volví caminando al hotel y después de una ducha, nos fuimos a cenar de nuevo al restaurante cercano "Madam Jen" que tan bien comimos la vez anterior. Servicio, de nuevo muy amable y comida buenísima y perfecta. Me encanta este restaurante.
Yo comí esta vez solo un plato. Se llama "Catch of the Day". Un espléndido plato a base de almejas gratinadas con pan, gambones fritos, lubina a la plancha y diferentes hierbas y lechugas acompañados de una buena salsa de pescado vietnamita. El resto también acertaron. Varios, con la famosa sopa de fideos de arroz "Pho". Otro, unas tiras de buey asadas en caña de bambú mu bueno. Javier unas gambas fritas. Claro està, todo con sus hierbas, setas y aderezos. En general, la cocina vietnamita de estas zonas del norte no son picantes y es donde mas influencia francesa tienen.
Nos despedimos y al hotel que lo tenemos a veinte metros. ya toca descansar.
6º Día - de Hanoi. Bahia de Halong
Nos citaron a las 6,30 para coger el bus con destino a la Bahía de Halong. Por delante unas cuatro horas mas o menos de carretera. Esta vez, la mayoría lo hicimos por autovía. El trayecto un poco lento, pues había muchísimo tráfico. La salida de Hanoi, terrible. Es una ciudad muy grande. no en vano tiene ocho millones de habitantes. Al principio, lo de siempre, cientos de motos. Después, muchos coches. Al pasar por la zona mas moderna, donde se ubican las empresas importantes, se ven ya buenos coches de buenas marcas. Después de unos 40 minutos, salimos de la ciudad.
A mitad de camino, paramos en una especie de mercado gigante, en el que todos los que trabajan, tienen alguna deficiencia física. Allí hacen de todo. Hay desde escultores hasta pintores, hilanderas o costureras. Artesanos de la madera o lo que sea. Allí se hace de todo para vender directamente. Todos los autobuses paran, para hacer compras de telas , perlas, estatuas o lo que sea. Hay de todo.
Después de una media hora mas o menos, seguimos ruta hasta llegar a la dársena marítima de Halong. Allí,nos esperaban para embarcarnos. Después de un rato, nos llevaron a nuestro barco. Allí nos dieron a cada uno su camarote y enseguida, la embarcación zarpó hacia la increíble Bahía de Halong. El tiempo no nos acompañó. Muy nublado y sobretodo con mucha bruma. Con decir que al llegar al puerto ni siquiera se podían distinguir bien, los islotes de la bahía Una pena pues el lugar es absolutamente mágico. Era uno de los puntos esenciales del viaje y qué una pena la bruma y las nubes. Así, imposible hacer buenas fotos.
El barco, es uno de aquellos al estilo Nueva Orleans: Tiene doce camarotes según oí. Bonito y con unas espléndidas habitaciones. Nos instalamos y en un muy breve espacio de tiempo nos sirvieron una magnífica comida, compuesta por un aperitivo de calamar frito y un rollito de pasta de arroz relleno de gambas y cerdo. Luego una sopa de mariscos, la ensalada de papaya con pollo y de plato principal, unos langostinos tigres con arroz jazmine y verduras salseado. De postre un pastel de chocolate con frutas naturales. Realmente excepcional la comida.
Mientras, el barco seguía su rumbo atravesando uno y mil islotes de esta paradisiaca zona. Se dice que hay mas de tres mil islas o islotes. Algunas con increíbles formas. Es una maravilla navegar entre ellas, a pesar del mal tiempo. Nubes, bruma y lluvia, nos acompañaban. Seguimos hacia adelante y llegó un punto en el que el barco paró y fondeamos. Separaron una lancha que posaron en el agua. Nos montamos en ella y salimos a hacer una excursión.
Íbamos a visitar unas cuevas naturales preciosísimas. Podíamos haber elegido ese mismo viaje en canoa de dos personas o para uno solo. Para salvar las cámaras de fotos, elegimos esa barquita, mucho mas segura. No nos fiamos ni de nosotros mismos, como se ha visto claramente. El paso por las cuevas es un espectáculo. Con estalactitas y zonas de techo muy bajo, surgen escenas increíbles con los contraluces de las otras canoas o barcas.
El paseo, duró alrededor de una hora y media. El barquero, a modo de gondolero, hace un esfuerzo tremendo para llevar a las doce personas que embarcamos. El paseo es maravilloso. El silencio total. Los islotes impresionantes no solo en su verdor, sino también en esa piedra caliza que los resalta aún mas. Un paseo realmente increíble en una zona absolutamente única en el mundo. Merece la pena el viaje, solo por ver este espectáculo. Debe ser maravilloso con cielos despejados. Aún nublado, es una pasada, aunque las fotos no salgan bien.
Regresamos al barco. Éste, se puso en marcha entre los islotes y fondeó en una zona protegida de posibles vientos o mareas. El lugar donde paramos, igual de bello o mas si cabe de lo visto hasta ahora. Descansamos un poco y no paramos de hacer fotografías, aunque todas eran por el estilo y sin luz. Sobre las siete, nos ofrecieron una clase de cocina de como hacer los rollitos de verduras y gambas vietnamitas. Muy fáciles de hacer.
Al cabo de un rato mas , nos ofrecieron una espléndida cena. La verdad es que en este barco, se come de maravilla. El menú, estaba compuesto por un aperitivo, unas gambas maceradas en lemongrass y unas ostras al grill con chalota picada. De entrada una crema de calabaza y luego una ensalada de mango verde. Para terminar, una magnífica lubina con verduras y puré de patatas. Para terminar una mousse de mango. Fantástica cena.
Después de un rato, terminamos la jornada pescando desde el propio barco calamares. Aunque parezca mentira, Carmen pilló uno y una chica portuguesa, que estaba también en nuestro barco, pescó otro, aunque un poco mas pequeño. La jornada se acabó a descansar tocaba.
7º Día - de Bahia de Halong a Hanoi y Hoi An
He pasado una noche malísima. La tos que tengo y la cama super estrecha del camarote, no me han dejado dormir. Cada media hora me despertaba y luego tardaba en conciliar el sueño de nuevo. A las 5,30, ya estaba en pié.
Se suponía que había una clase de "Daichi" en cubierta, a las 6,30 de la mañana. Solo estába yo a esa hora. No lo pensaba hacer por mis rodillas y como es lógico, desistí del intento en solitario. A las 7 teníamos un breakfast ligero, pues nos íbamos de excursión en el bote a la Cueva de "Sung Sot" ó Cueva de la Sorpresa. Había una buena cola para entrar. Todos los barcos que han fondeado y dormido en la bahía, se acercan en sus botes, así como otros muchos visitantes de solo de día.
La cueva, al estilo de muchas de las que tenemos en España, como Valporqueros ó Nerja. Eso si, ésta, tiene una sala central realmente grande. Pero vista una, vistas todas. Solo cambian las formas que la imaginación de cada uno quiera definir las estalactitas o estalacmitas. Por supuesto, aquí, ya las tienen con sus nombres. Lo mejor de la cueva, es la salida. Creo, sin discusión, que es el mejor lugar para ver y fotografiar a la Bahía de Halong. Impresionante la panorámica que se divisa desde ahí arriba. De nuevo, sin una gran visibilidad. Solo un poco mas que antes de entrar a la cueva.
De nuevo al barco a ducharnos y hacer las maletas. A las 10,30 un mini buffet que no valía casi nada. Yo comí poco, aunque la recomendación era la de comer bastante pues nos quedaban cuatro horas de viaje al aeropuerto de Hanoi. Salimos sobre las 10,30 y llegamos con mucho tiempo de anticipación al aeropuerto. En el barco, un italiano había pillado una colitis de caballo. Pensamos sería de una mala ostra de la cena de anoche.
En el camino, paramos para ver el criadero de perlas de la Bahía de Halong. Una guía, nos enseñó todo el proceso de la cara de perlas cultivadas en estos viveros de ostras. Producen perlas, de todos los tamaños y calidades. Habiendo tres diferencias básicas. La perla blanca, la perla negra y la perla dorada que es la de máxima calidad, llegando a precios altísimos dependiendo de su grosor. Este Centro es absolutamente oficial y pertenece al Estado de Vietnam, con lo que aquí no hay posibilidad de imitaciones.
Llegamos al aeropuerto, facturamos y a esperar casi dos horas. Luego fue otra hora mas por el retraso. Allí, lo peor. Pillé el mismo tipo de colitis. Antes de coger el avión, tuve que que ir cuatro veces al baño. Me horrorizaba pensar en el vuelo. Entré el último para aprovechar esa cuarta vez. Antes, me recomendaron las chicas que tomara Coca Cola sorbito a sorbito, quitándole el gas. Dio resultado, pues en el avión no tuve que visitar a Roca en ningún momento. Pero lo que sí pillé fue un resfriado total. Un poco de fiebre y molestar general, me empezó a recorrer mi cuerpo.
En el avión, al menos dormí. Era solo hora y veinte de vuelo a Hoi An. Ésta ciudad, está justo en la zona central de Vietnam en la costa. Al llegar y ya en la furgoneta de traslado al hotel, andaba totalmente tirado y dolorido. Paramos en una sastrería famosa. Aquí, en esta ciudad tienen fama y sobretodo las sedas. Las chicas entraron a encargar algo al igual que Javier. Te hacen el traje de un día para otro. Mañana los recogerán después de una segunda prueba. Yo me quedé tirado en un sofá. Eran las diez y ya cerraban.
Fuimos al hotel Riverside y antes de pasar a las habitaciones nos fuinos al comedor a tomar algo. A las 10,30 cerraban cocina y a las once el comedor. La cena muy mala. Solo los dos que pedimos sadwich de atún acertamos un poco. El resto, entre ellos tres pizzas, incomibles. No se puede comer en la mayoría de este tipo de hoteles. No había otra, pues en la calle ya estaba todo cerrado. Así, que a descansar y mañana será otro día. Jornada libre en Hoi An. Ya veremos que tal.
Aquí acaba la visita Vietnam del Norte. Hoy An y Da Nang, ya pertenecen a lo que antes era Vietnam del Sur. He dividido el viaje en tres partes, para que sea mas fácil la publicación del blog. Esta primera de Vietnam de Norte. Luego la parte de Vietnam del Sur y por último Camboya
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